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El internet de las cosas

La interacción entre aparatos sin la intervención humana es una tendencia que va en aumento, pero aún hay retos qué enfrentar
24 de Abril 2017
Especial
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Por Verenise Sánchez /
Agencia Informativa ConacyT

¿Has imaginado tu ciudad como una unidad que se pueda reconfigurar según sus propias necesidades? Por ejemplo, poder desviar el tráfico cuando cierta zona empiece a aumentar sus niveles de contaminación; u optimizar el acopio de basura con mejores rutas y sensores conectados a centrales que avisen a los camiones recolectores qué contenedores están listos para recoger.

No sólo eso, también podrías saber a qué hora pasa el autobús, metro o tren en tiempo real, incluso no tendrás la necesidad de asomarte al refrigerador para saber qué alimentos se terminaron, pues estos se solicitan automáticamente al supermercado online y llegarán a tu domicilio en el horario que tú elijas. Todo esto podría ser posible gracias al internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Si bien estos ejemplos son en ciudades enteras y en el hogar, el internet de las cosas también podría aplicarse a la salud, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas.

Esta tendencia va al alza y se estima que para 2020 el número de dispositivos conectados al internet de las cosas ascienda a 50 000 millones, revela el artículo científico IEEE 802.11ah: A technology to face the IoT challenge, publicado en la revista Sensors.

Uno de los autores del documento es el mexicano Víctor Baños González, quien asegura que aunque esta tecnología va en crecimiento, todavía se enfrenta a algunos retos tecnológicos, como desarrollar elementos que soporten una gran cantidad de dispositivos interconectados; así como desafíos legales, ya que los equipos compartirán información personal.

Desafíos tecnológicos

El internet de las cosas abre las puertas a innovaciones que construirán un tipo diferente de interacciones entre las cosas sin la intervención de los seres humanos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los mismos, lo cual representa importantes desafíos tecnológicos.

Por ejemplo, “en los últimos años, se ha dado un crecimiento exponencial en la evolución y desarrollo de las diferentes tecnologías de la comunicación dirigidas a impulsar el internet de las cosas. Las nuevas aplicaciones requieren soluciones de conectividad innovadoras y nuevas formas de compartir datos entre diferentes dispositivos y redes, creando así un nuevo concepto de Internet”, dice el artículo.

El especialista subraya que los principales retos tecnológicos son el consumo de energía de los dispositivos, ya que estos deben estar encendidos las 24 horas, los siete días de la semana; los rangos de cobertura de las tecnologías, debido a que las principales aplicaciones IoT están enfocadas en cubrir grandes distancias (ciudades enteras); la capacidad de soportar un gran número de dispositivos conectados al mismo tiempo en un punto de acceso, para recolectar la información y enviarla a un servidor.

Ante estos desafíos, Baños González, quien actualmente realiza un doctorado en Ingeniería Telemática en la Universidad Politécnica de Cataluña, España, se dio a la tarea de analizar las especificaciones técnicas, así como los requerimientos de las principales aplicaciones para que puedan operar de manera óptima con el internet de las cosas.

Retos legales

Los desafíos tecnológicos no son los únicos, el internet de las cosas también enfrenta retos legales que podrían poner en riesgo a los usuarios.

Para Jesús Manuel Niebla Zatarain, especialista en Inteligencia Artificial y Derecho, el IoT presenta un riesgo potencial, ya que estos dispositivos obtienen información personal sin seguir protocolos de seguridad, en la mayoría de los casos.

“Esto termina siendo utilizado como una plataforma sobre la cual se puede obtener una gran cantidad de información, más allá de lo estrictamente necesario”, afirma el doctorando en Inteligencia Artificial y Derecho por la Universidad de Edimburgo, Escocia.

Ante este panorama, en los últimos años en algunos países de Europa se ha impulsado una cooperación entre el sector jurídico y el tecnológico, esto para asegurar el legítimo manejo de información personal y que su uso no difiera del permitido por sus dueños.

La Comisión Europea cuenta con el Grupo de Trabajo Artículo 29 (conformado por representantes de las autoridades nacionales de protección de datos) para implementar modelos regulativos de los dispositivos que utilicen el internet de las cosas.

Pese a estos retos, en los próximos años el internet de las cosas cambiará de manera radical la manera de comunicarse entre humanos, entre humanos y máquinas e incluso entre máquinas. Así que habrá que esperar cómo fluye esa interrelación entre más de 50 000 millones de dispositivos conectados que se esperan para 2025

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