*El investigador Antonio Loyola habló sobre su investigación entre su proporción y los templos cristianos
Por Cristóbal Torres
México, 12 de febrero (Notimex).— Antonio Loyola Vera, director de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, impartió la conferencia “El hombre de Vitruvio”, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
El ponente dividió su presentaicón en tres partes: la simbólica, con sus tipos de símbolos; el simbolismo del templo cristiano; y las diferentes interpretaciones del hombre de Vitrubio.
El contenido de la conferencia nace de una investigación que Loyola lleva realizando desde hace tiempo donde ha aplicado las proporciones del hombre de Vitruvio en templos arquitectónicos.
Al respecto, refirió que Vitruvio fue un arquitecto del siglo I antes de Cristo, cuya obra Los 10 libros de arquitectura “es el texto más antiguo que se conoce” sobre la materia. Ahí explica la proporción del hombre, sin embargo, no aportó ninguna ilustración, “seguramente hubo muchos dibujos, pero se perdieron”.
Apoyado con diapositivas, y hablando todo el tiempo de pie con un micrófono de diadema inalámbrico, mostró diferentes interpretaciones del hombre de Vitruvio a lo largo de los años.
El de Cesare Cesariano fue uno de los primeros, en 1521; al que le siguieron los de Pietro Cataneo, en 1554; Juan de Arphe, en 1581 —el primero en representar también a la mujer—; y Vicenzo Scamozzi, en 1585.
La interpretación de Da Vinci
De acuerdo con Antonio Loyola, las diferentes interpretaciones forman parte de “una obsesión por encontrar el canon más antiguo para poder seguir una proporción”.
Sin embargo, muchos erraron en sus versiones, hasta que en 1480, Giacomo Andrea Ferrara lanzó la primera interpretación que, en 1487, Leonardo da Vinci plasmaría también; una interpretación que hasta nuestros días se manifiesta en diferentes rubros como la arquitectura, especialmente en la construcción de templos cristianos.
El investigador utilizó planos de su acervo de templos en México para demostrar que las líneas trazadas en el hombre de Vitruvio de Da Vinci evidenciaban proporciones tanto a nivel vertical como horizontal.
“Esto parecería esotérico y no es posible que sea una coincidencia; lo he revisado en otros templos y en todos coincide”. Lo que más le sorprende es que no existen testimonios escritos que hablen de un método basado en las proporciones del hombre de Vitruvio de Da Vinci para la construcción de templos.
“Seguramente se transmitió de manera oral, porque no he encontrado ninguna referencia por escrito”, confesó, salvo un manuscrito del siglo XIII sobre la proporción de patios.
Finalmante, estimó de gran valor estas características porque “el movimiento moderno despreció muchas cosas; pero si realizamos un patio contemporáneo, lo puedo trazar con estas proporciones milenarias”.
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