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Esqueletos con vida

Cada año, México celebra a sus muertos, y ahora Pixar lleva a la gran pantalla esta tradición que te hará sentir mucho orgullo por tu familia y tus raíces
30 de Octubre 2017
Especial
Especial

Por: Javier Pérez

 

La celebración de Día de Muertos mexicana es el trasfondo en el que ocurre la historia de Coco, la nueva película de los estudios Pixar. Es por eso explicable que haya tenido su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Morelia y que a partir de este fin de semana se encuentre en la cartelera comercial del país, tres semanas antes de que se estrene en Estados Unidos. La idea empezó a gestarse una vez que Lee Unkrich y Darla Anderson, director y productora, respectivamente, terminaron de trabajar en Toy Story 3. Barajaron tres ideas diferentes y finalmente se quedaron con la relativa al Día de Muertos.

“Era muy interesante para hacer una animación –dice Adrian Molina, el codirector de ascendencia mexicana de esta película–. Nos emocionaba darle vida a los esqueletos, moverlos y hacer estos elementos asociados con el festejo. Empezamos una investigación para hacer el guion, por lo que viajamos a México a fin de indagar acerca del espíritu y las tradiciones de la celebración, que puede involucrar familias y conexiones, que te hace preguntarte por tu origen”.

Los viajes a México fueron varios. Y en grupos distintos. Molina visitó, entre otros lugares, Oaxaca, con el propósito de tratar de entender las emociones de la celebración y el lugar. “Fuimos a cementerios durante la noche del Día de Muertos para conocer el sentimiento de las familias reunidas ahí, y todo eso inspiró momentos en la película y ciertas características de los personajes”. Un grupo de animadores se dirigió a Guanajuato, ciudad que inspiró la Tierra de los Muertos en la que se desarrolla gran parte de la trama, una intrincada metrópoli que nunca deja de crecer, y que es muy colorida.

En esta época en que México y Estados Unidos no tienen una muy buena relación, dice Adrian Molina con énfasis en que es mexicoamericano, “no hay nada más importante que la comunicación y el entendimiento de la belleza de una cultura y de la gente. Nuestra esperanza al hacer esta película es que todos en Estados Unidos vean la belleza de esta gente y de estas tradiciones. Si tienes ascendencia mexicana, te vas a sentir orgulloso con esta belleza. Si no eres de México, vas a ver a una familia bella, una historia bella y unas tradiciones hermosas que tienen mucho que enseñarle a cualquier ser humano. Vas a aprender bastante sobre el poder de recordar y el poder de saber de dónde vienes”.L

La mamá de Molina es mexicana, así que él, de algún modo, se sentía emocionado al investigar estas tradiciones, viajar al país de sus orígenes y, también, comprometido especialmente con el resultado. Así que de guionista, tarea que le habían asignado en principio, al año siguiente paso a codirector de la cinta. Fue un proceso natural.

La historia sigue a Miguel, un niño cuya familia se dedica a fabricar zapatos en Santa Cecilia. Pero él no quiere ser zapatero sino cantante. De hecho, idolatra a Ernesto de la Cruz, un figurón ya fallecido (referencia a Pedro Infante), originario de su pueblo. Cuando su abuela le prohíbe participar en el concurso de talentos local, en pleno Día de Muertos, Miguel va a la cripta de su ídolo y toca su guitarra, la cual lo transporta a la Tierra de los Muertos, donde conocerá a sus antepasados y de donde debe salir antes del amanecer. En este viaje, su Virgilio será Héctor, una calavera cuya voz en inglés y español es de Gael García Bernal.

“Cuando escribí la película –dice Adrian– lo hice bajo la perspectiva de que quería dar a conocer mi cultura y mi herencia. Éramos muchas personas trabajando en la película con un antecedente mexicano o uno latino, entonces me emocionaba mucho ver en la pantalla una película así. Ha sido extremadamente útil y necesario involucrar el talento latino”.

Y es que Coco no sólo tiene la voz de Gael, también contó con la asesoría de Camilo Lara en la selección musical. “Coco no es un musical per se, es una película muy musical sobre un chico que quiere ser un músico, hacer su música y convertirse en intérprete. Y como ocurre en México y él está inspirado en este ídolo ficticio, queríamos hacer un gran paisaje sonoro de la música en México. El mundo donde nos movemos es en el que vivió Ernesto de la Cruz y en el que se convirtió en músico”.

Por eso incluyeron son jarocho, mariachi, bolero; era una manera de afimar el mundo de los fantasmas. Y para captar una ambientación mexicana, grabaron un montón de sonidos e incluso referencias que remiten a la religiosidad.

Y no es una idea loca que la inspiración del personaje de Ernesto de la Cruz haya sido Pedro Infante. “Claro, también Jorge Negrete. Queríamos crear un personaje emblemático de Coco, que pueda verse en la pantalla y refiera al cine mexicano. Queríamos que fuera alguien inspirador, que cuando lo vieras dijeras ‘quiero ser como él’ ”. 

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