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Los libros infantiles no deben tener moraleja

08 de Febrero 2020
CULTURA
CULTURA

*Raquel Castro, Alicia Molina y Francisco Hinojosa dialogaron sobre los temas en los libros infantiles

Por Cristóbal Torres

México, 8 de enero (Notimex).— Comprender la trascendencia del tratamiento de los temas en los libros dirigidos al público infantil fue el eje temático de la mesa: “No hay palabras, la visión de las autoras y los autores en distintos temas sociales desde las letras”, con la presencia de los escritores Raquel Castro, Alicia Molina y Francisco Hinojosa, en el marco del Festival Literario de Nayarit “Alí Chumacero” 2020.

      Moderados por Beatriz Falero, Molina inició expresando su emoción de estar en la misma mesa con dos autores que admira mucho y expresó que no es necesario que los libros tengan un tema social por delante, “su fin es ser un libro; educar a los niños no es responsabilidad del libro, ni siquiera del autor; no podemos esperar que el libro resuelva los problemas personales y de conducta ni pensar que, si no enseña algo útil, no es bueno”.

      Alicia Molina contó que empezó a escribir cuentos a raíz de una hija suya con discapacidad, “me di cuenta que no existía un solo libro donde hubiera un niño en silla de ruedas, ya no digamos que fuera protagonista; mi hija se daba cuenta que no había personas como ella en los cuentos”.

      Pero aclaró que eso no significa que escriba cuentos sobre discapacidad; “a mí no me interesa hablar sobre la discapacidad, los niños necesitan este tipo de historias para identificarse porque no hay espacios sociales en los que quepan sin esa representación; me interesa construir puentes de verdad, no hablar sobre la discapacidad”.

      El escritor Francisco Hinojosa reflexionó sobre cómo los libros, independientemente del tema, siempre son resignificados por los lectores y recordó que a principios de la década de los noventa, su libro La peor señora del mundo, iba a ser adaptado al teatro con niños totziles: “me di cuenta que a cada personaje le daban una connotación zapatista, a pesar de que el libro había sido escrito dos años antes del levantamiento”.

      También recordó su primer libro infantil A golpe de calcetín, escrito durante 1982, comisionado por una editorial bajo la consigna de retratar un momento en la historia de México, “a mí me tocó la primera mitad del siglo XX y fui a la hemeroteca a documentarme”; resaltó que fue en Buenos Aires, Argentina, donde encontró mayor interés en los niños: “fui a una escuela en los márgenes de esa ciudad; fue curioso el interés que tenían en un tema mexicano, eran los años cuarenta y eso le estaba hablando a un niño argentino”.

 

 

NTX/CTM/MBS

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