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Animación con causa

Miguel Ángel Uriegas, quien ya ganó un Ariel por su largometraje animado La increíble historia del niño piedra, nos presenta ahora El ángel en el reloj, una historia con responsabilidad social
27 de Mayo 2018
Screen Shot 2018-05-24 at 6.05.09 PM
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POR JAVIER PÉREZ

“Estamos en contra de lo que llamamos terrorismo filantrópico, que es vender lágrimas por donaciones”, me dice Miguel Ángel Uriegas cuando le hablo de la delgada línea entre crear una película abiertamente en pro de una causa y el sentimentalismo. Y es que él, a través de la productora Fotosíntesis, que fundó junto con Jaime Romandía, acaba de estrenar El ángel en el reloj, película de animación sobre el cáncer infantil que cuenta la historia de Amelia, una niña que quiere detener el tiempo, y Malachi, un ángel que vive dentro de su reloj cucú.

A Uriegas no le interesa hacer un modelo asistencialista, donde se dona una parte de la taquilla, “sino que es un modelo en el que creamos una película con el objetivo muy claro desde el principio de promover una causa”. Las asociaciones pueden explotarla de manera privada, sostiene, pues su concepto surge a partir de la necesidad de poner el cine al servicio de la sociedad, “de crear una manera de acercar a las asociaciones civiles, a las organizaciones sociales que se dedican a ayudar, contenidos de calidad que puedan usar de manera gratuita para promover sus causas”.

Aunque la productora no renuncia ni a la taquilla ni a la comercialización “para poder vivir de lo que más nos gusta hacer, y ellos pueden tener una herramienta publicitaria completamente gratuita. Queremos que haya una lógica económica y que sea redituable, pero al mismo tiempo tener un valor artístico y una responsabilidad social”.

Uriegas, quien ganó el Ariel a mejor largometraje animado por La increíble historia del niño de piedra (2015), tiene una visión a largo plazo: filmar diez películas sobre diez causas. “Lo nuestro es crear historias positivas, crear metáforas. La idea es investigar muy bien cuál es el problema y cuáles son los actores de ese problema o fenómeno social, y contar y construir una metáfora que tenga su buena dosis de drama, su buena dosis de acción, de aventura, pero todo en un equilibrio. Con El ángel estamos experimentándolo y ya la audiencia dirá si le atinamos o no”.

Realizar la película le llevó siete años porque reunir al equipo técnico no fue fácil. “Encontrar buenos animadores requiere de una búsqueda exhaustiva. Hay muchísimos, pero buenos, pocos. Por eso luchamos: para entrenar buenos talentos y que entonces ya no sea un reto encontrar animadores, sino que haya para todos y haya calidad. Sí nos tomó tiempo, sí hubo una curva de rotación de personal cuando hicimos El ángel, pues teníamos que solucionar la película con los recursos, el presupuesto y el tiempo que disponíamos, porque con Eficine tienes tres años para terminar la película. Lo logramos y a partir del El ángel ya consolidamos un equipo de trabajo extraordinario”.

Y están aprovechando ese tren con la realización de su segunda película: Un disfraz para Nicolás, historia que toca el tema del síndrome de Down, uno de los seis proyectos mexicanos en proceso de producción que llevaron a la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes con la finalidad de mostrarlo ante críticos y agentes de ventas. “Todo es animación y el personaje principal tiene síndrome de Down, y la voz es de un actor de diez años de edad con ese síndrome. Es para promover una sociedad incluyente donde el respeto y el amor rompan todas las barreras”.

De acuerdo con Uriegas, la animación, a la que él llegó influenciado por Los caballeros del zodiaco, Los supercampeones y también Las guerreras mágicas, puede llegar a toda la familia “porque es muy noble, no tiene prejuicios como otros géneros. Cualquier persona se puede sentar a ver con su hijo o sin él cualquier película de caricaturas, no las hacemos tan infantiles para que también sea llevadera para los papás. La animación en México es una industria que va creciendo y si no nos aventamos, se va a quedar donde está ahora”.

Y aunque el cáncer infantil es un tema de salud pública, dice Uriegas que tampoco se trata de darse golpes de pecho. “Siempre he pensado que con lo que hagas, asegúrate de que contribuyas a hacer un mundo mejor y que siempre desarrolles la mejor versión de ti, para ponerla al servicio de la sociedad. Me encanta el cine, así que pensé: ¿cómo le hago para contribuir y al mismo tiempo vivir de lo que más me gusta hacer? Eso fue lo que me impulsó a desarrollar este proyecto”.    

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