Si las recientes noticias sobre la escasez del agua en diversas ciudades del mundo te tiene preocupado y no sabes qué hacer, mas que imaginar un escenario distópico que no suena muy lejano, también existe la posibilidad de que revises la cantidad de agua que consumes en tu vida de manera indirecta. Esta forma de crear consciencia puede decirte lo que debes dejar de consumir en menor cantidad (como ropa en las ofertas o comida en cantidades innecesarias).
Para hacerlo, puedes ingresar a la siguiente plataforma y teclear tu nombre: 
Después, responde las preguntas que te plantean; son relativas a tu vida cotidiana, como el tiempo que te toma bañarte, si cierras la llave cuando te pones jabón, si tu retrete usa el sistema dual y hasta los alimentos diarios que consumes.
Mientras haces el ejercicio, un contenedor se va llenando con la cantidad de agua que se suma según cada consumo; finalmente, te ofrece tu resultado con litros y equivalentes a tinacos. Para dimensionar la cifra que te da, también calcula cuántas familias podrían gozar del agua que tú tienes.
Claro que es un cálculo aproximado, ya que, de acuerdo con el director del Laboratorio de Irrigación de la Universidad Autónoma de Chapingo, Rafael Sánchez Bravo, hace falta calidad en la información disponible al respecto, además de que no se puede encasillar un valor único de “huella hídrica” a un proceso.
“Es el conocimiento de esta variabilidad lo que nos permite asumir responsabilidades y metas para optar siempre por las mejores prácticas”, me explica.
Además, actualmente no se dispone de la información necesaria en los puntos de venta de la mayoría de los productos que adquirimos, y aunque así fuera, no creo que pusieran “Playera fabricada en China, 100 % material sintético, lavar en centrifugado. Tomaron 50 litros para realizarla”, digamos que ahí nos asustaríamos.
“Podemos comprar un día un jitomate con una ‘huella hídrica’ de 15 litros; y otro día, en un punto de venta distinto, un jitomate aparentemente igual, pero con una huella hídrica de 25 litros”, me informaRafael Sánchez.
¿Qué puedes hacer?
- Comer frutas y verduras de temporada (usualmente los alimentos que se producen fuera de su época son variedades alteradas que entre otras cosas demandarán volúmenes mayores de agua para riego).
- Optar por alimentos que se produzcan cerca del sitio de consumo, y preferir los vegetales por encima de las carnes.
- Evitar el desperdicio de alimentos. Toma en cuenta que las mayores pérdidas suelen ocurrir principalmente durante la producción, postcosecha, almacenamiento y transporte.
- Es necesario crear una cultura del dato que permita informar a los usuarios finales sobre los consumos de agua empleados en cada producto (tal como los electrodomésticos informan la eficiencia en los consumos energéticos).
- Mejorar las prácticas agrícolas durante los procesos de producción.
Para el experto, dejar de consumir los alimentos que conocemos porque requieren grandes esfuerzos de agua, suelo y otros recursos, suena drástico. “La solución para disminuir la ‘huella hídrica’ es enfocar esfuerzos en abatir el desperdicio de alimentos”.