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Arizona ayuda a tribus nativas a conseguir restos animales

01 de Abril 2019
AP Photo,En esta imagen de 2017 proporcionada por el Museo del Norte de Arizona, Jones Benally con un tocado forrado de piel en el Festival Navajo de Arte y Cultura en Flagstaff, Arizona. La piel no procedía de un almacén estatal, pero la imagen muestra cómo emplean los nativos estadounidenses partes de animales por motivos religiosos y culturales. (Ryan Williams/Museo del Norte de Arizona via AP)
AP Photo,En esta imagen de 2017 proporcionada por el Museo del Norte de Arizona, Jones Benally con un tocado forrado de piel en el Festival Navajo de Arte y Cultura en Flagstaff, Arizona. La piel no procedía de un almacén estatal, pero la imagen muestra cómo emplean los nativos estadounidenses partes de animales por motivos religiosos y culturales. (Ryan Williams/Museo del Norte de Arizona via AP)

FLAGSTAFF, Arizona, EE.UU. (AP) — Las tribus nativas de Arizona que buscan pieles, astas, dientes y otras partes de animales por motivos religiosos y culturales tienen un nuevo recurso a su disposición: la agencia medioambiental del estado.

Un programa lanzado hace poco permite a las casi dos docenas de tribus de la región presentar solicitudes al Departamento de Caza y Pesca del estado para tener acceso a animales muertos por caza furtiva, causas naturales o atropellos.

Los gestores de caza de la agencia, investigadores y otros empleados están atentos por si ven los restos solicitados dentro de su trabajo habitual.

“Es todo una colección oportunista de lo que encontramos sobre el terreno”, comentó el enlace del Departamento con las tribus, Jon Cooley, que creció en la reserva de Fort Apache en el este de Arizona.

Por ahora, los principales usuarios del programa son la Navajo Nation, que ha reunido restos de osos y ciervo mulo, y la tribu Hopi, que ha solicitado caparazones de tortuga y plumas de pavo y aves acuáticas. La agencia también recogió caparazones de tortuga para los pueblos de Nuevo México, que suelen utilizarlos como instrumentos de percusión que se colocan en las manos o los tobillos durante danzas ceremoniales.

Los restos animales _siempre que no estén en avanzado estado de descomposición_ se trasladan a varios congeladores del estado para su recogida. Normalmente se abandonarían como carroña, se tirarían a la basura o incluso se incinerarían.

El Departamento de Caza y Pesca lleva años trabajando de forma informal para entregarles restos animales, y Cooley señaló que ahora se ha formalizado más, estableciendo una especie de lista de la compra y mejorando la comunicación entre tribus y autoridades.

La tradición de los pueblos indígenas norteamericanos era utilizar todas las partes del animal. Los huesos y cornamentas se convertían en cucharas, mangos de cuchillo y armas. La ropa y los zapatos se hacían con pieles. Con las pezuñas se podía hacer pegamento. Plumas, huesos planos y dientes de animales se convertían en adornos para objetos de la tribu.

Algunas partes del animal se comían nada más cazarlos, mientras que otras se secaban y se guardaban para más tarde.

El almacén no distribuye plumas de águilas ni de otras aves migratorias con protección federal. El gobierno federal tiene otro depósito en Denver en el que las tribus pueden obtener de forma legal plumas de águila. La Comanche Nation en Oklahoma y una organización de rescate de fauna salvaje cerca de Phoenix distribuyen plumas de halcones y otras aves a miembros de tribus con reconocimiento federal.

En Arizona, los objetos más demandados son los caparazones de tortuga terrestre. También se solicitan restos de pumas, bisontes, ciervos, antílopes y aves de caza como los pavos. Las peticiones son específicas, de modo que Cooley señaló que el departamento no quiere que la gente done animales o los recoja de la carretera.

“No queremos convertirnos en un almacén de animales muertos. Ese no es el objetivo”, explicó.

Algo que los empleados estatales no almacenan son restos de osos que recibieran tranquilizantes, porque las sustancias pueden permanecer en los tejidos grasos y algunas tribus prefieren no utilizar animales que han sido drogados, señaló Cooley.

Aunque los Navajo y Hopi han sido los principales beneficiarios del programa por ahora, indicó, la idea es permitir a tribus de una zona más amplia _incluyendo el sur de California, Nevada, Utah, Colorado y zonas de Texas y Oklahoma_ retirar material del almacén si las tribus de Arizona no necesitan lo que hay guardado.

El programa de Arizona parece ser un caso único en el oeste de Estados Unidos. Estados como Nuevo México y Montana permiten a la gente quedarse animales que murieron atropellados en carreteras, en ocasiones sin pagar, pero no es un programa específico para miembros de tribus. Alaska procesa las peticiones de indígenas caso por caso.

La Sociedad Nativa Estadounidense de Caza y Pesca planteó en una de sus conferencias la idea de comprar congeladores para que el Departamento de Caza y Pesca almacene animales y “todo el mundo se unió, todo el mundo lo apoyaba”, dijo Darren Talayumptewa, que forma parte de la junta directiva. La sociedad compró cuatro congeladores para Arizona.

“Antes, si las tribus habían visto algo muerto, si había sido atropellado, miraban cómo podían conseguirlo”, comentó. “En los viejos tiempos (…) en realidad no había ningún proceso para que los indígenas consiguieran varias partes”.

Para los Hopi, los restos animales permiten a la tribu rendir homenaje a los animales y hacer plegarias.

“Ninguna parte del animal se malgasta ni se tira”, afirmó Clayton Honyumptewa, director del Departamento de Recursos Naturales de la tribu. “La veneración de cualquier animal se hace a través de su empleo en ceremonias y oraciones realizadas para la renovación y continuación de la vida”.

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