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Contra la adversidad

En un México que ofrece una realidad aplastante, Lucía Riojas promete resistir ante la política conservadora con el fin de pensar en un país mejor para los jóvenes 
11 de Agosto 2018
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POR GIOVANNA FRANZONI

Incontables los desaparecidos; miedo permanente a transitar nuestras calles, visitar nuestros pueblos, recorrer nuestras carreteras; explotación de nuestros recursos naturales; cada vez más comunidades marginadas; empleos en terribles condiciones; violencia al por mayor que discrimina, que nos impide ser libres, que nos quita el sueño.

Lucía Riojas es una joven más que fue aplastada por la realidad de nuestro país, por el dolor de pensar a futuro en un México sin más oportunidades y más violencia. Al igual que a muchos de nosotros, a ella le preocupa que lo que se lee en el primer párrafo, que ahora es parte del sentir rutinario de muchos de nosotros, se mantenga como un estado precario permanentemente; como territorio infértil donde las nuevas generaciones se desenvuelvan.

Porque si bien los millennials nos encontramos en un punto de crisis social y política a nivel país, la realidad para quienes vienen detrás de nosotros se pondrá peor si no comenzamos a generar un cambio. Ese es uno de los motores que mueve a Lucía: la emoción de pensar en un México diferente para los que vienen.

Y eso fue también lo que terminó de desencadenar en ella la decisión de hacer política y formar un equipo que la ayudara a buscar la Jefatura de Gobierno a través de un nuevo movimiento ciudadano llamado Ahora.

“Un día Emilio Álvarez Icaza y otros amigos nos juntamos a cenar de manera informal. Platicábamos de la manera de organizarnos con otras personas para tratar de enfrentar lo que se venía en el 2018. Por supuesto cada una de esas personas viene de realidades distintas, pero siempre nos hemos dedicado o hemos volteado hacia las causas sociales. Fue ahí cuando tomé la decisión de dedicarme a la política”.

No obstante, su pasión por trabajar con el propósito de mejorar las condiciones para los ciudadanos de este país despertó mucho antes, en el momento que los estudiantes de la Universidad Iberoamericana organizaron el movimiento #YoSoy132. Lucía era alumna en la Ibero en ese entonces; fue parte activa de la asamblea, ayudó en el monitoreo de redes y en la organización de un festival de música en el Zócalo relacionado con el movimiento, experiencia que le demostró el poder que tienen los jóvenes cuando luchan de manera colectiva contra las adversidades.

“Lo que pasó ese día en el Zócalo para mí fue ver la capacidad que teníamos los jóvenes de organizarnos, de conocernos, pero sobre todo de reconocernos frente a un contexto de caos. Frente a un contexto que vamos a tener que enfrentar porque son decisiones que se están tomando ahorita, pero que van a durar el resto de nuestras vidas”.

He ahí el porqué su interés en llegar a ser jefa de gobierno durante el sexenio 2019-2025, con el fin de comenzar a generar un cambio a nivel ciudad para los jóvenes, quienes son los que más necesitados están de espacios públicos seguros, transporte público de calidad y las facilidades necesarias para un desarrollo pleno.

Sin embargo, los medios con qué lograr una candidatura independiente para la Jefatura de Gobierno resultaron ser un muro inquebrantable para Lucía y su equipo, quienes no contaban con los recursos económicos que tiene un partido político y que, además, buscaban recaudar firmas de manera transparente.

“Imagina tú que necesitábamos un poco más de 70 000 firmas, logramos el 10 % de eso, que es un chorro igual. Es un buen, y es nada frente a lo que necesitas. Nosotros que éramos un grupo de personas sin los recursos ni la estructura de un partido político, buscando tener una candidatura legítima y ciudadana, nos topamos con que es imposible y sólo las personas que tienen el dinero y los medios para comprarlo, son los que llegan”.

Al ver la puerta cerrada a la Jefatura, Lucía vio la diputación federal como un camino paralelo en el cual involucrarse en la toma de decisiones que se hacen en el país, y que van a delinear el futuro que nos espera mediante otra forma de hacer política.

“Nosotros no buscamos hacer política de manera tradicional, somos ciudadanos de a pie, comunes y corrientes, que decidimos organizarnos para irrumpir en la vida política de nuestro país porque nos parece que quienes han estado ahí, esa clase política tradicional, no nos representa… queremos intentar hacer algo porque no se vale vivir en un país que está ardiendo en llamas y decidir sentarte a observarlo”.

Es bajo esa línea de pensamiento que Lucía, y su equipo, logró ganar la diputación federal a través del movimiento ciudadano Ahora, y lo que permitirá que sea parte de la Cámara de Diputados durante los próximos tres años.

Y si bien fue complicado luchar contra el machismo, las amenazas de muerte y la homofobia en las redes durante el tiempo que duró su campaña, Lucía está consciente de que el verdadero reto será enfrentar a la clase conservadora política mientras ejerza sus labores como diputada.

Aunque esta no es la primera vez que Lucía resiste ante la adversidad. Su preferencia sexual ha sido motivo de discriminación desde siempre, y ser mujer joven además hace la situación de ser y vivir, más complicada. Ella planea combatir la política conservadora mediante una acción que tiene tatuada el brazo: resistencia

“Respondiendo a tu pregunta de cómo le voy hacer para enfrentar la política tradicional y conservadora, mi primer respuesta y la más honesta que te puedo dar es que lo haré tal como lo hacemos afuera. Porque sí creo que por lo menos en ese sentido, la lucha no cambia demasiado. Todo los días nos enfrentamos a algo por el simple hecho de ser mujeres, por participar, por trabajar, por caminar en la calle”.

Hay emoción en el rostro de Lucía cuando me dice lo anterior. Su energía es positiva, su visión colectiva y sus ganas de luchar inacabables, justo como ella cree que debemos ser resilientes los jóvenes con el objetivo de encaminar el cambio, para generar una verdadera transformación en el país.

“Nos encontramos en un periodo extraño, difícil de vivir. Me parece que lo primero a lo que tenemos que resistir es a eso. Si lo viejo no ha terminado de morir se va a resistir. Es algo que estamos viendo y creo que nuestro reto como jóvenes, como nueva generación, tiene que ver son eso, con entender que la disputa viene desde ahí, de una realidad que cada vez es más aplastante. Es necesario resistir sin perder los estribos, pero sobre todo sin perder algo que tenemos muy valioso como generación, y tiene que ver con esta nueva manera de leer el mundo el cual tiene que ver mucho menos con caciques, con figuras personalistas, con presidencialismos y más con una manera colectiva”.

Con el fin de poner su granito de arena, la agenda política de Lucía está enfocada en acortar la brecha de desigualdad para las mujeres, asegurar los derechos de la comunidad LGBT, eliminar la violencia política de género y hacer de los espacios públicos lugares seguros para los ciudadanos. Su compromiso está en cumplirlo:

“Me gustaría terminar la legislatura con respecto al aborto legal en todo el país, con una ley de seguridad interior abrogada, con la despenalización de las drogas en esta lógica de la construcción de paz, y con la ampliación y garantía de los derechos relacionados con la comunidad LGBT, sobre todo con los derechos relacionados con atención médica y la discriminación que existe en el sector de salud. Además, somos el segundo país con más crímenes de odio hacia la comunidad LGBT, me gustaría salir de mi diputación con algo distinto a esto”.

Lucía cree que a diferencia de las elecciones del sexenio pasado, los resultados electorales en esta ocasión sí representaron el sentir de nuestro pueblo, y es un punto de luz dentro de un sistema democrático que se creía muerto; es, sobre todo, un reflejo de que somos los jóvenes los que tenemos en nuestras manos el futuro del país.

“Muchos jóvenes votaron por él (Andrés Manuel López Obrador) pensando en esta idea de cambio, pero también de lo colectivo porque así se vivieron las campañas: ahí no era sólo él, sino otras figuras paralelas como Tatiana Clouthier y Olga Sánchez Cordero”.

La lucha por el cambio apenas comienza, y lo que nos toca hacer ahora es mantener la guardia ante el desarrollo de esta alternancia política bajo la lupa de las redes sociales y la participación política activa a nivel comunidad.

“Yo recomendaría poner el ojo en la gente común que nos está representando en el gobierno, porque creo que es ahí donde se va a poder sacar un hilo conductor en toda esta historia y esta narración esquizofrénica del país que no termina de cuadrar. Sobre todo porque te das cuenta de que de pronto te puedes involucrar, que la política no es lejana. Que es lejana cuando la ves desde un sillón, o desde tu cama en Netflix, o que es lejana cuando prendes las noticias o escuchas una conferencia de prensa de equis funcionario. Pero no es lejana cuando gente como tú, de tu edad, que le atraviesan las mismas causas, dolores, felicidades, etcétera se está involucrando”.

Así como ella, una ciudadana de a pie que decidió ser parte activa de lo que sucede en nuestro país, nuestros hermanos, nuestros hijos o sobrinos vivirán un México mejor; uno en el que somos los ciudadanos quienes decidimos el rumbo político que toma nuestro país, donde no hay desaparecidos, no se vive con miedo y las oportunidades son vastas. Resistir como motor hacia el cambio.

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