Revista Cambio

La crisis por la pandemia podría obligar a los museos a cerrar

Si en febrero alguien nos hubiera dicho que el MoMA, uno de los museos más visitados del mundo, iba a ver reducido su presupuesto de ampliación -cifrado en 450 millones de dólares- en 45 millones, y el dedicado a exposiciones, en ocho, no nos lo hubiésemos creído. Y no es el único que se está enfrentando a una crisis parecida: el alcalde de Florencia, Dario Nardella, aseguró a Il Corriere della Sera que, debido al actual déficit de la ciudad, de 200 millones, no se puede permitir abrir de nuevo los centros expositivos de propiedad municipal.

Por lo general, sin embargo, los cierres de galerías están afectando de manera especialmente significativa a las regiones donde los museos son recientes y escasos, tal y como asegura un reciente informe del ICOM (International Council of Museums) basado en 1.600 encuestas a profesionales del sector en 107 países distintos. “En África, Asia y los países árabes, el 24, 27 y 39% de los entrevistados, respectivamente, temen que los museos puedan cerrar, en comparación con solo el 12% en América Latina y el Caribe, el 10% en América del Norte y el 8% Europa”, escribe la autoridad museística.

No son los datos que maneja la Alianza Estadounidense de Museos, que, en una carta abierta al gobierno, defiende que, sin ayuda estatal, hasta el 30% de los museos de Estados Unidos -la mayoría, situados en comunidades pequeñas y rurales- no podrán volver a abrir sus puertas. En total, desde el ICOM estiman que es probable que uno de cada diez museos cierre debido a la crisis desencadenada por la pandemia.

LOS COSTES PERSONALES DE LA CRISIS

La clausura de museos dejará a muchos profesionales en el paro, pero lo más preocupante es que algunos de los que trabajaban en centros que sí van a volver a abrir se encuentran en la misma situación. “La situación para los freelance es alarmante: el 16,1% de los encuestados dijo que fue despedido temporalmente, y el 22,6% no vio renovarse su contrato. Este sector es muy frágil: el 56,4% de los encuestados declaró que tendrá que suspender el pago de su propio salario como resultado de la crisis, y el 39,4% dijo que sus empresas reducirán personal”.

En el caso de los trabajadores permanentes, el daño parece menor, pues solo el 6% declaró la cancelación o no renovación de su contrato. Aunque podría ser algo temporal, pues el ICOM estima que casi un tercio de los museos reducirá su plantilla.

UN GRAN SALTO A LO VIRTUAL, PERO MENOS ACTIVIDADES PRESENCIALES

Especialmente durante la primera parte del confinamiento, los museos nos ‘regalaron’ sus mejores obras, poniendo a disposición del público colecciones completas, visitas en 3D, selecciones de expertos y hasta canales dirigidos a los más pequeños. De hecho, los encuestados por el ICOM coinciden en registrar este aumento de comunicación digital en al menos el 15% de los centros. Además, más de la mitad incrementaron su actividad en redes sociales.

Eso sí, no ha sucedido por igual en todas partes: según un reciente informe de la UNESCO sobre la situación de los museos frente al COVID-19, solo el 5% de los museos de África y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) pudieron proponer contenido en línea.

No hay que dejar de lado, además, que, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, casi la mitad de la población mundial no tiene conexión a internet. También existe una importante brecha de género en términos de acceso a las tecnologías digitales: los datos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) muestran que alrededor de 327 millones menos de mujeres que de hombres tienen un teléfono inteligente y pueden acceder a internet desde su móvil.

Por otra parte, ahora que toca volver a lo presencial, notaremos la diferencia con respecto a la situación anterior a la crisis del coronavirus, pues prácticamente todos los museos han anunciado que reducirán sus actividades debido a las consecuencias de la misma.

¿Y QUÉ PODEMOS HACER?

“No hay una única respuesta; cada región, cada país y cada museo tendrán que hacer su propia evaluación e identificar las lecciones que le permitirán adaptarse a la nueva realidad y los nuevos desafíos”, afirman desde la UNESCO.

Eso sí, la instución apuesta por la implementación de una política digital más equilibrada -haciendo especial hincapié en dotar a toda la población de acceso a internet-. De esta manera, insta a los museos a digitalizar sus colecciones, elaborar un inventario actualizado de colecciones, poseer una infraestructura mínima de informática y un acceso a Internet suficientemente estable, así como un personal con las habilidades adecuadas para la tarea.

Tanto el ICOM como la UNESCO instan a los organismos políticos a asignar fondos de ayuda “con urgencia” para que los museos y sus trabajadores puedan sobrevivir a la crisis y “continuar su misión vital de servicio público“: “La recuperación de nuestras economías y el proceso de curación de nuestras sociedades después de la crisis COVID-19 será largo y complejo. Los museos, como protagonistas clave en el desarrollo local y como lugares incomparables para que las personas se reúnan y aprendan, tendrán un papel importante que desempeñar en la reconstrucción de la economía local y la reparación del tejido social de las comunidades afectadas”, afirman los responsables del ICOM.