Periodismo imprescindible Viernes 29 de Marzo 2024

Roma

Alfonso Cuarón dirige una cinta sumamente feminista que proyecta el país hacia el futuro a partir de uno de sus eslabones más desprotegidos aunque imprescindibles: sus mujeres
08 de Septiembre 2018
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El octavo largometraje de Alfonso Cuarón, Roma, es una magnífica máquina del tiempo, una experiencia sensorial impresionante donde el director –sin buscarlo– se supera a sí mismo: esta película apenas y rivaliza con Children of men (2006) y deja muy atrás a aquella que le diera su primer Oscar, Gravity (2013).

Cuarón se despoja de la alta tecnología y elude todo artificio. Sin necesidad de lentes de tercera dimensión ni de pantallas IMAX, genera toda una experiencia donde, con  base en imágenes en blanco y negro, paneos y planos secuencia, nos transporta a la Ciudad de México de principios de la década de los setenta.

Obsesivo en el detalle visual y sonoro, el extraordinario trabajo de producción de Eugenio Caballero (ganador del Oscar por El laberinto del fauno, 2006) provoca una sensación de inmersión como pocas veces hemos visto en el cine: las calles, las estaciones de radio, los cines y comercios de la época, los autos, la publicidad, todo está ahí al alcance de nuestros sentidos.

El viaje en el tiempo detona la memoria y el recuerdo para algunos, sin embargo, el objetivo principal de Cuarón no es jugar a la nostalgia, sino provocar sentimientos y, claro, reflexiones. Basada en sus recuerdos y anécdotas de la infancia, el propósito del director es dibujar el país y proyectarlo hacia el futuro a partir de uno de sus eslabones más desprotegidos aunque imprescindible: sus mujeres.

La historia gira alrededor de Cleo (extraordinaria debutante Yalitza Aparicio), la nana-sirvienta de origen mixteco que trabaja para una numerosa familia de clase media que vive en la colonia Roma de la Ciudad de México. La cámara sigue obsesivamente a Cleo en su día a día: mientras limpia la casa, lava los trastes, sirve la cena, desayuno y comida, pero sobre todo mientras atiende a los hijos, que la ven en cierta forma como su segunda madre.

Así como en The hidden fortress, el director Akira Kurosawa hacía todo un comentario sobre el Japón feudal a partir de un par de campesinos, Cuarón elabora un comentario sobre el México moderno a partir de una nana que habla mixteco. Con un inicio pausado que no pareciera tener más rumbo que la simple añoranza de otros tiempos, Cuarón poco a poco revela sus verdaderas intenciones, que no son otras más que exponer la ciudad –y al país entero– en sus más dolorosas contradicciones: los movimientos estudiantiles, la pobreza de las zonas conurbadas, la aplastante y empobrecedora maquinaria del partido único y, por supuesto, la brutalidad represora de los gobiernos priistas.

Roma no es sólo un viaje por la memoria de la Ciudad de México, es también un recorrido por la historia del cine. En sus hermosas imágenes y su soberbio ritmo narrativo se pueden identificar influencias que van de Fellini a Tarkovsky, de Ozu a Buñuel, de Bergman a Reygadas, sin que por ello deje de ser la película más personal de su director.

Con un armado sutil pero que encierra una complejidad técnica apabullante (cada fotograma es una experiencia visceral y a la vez hermosa), Cuarón retoma su conocida veta humanista: dirige una cinta sumamente feminista donde reconoce el papel preponderante de la mujer en el devenir nacional, y hace una crítica no sólo al padre ausente, sino a ese “papá gobierno” de los sesenta y setenta que brutalmente masacró a sus propios hijos. Toda una generación que aprendió en la calle la brutalidad de la que era capaz el gobierno.

Roma es la magnum opus de Alfonso Cuarón. Imponente, emotiva y necesaria, el director mexicano recurre a la memoria para proyectar a México hacia el futuro, y en el camino nos apabulla con las imágenes, el recuerdo y el sentimiento a flor de piel de un país que se niega a olvidar su historia. Roma es, en definitiva, la mejor película de su carrera.

 

Dirección y guion: Alfonso Cuarón.

Producción: Alfonso Cuarón, Nicolás Celis. EU, 2018.

Fotografía: Alfonso Cuarón.

Edición: Alfonso Cuarón y Adam Gough.

Diseño de producción: Eugenio Caballero.

Con: Yalitza Aparicio, Nancy García García, Marina de Tavira, entre otros.

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