Revista Cambio

Liderazgo millenial

POR DIEGO JEMIO/ BUENOS AIRES, ARGENTINA

Hace unos años, Alejandro Melamed acudió a una charla con directores de Google. Uno de ellos le preguntó la cantidad de años que llevaba trabajando en Coca Cola. “Dieciséis”, contestó, con cierto orgullo. Los hombres de la empresa de California se rieron. “Esta empresa tiene sólo quince”, le contestaron. El diálogo, de alguna forma, fue una breve demostración de la historia de las dos empresas y las formas actuales de entender el trabajo.

Contador público, doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Buenos Aires, docente y consultor en innovación de recursos humanos, el argentino labró un camino en el ambiente corporativo y académico. Con el tiempo, comenzó a interesarse en el tema de la insatisfacción de los empleados en las organizaciones.

¿Por qué no revisamos esas cosas? ¿Lo que viene será igual a lo que vivimos? Esas fueron algunas  preguntas desde donde partió a fin de escribir sus libros. El último se llama El futuro del trabajo y el trabajo del futuro (Planeta), en el que invita a revisar viejas concepciones. “La integración de nuevas generaciones, la globalización, la hiperconcentración urbana y la aparición de otros modelos de negocios están transformando las industrias. Con ello, una infinidad de nuevos trabajos asoman, generando oportunidades. En 2020, la mitad de la fuerza laboral en Latinoamérica será millennial”, asegura.

“El camino que recorrí no fue tradicional. Tengo una doble veta: la corporativa –trabajé muchos años en diferentes empresas– y la académica. Siempre me inquietaron las modalidades de trabajo y si estas pueden ser sustentables en el tiempo. Comencé interesado en la insatisfacción de la gente en las organizaciones. Y luego me fui interiorizando en otras cuestiones del mundo laboral. Hay una movilidad muy interesante. Actualmente, las empresas más atractivas son las más jóvenes y joviales. Debemos revisar los modelos tradicionales y empezar a pensar en el trabajo en otras dimensiones”.

En sus conferencias, este especialista habla de una “uberización” de la economía y del trabajo. Pero, ¿acaso el “modelo Uber” –que para muchos es sólo un modelo de marketplace con base digital que en efecto se ha puesto de moda– es la solución a todos los problemas laborales y de mercado? Melamed decide explicarlo mediente un ejemplo sobre la política argentina:

“En la Argentina, vivimos dos fenómenos políticos, con posiciones antagónicas. El fenómeno K –surgido del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner– y el PRO, del partido del actual presidente Mauricio Macri. Eso puede ser aplicable a otros países. Yo hablo de una opción superadora: la CO. Me refiero a la cocreación, la colaboración y la inteligencia colaborativa. La ‘uberización’ de la economía está vinculada con esos conceptos. Vamos a la desaparición del trabajo de ocho horas, en el que nos pagaban por la cantidad de horas y por calentar una silla. Quizá puedo hacer mi trabajo en dos horas y con el tiempo remanente dedicarme a otras cosas. Se da una nueva condición: no trabajamos en una empresa sino para una empresa. La ‘uberización’ no es una fragmentación sino todo lo contrario; me refiero a trabajar para el mundo, con un valor agregado, trascendiendo las fronteras y las industrias. Se generan nuevos modelos de negocios, que hace unos años eran impensados”.

El tema, sobre todo, es que estos nuevos modelos de negocios son creados particularmente por y para millennials, una generación que, nos guste o no, ya ocupa cargos de decisión en algunas empresas o, mejor aún, genera las propias.

“Los millennials lideran organizaciones y tenemos mucho que aprender de ellos, como de los supratecnológicos, una generación aún más nueva. ¿Qué nos enseñan? Que muchas de las trabas son mentales y nos las ponemos nosotros mismos. Los millennials recibieron una educación que nosotros no tuvimos. A su vez, tienen un nivel de profundidad diferente a otras generaciones”.

Y es que ya casi es un cliché tachar a esta generación de ser superficial y manifestar una ansiedad extrema por lograr resultados, y unicornios como Google son el ejemplo perfecto. Sin embargo, de acuerdo con Melamed, dicha ansiedad está leracionada con la inmediatez con la que viven, no podían entonces concebir su ambiente laboral de otra manera.

“No ven películas de una hora y media sino videos de un minuto. Postean una foto y a los dos minutos quieren saber la cantidad de likes que tuvo. En el mundo del trabajo, pasa lo mismo. Necesitan un feedback inmediato y un tipo de atención distinto. Aportan innovación, frescura y espontaneidad en el mercado”.

Y es ahí donde Melamed encuentra lo más apasionante de explorar este nuevo contexto: las tendencias, esas que llegaron para quedarse. Entenderlas ya no es opcional porque no se trata de que una generación anule a la anterior, sino de que se complementen.

“Tenemos que saber leer cuáles son las necesidades que se generan en la sociedad. Otro punto importante es lograr una convivencia más saludable entre las generaciones. De esa forma todos se sentirán empoderados, potenciados y darán lo mejor de sí. Todos tienen algo que aprender del otro y también cosas para enseñarles”.

Mucho se ha hablado de que la generación millennial es la artífice de una nueva revolución, la cuarta en la historia del mundo moderno, y Melamed lo explica de una forma simple pero tajante:

“La primera revolución fue la industrial, la segunda la del auto y luego llegaron las computadoras. Y ahora llegó la revolución de la biotecnología, la nanotecnología y la impresora 3D. No sabemos el impacto que pueden tener en el día de mañana. Dentro de poco tiempo, no será necesario matar una vaca con el propósito de obtener carne porque una máquina 3D se encargará de eso. ¿Qué pasará con ese futuro laboral? Nadie estudió para eso. Y las universidades no dan respuestas a esos interrogantes”.