Consumir azúcar en exceso, no ejercitarse todos los días, además de la genética y otros factores como el sedentarismo son causales de sobrepeso y obesidad.
Al respecto, Marcia Hiriart Urdanivia, directora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, recomienda una dieta balanceada, reducir al máximo la ingesta de edulcorantes y, sobre todo, hacer ejercicio habitualmente.
Hiriart Urdanivia y su equipo realizaron una investigación con ratas donde hallaron que, luego de darles de beber agua azucarada durante dos meses, subieron de peso, pero a los cinco meses la obesidad ya era severa. Asimismo, los animales desarrollaron síndrome metabólico, semejante al de los humanos: grasa corporal, obesidad central, hipertensión, desorden de lípidos circulantes –triglicéridos o colesterol en sangre elevado– además de intolerancia a la insulina e hiperinsulinemia.
Al dejar de darles agua endulzada, los roedores mostraron descenso en el apetito, y una disminución lenta y progresiva de peso, aunque sin alcanzar su talla normal. Una vez que se les volvía a ofrecer líquido azucarado, lo preferían al natural, lo que sugiere adicción.
Este estudio confirma que la ingestión inmoderada de azúcar contribuye al sobrepeso y obesidad, de ahí la recomendación de evitar el consumo de refrescos y bebidas azucaradas. Es mejor cubrir el requerimiento diario de azúcar con frutas y verduras.
México tiene el segundo lugar en obesidad a nivel internacional. En 2004, 3.4 millones de personas en el mundo fallecieron como consecuencia del exceso de azúcar en la sangre. La OMS estima que, de no mejorar la alimentación y practicar deportes con regularidad, los decesos por diabetes seguirán multiplicándose.
