Comienza mayo y con él un bombardeo de mensajes en torno a una de las figuras más ensalzadas de la cultura occidental: la de la madre.
Vale la pena hacer un alto, abrir la discusión y reflexionar sobre la maternidad como un fenómeno social que ha evolucionado con el pasar de los años. Ser madre en 2017 no tiene nada que ver con lo que fue hace 50 años.
¿Cómo se vive –o no– la maternidad en la actualidad? Hoy más que nunca, ser o no ser madre implica una decisión de las mujeres y de nadie más.
Sin embargo, la realidad revela que aún se castiga socialmente a las mujeres que abiertamente manifiestan su rechazo a la maternidad, y que también se censura a quienes somos madres pero alzamos la voz y nos atrevemos a decir que serlo no es una experiencia de ensueño.
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Afortunadamente, también hay alternativas y esperanzas. Como la historia de Yaya y Samantha, una en México y otra en Argentina, que pudieron optar por un parto humanizado. O la de Mariel, quien logró vencer todas las barreras burocráticas para ser madre adoptiva. O las de las muchas mujeres norteamericanas que han logrado ser madres solteras por elección gracias a los avances de la ciencia y además pueden apoyarse unas a otras mediante comunidades virtuales en Internet.
No podemos seguir celebrando un estereotipo porque somos muchas y muy distintas las madres de hoy. Trabajadoras, emprendedoras, entusiastas o desesperadas. Lo cierto es que esas mujeres, que viven la maternidad en carne y hueso, y también las que optaron por no vivirla, nos comparten en esta edición experiencias tan diversas como mujeres hay en el mundo. Porque ya es momento de comenzar a entender la maternidad como un proceso social transversal que va más allá de las mujeres y que, de una u otra manera, toca a todas las personas y a todos los actores de una sociedad.
Elizabeth Palacios
