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Wild on Coyuca

07 de Enero 2018
valeriagalván
valeriagalván

Hace seis años más o menos, me hice amiga de una pareja increíble, Roy y Denisse. Hasta la fecha siguen juntos. Nos divertíamos tanto que nos ilusionamos con la idea de compartir unas vacaciones juntos.

Estábamos comiendo pizza una noche cuando Denisse nos dijo “Tengo un amigo que tiene un hotel en Acapulco, bueno como a 15 minutos”. Nos metimos a la web del hotel y se veía bien. Lo que vino después es digno de ser contado como lo escribí en un diario que tenía. Aunque omití algunos detalles, aquí escribo el resumen.

Viernes

Querido diario: Se nos descompuso la cajuela, pero logramos arreglarla ¡yei! Salimos a la carretera tarde y como no teníamos radio utilizamos una bocina a la que se le terminó la batería, así que decidimos cantar para entretenernos. ¿Lo peor del día? Se descompuso el coche, no teníamos seguro. Roy y Den se pelearon. La grúa nos ayudó a cambio de mucho dinero. Dejamos a Claudio (el Chevy de Roy) en la caseta. Logramos llegar al hotel que está en medio de la selva en un taxi que nos salvó a cambio de mucho dinero. No había restaurante en el hotel. Comimos gansitos de la maquinita. Tengo miedo. Tengo hambre.

Sábado

Roy se la pasó tratando de conseguir a alguien que le ayudara con Claudio. Den y yo nos dedicamos a pasear por el pueblo alejado de Acapulco llamado Coyuca. Descubrimos que somos los únicos huéspedes en el hotel y que las puertas de las habitaciones no nos protegerían de un ataque ya que eran canceles. La comida fue deliciosa en la playa, y cenamos gorditas y quesadillas porque era lo único que había. Encontramos a unas lindas cabras en la playa y a unos puerquitos bebé. La playa es virgen y hermosa. Este lugar es encantador. No me quiero ir nunca.

Domingo

Debí planear mis vacaciones y verificar a dónde iba. Acabo de googlear Coyuca y lo primero que encontré en imágenes fue la foto de un crimen. Creo que las cosas no están fáciles por allá. Nunca había sentido tanto miedo. El día no fue sencillo. No hallamos algún taxi que nos llevara a la terminal de Acapulco. Tuvimos que abordar una combi que nos dejó en el centro. ¿La mejor parte? Encontré paletas de hielo con relleno de fresas ¿La peor parte? Estaba disfrutando de mi paleta y se acercó un hombre a nosotros.

“¿Hablan español”, nos preguntó. Roy contestó molesto “¡Obvio señor!” Cabe mencionar que mi amigo Roy es rubio y tiene ojos azules. Creo que el señor se confundió por eso. “Vayanse de aquí, les pueden hacer algo malo”, continuó el extraño hombre.

Mi ritmo cardiaco se aceleró y mis piernas empezaron a temblar involuntariamente. “Amiga, ¿por qué te mal vibras? –Me preguntó Roy– ¿Nunca viste la masacre de Texas? ¡Así comenzó todo!”. De acuerdo ¡exageré! Pero reconozcamos que no es normal que alguien, de la nada, te advierta sobre un posible peligro.

Logramos llegar a Acapulco y ahí nos separamos. Roy y Den se quedaron a esperar que Claudio quedara listo. Felizmente se tomaron 3 días más de vacaciones.

Ya estoy en casa, en mi cama y en pijama. Aprendí a no salir de vacaciones si no tengo toda la información de hacia dónde voy; mi seguridad sólo depende de mí. Sé que en unos años me voy a reír con mis amigos por nuestras raras vacaciones, pero por hoy ya fue suficiente de mi propio Wild On! Es hora de dormir tranquila. ¡Besos!

*Buscadora de historias urbanas de sus contemporáneos millennials. Ponte atento, tu historia puede ser la próxima.

@valeria_galvanl

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