Periodismo imprescindible Jueves 25 de Abril 2024

El $ol alcanza para todos

Si se pudiera captar toda la energía del sol que llega a la Tierra durante seis horas, se podría abastecer con electricidad un año al mundo entero. 85% del territorio mexicano tiene las condiciones óptimas para captar energía solar y es una gran oportunidad de negocio, incluso para emprendedores, entonces, ¿por qué seguimos sin apostar por esta energía renovable?
22 de Abril 2018
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En 2009, tuve la oportunidad de viajar a Arabia Saudita con la finalidad de presenciar la inauguración de una gran universidad en la que cursarían posgrados un alto número de mexicanos. Al entrevistar al rector, entre todo lo que explicaba, me llamó la atención cuando volteó hacia su ventana y dijo: “Tenemos que sustituir al petróleo por la energía solar, vean cuánto sol tenemos allá afuera y no lo aprovechamos”.

Su planteamiento era que muchos países basaban su economía en el petróleo, pero que en el futuro se iba a acabar, por lo que si eran expertos en energía, debían buscar soluciones como la manera de captar la luz solar, convertirla en electricidad, almacenarla y exportarla.

Efectivamente, mi reflexión al salir de ahí fue ¿por qué en México no pensamos así? Hoy, casi 10 años después, seguimos atrasados, sin embargo, ya hay personas que trabajan arduamente en el tema. Veamos.

El potencial de México

Si se pudiera captar toda la energía del sol que llega a la Tierra durante seis horas, habría suficiente electricidad para abastecer un año al mundo entero. Asimismo, en 85 % del territorio mexicano existen condiciones óptimas para generar energía solar; es más, somos el quinto país con mayor capacidad solar del planeta, según cifras de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex).

En el 70 % de ese territorio se reciben 5 kilovatios de energía solar por cada metro cuadrado. Para verlo en contexto: Alemania, país número uno del mundo en energía solar, sólo recibe 1.2. De hecho, la Corporación Alemana para la Cooperación Internacional dice que México podría generar toda su electricidad con una sola planta solar en el desierto de Sonora, y hasta le sobraría para exportarla.

Pero (aquí está el esperado “pero” que siempre llega cuando lees estas cosas), en México estamos retrasados en ese tema, no por ganas, sino por temas… digamos, “administrativos”.

“No hay mucho apoyo gubernamental ni privado en investigación sobre el tema, básicamente porque en México hay una tradición de ser un país petrolero”, opina Diego Solís Ibarra, investigador del Instituto de Investigaciones en Materiales de la Universidad Nacional Autónoma de México, y uno de los mexicanos que más saben del tema.

La buena noticia es que, en los últimos años, se ha logrado avanzar –la meta para 2018 es llegar a 24 % de energías limpias en México– y se espera que, en el futuro próximo, el país se empareje con los punteros en este rubro. El cálculo es que, en 2024, 35 % de la electricidad se genere con métodos alternativos y amigables con el ambiente, en donde la energía solar tiene un amplio panorama por delante.

Hoy en día, de acuerdo con la Secretaría de Energía, México genera 79.18 % de su electricidad con hidrocarburos, aunque la Asolmex espera que, durante el 2019, al menos 13 % de la electricidad que usemos provenga de la energía solar y que ese porcentaje aumente rápidamente cada año.

Solís Ibarra menciona que todavía falta avanzar en temas legislativos y políticos para tener una verdadera aceleración en el tema de la generación de energía solar, pero hoy es  una opción, ya no sólo ecológica, sino económica.

Emprendimientos solares

Esto lo entendió bien Juan Sebastián Ramírez que, junto a Alejandro Barba, fundó la empresa Vive Solar, que se encarga de valorar la necesidad de celdas de energía solar en los hogares, además de instalarlas, tramitar su registro ante la Comisión Federal de Electricidad y monitorear su funcionamiento durante 15 años.

En 2011, mientras estudiaba su maestría en Yale, el ingeniero químico egresado del Instituto de Estudios Superiores de Occidente leyó un artículo de una organización no gubernamental que decía que México sería uno de los primeros países donde la energía solar sería competitiva sin la necesidad de subsidios.

A partir de eso, y como parte de su maestría, creó un algoritmo a fin de que una persona pudiera saber si le convenía tener en su techo celdas solares par generar energía, todo comparando variantes como la tarifa que pagaba por la electricidad a la Comisión Federal de Electricidad y su localización geográfica.

Luego se reunió con Alejandro con el objetivo de crear Vive Solar, que primero era un plataforma de información para interesados en energía solar, y después se dedicó a vender sistemas completos de generación de esta energía.

Empezaron a vender estos sistemas con conocidos, aunque luego, gracias a las recomendaciones de boca en boca y a su sitio de Internet, llegaron a más personas. Hasta hoy, Vive Solar tiene 450 contratos y crece a doble dígito cada año.

Los páneles solares y todo el equipo que instalan, y con el que se transforma la energía solar en eléctrica, no necesariamente sustituyen la energía proporcionada por la CFE, ya que todavía es muy caro contar con soportes como baterías que puedan almacenar electricidad en diversos momentos del día, y en las noches.

“Durante el día tú le entregas a la CFE la energía solar que te sobra, pero en la noche no hay sol, entonces a esa hora tomas la energía de la CFE”, explica.

Al final del mes, el usuario y la CFE hacen un conteo de faltantes y sobrantes con el propósito de que el usuario únicamente pague la diferencia.

“Nuestra tarea es dimensionarte el sistema para que pagues solamente un 4 o 5 % de lo que solías pagar antes, es decir, las celdas que instalamos producen 95 % de tu consumo”, apunta.

Con la nueva legislación, el saldo a favor que tendría el usuario que genera electricidad usando energía solar sería pagado por la CFE un año después, pero al mismo precio que le pagaría a cualquier otro generador, como la nucleoeléctrica de Laguna Verde, por lo que por ahora no es muy conveniente. Es por eso que Juan evita, mediante el monitoreo constante de las celdas, que sus clientes tengan un excedente.

Por todas estas características, hasta ahora, la alternativa de generar energía solar en casa es más viable para quienes tengan altos consumos de energía, por ejemplo, las personan que tienen varios aires acondicionados.

“Nuestra instalación más usual cuesta alrededor de 90 000 pesos, y es indicada para una casa que pague unos 3 700 pesos de luz al bimestre”, destaca el joven emprendedor.

“Estamos en diferentes lugares del país, nuestra instalación más al norte está en Ciudad Juárez y la más al sur está en Tulum”, describe el también secretario en la Asociación Mexicana de la Industria Fotovoltaica (AMIF).

Vive Solar tiene opciones de pago del equipo mediante financiamiento, arrendamiento y hasta meses sin intereses, no obstante, su principal valor es analizar las necesidades de sus clientes potenciales para ofrecerles diferentes soluciones.

Juan está seguro de que, en el futuro, la energía va a ser solar, y afirma que en México  crece casi 100 % al año como industria, sin embargo, la competencia se centrará entre quienes tengan páneles solares en su casa y las compañías que la generen y distribuyan.

“México es el país de Latinoamérica con el más alto crecimiento de energía solar –indica–. A nivel mundial, estamos bastante atrás, pero traemos una velocidad hacia adelante increíble (…) Esto va por buen camino. Cuando empezamos, había bastante incertidumbre en la ley, pero hoy, las reglas están bien claras”.

Transición inminente

En resumen, parece que todo va bien. Solís Ibarra comenta que las nuevas inversiones en energía que hay en el mundo, cada vez están más enfocadas a las energías renovables, en especial a la energía solar.

“Mientras el costo de la energía solar siga bajando, el costo de la energía generada a través de hidrocarburos seguirá subiendo debido a factores como el clima político y económico mundial, que es muy volátil –subraya el académico–. Esta transición va a pasar porque hace sentido económico, hoy no se trata de salvar al planeta, sino que es cuestión de pesos o de dólares”.

Por ahora, explica, la tendencia en el planeta es una combinación de participación de particulares y el sector público.

“Lo que tenemos que encontrar es un buen balance y un buen esquema que funcione para México en general –advierte. Nos guste o no, esta transición va a pasar y, en México, la pregunta es qué tan rápido lo vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer”.

Al respecto, Juan dice que en México hay cierta resistencia a moverse a la energía solar porque es un país tradicionalmente petrolero, en donde siguen haciéndose grandes inversiones, por ejemplo, ductos de gas natural.

“Pero estamos llegando a un punto en donde la tendencia marca que esos bienes no van a ser convenientes porque va a ser más redituable producir energía solar que energía con gas”, apunta.

Cita el ejemplo de los autos eléctricos: “Ya son una realidad. El hecho de que no veas hoy estos coches en la calle no significa que no esté acelerándose de manera exponencial el porcentaje de ellos que se venden en el mundo. En no más de cinco años, se empezarán a vender más coches eléctricos que de gasolina y para cuando ‘ya sabes quien’ termine la refinería que está prometiendo, la gasolina ya no va a ser tan demandada”.

Por ello, destaca que México debería hoy prepararse a fin de cubrir esa gran demanda adicional de electricidad y, al mismo tiempo, para reducir los combustibles fósiles.

Juan comparte que la demanda eléctrica crece en México alrededor del 4 % anual, sin embargo, la energía solar debe satisfacer ese crecimiento y reemplazar otras fuentes de energía.

“No estoy diciendo que toda la energía del mundo va a ser solar, sino que la energía solar va a ser el jugador principal”, reitera.

Y Solís Ibarra coincide con él: “Quizá en alguna parte convendría más la energía eólica, en otra la hidroeléctrica y en otra térmica. Hay que combinarlo y hacer un análisis a conciencia de qué es mejor para cada situación. No hay una respuesta única (…) Creo que la energía solar tiene más potencial que otras debido a su abundancia, pero eso no quiere decir descartar las demás”.

De esta manera, en el futuro, así como hoy se puede cocinar una carne en un asador con carbón, en una estufa de gas o en un horno de microondas, las energías convivirán adecuándose a la necesidad específica de las personas.

Por lo pronto, hay que seguir buscando opciones y darnos cuenta de la riqueza que todavía está desaprovechada en el sol.

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