Periodismo imprescindible Jueves 18 de Abril 2024

El quinto candidato

¿La noticia del empresario y sicario que mataría a un candidato te dio risa? Para de reír, las fake news podrían ser el quinto candidato de estas elecciones si les permitimos que tengan un rol importante
24 de Junio 2018
No disponible
No disponible

L as noticias falsas o desinformación podrían haber inclinado la balanza a favor del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las elecciones de 2016 cuando resultó electo. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Ohio, publicado en marzo pasado, las fake news probablemente jugaron un papel importante al estimar que alrededor del 4 % de los partidarios del presidente Barack Obama fueron disuadidos de votar por Clinton en 2016, al creer en noticias falsas.

En los meses previos a las elecciones, las 20 noticias falsas más populares tuvieron más reacciones y comentarios en Facebook (8.7 millones de participaciones) que las 20 noticias principales más importantes (7.3 millones), según un análisis de Buzzfeed.

Teorías similares surgen en el mundo para explicar el comportamiento de algunos votantes en el Reino Unido durante el brexit; y en Colombia, con el plebiscito por la paz y actualmente también durante las elecciones.

En México, 42 % de los mexicanos aseguran haber visto alguna información que después supieron que era falsa; aunque sólo 22 % reconoce haber compartido una información falsa, de acuerdo con una encuesta realizada por Parametría.

En este proceso electoral, hemos visto fake news compartidas hasta por expresidentes, como el caso de Felipe Calderón Hinojosa, quien subió un comunicado apócrifo del gobierno venezolano que supuestamente llamaría a apoyar al tres veces candidato Andrés Manuel López Obrador.

Aunque recientemente las noticias falsas comienzan a ser objeto de estudio, han existido desde el inicio de la humanidad. Lo que las hace altamente peligrosas hoy en día es su rápida propagación, pues si bien en el pasado podía tomar meses alcanzar a miles de personas, hoy pueden llegar a millones en horas.

Francisco Herrero, director del Instituto Nacional Demócrata, una organización de origen estadounidense con presencia internacional, emite una recomendación para evitar la propagación de estas noticias: “Si una información te provoca quererla compartir inmediatamente, sin siquiera leerla, es muy probable que sea falsa”.

Y es que las noticias falsas apelan a la entraña, a un instinto emocional más que racional. Por esta razón, la verificación (el desmentido) de la noticia falsa nunca llega al mismo número de personas que a las que impacta la noticia falsa.

Que si El Chapo Guzmán se rehusó a asesinar a un candidato; que si Cepillín busca una gubernatura, o la esposa de algún candidato es descendiente de un líder nazi. Las noticias falsas en contextos electorales tienen por objetivo cambiar la percepción de la realidad y, con ello, modificar o desincentivar el voto.

Las fake news, más allá del chiste, cuartean el libre ejercicio de la democracia, y conducen a la polarización de los grupos, así como a aumentar la desconfianza en las instituciones.

Responsabilidad del share

Los creadores de las noticias falsas, quienes las promueven e, incluso, quienes invierten en su propagación no son los únicos responsables de que se dispersen como chispa en un barril de pólvora.

Los usuarios de las redes sociales deben comenzar a hacer conciencia de la responsabilidad que conlleva “compartir o dar retuit a una noticia sin verificar”, advierte Rosa Elba Arroyo Álvarez, especialista en comunicación digital de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Arroyo Álvarez tiene razón, sólo 10 % de las personas que comparten noticias leen toda la nota antes de difundirla; esto minimiza el filtro entre noticias verdaderas o falsas.

“Sobre los medios tradicionales es importante destacar que, desde mayo de 2004, el consumo de estos va a la baja. Por ejemplo, 56 % de los mexicanos ya no consultan las noticias que se dan por televisión, 74 % en radio y 80 % las publicadas en los periódicos”, advierte en un análisis Parametría.

La mayor parte de las noticias –ciertas o falsas– son compartidas mediante las redes sociales, por lo que estas plataformas también deberán asumir su responsabilidad en cuanto a reducir el alcance de las noticias falsas.

Durante su comparecencia ante el Senado de Estados Unidos, Mark Zuckerberg, director y fundador de Facebook, dijo: “No hicimos lo suficiente para evitar que estas herramientas se usen también para daños. Eso se aplica a noticias falsas, interferencia extranjera en elecciones y discursos de odio, así como a desarrolladores y privacidad de datos. No tomamos una visión lo suficientemente amplia de nuestra responsabilidad y eso fue un gran error. Fue mi error y lo siento. Empecé Facebook, lo administro y soy responsable de lo que sucede aquí”.

Actualmente, Facebook provee a ciertas organizaciones y medios aliados, como Verificado 2018 –un portal que surge justamente con el objetivo de desenmascarar las noticias falsas que surjan durante el proceso electoral–, de una herramienta para denunciar las fake news. Con este reporte, la red social minimiza su alcance, a través del famoso algoritmo, y llega a menos personas.

Además, debido al algoritmo con el que las redes sociales identifican los intereses de los usuarios, la información que se recibe en ellas generalmente refuerza la creencia que ya tiene una persona. Es decir, si a alguien le desagrada X candidato, es muy posible que en sus redes sociales aparezca información en contra de él, pues el algoritmo detecta que esa es la información que le interesa al usuario, creando una caja de resonancia cerrada, explica Arroyo Álvarez.

De acuerdo con la especialista, las noticias falsas han conseguido fortalecer su lugar en las elecciones mexicanas debido a la desconfianza en las instituciones: “Vemos tanta corrupción, hemos sido testigos de tantas cosas malas, que estamos muy dispuestos a creer cuando nos dicen que algo malo está pasando”.

Pese a todo, legislar las redes sociales o la información implica un riesgo en contra de la libertad de expresión, por lo que la solución inmediata recae en la responsabilidad con la que cada noticia es difundida: leer, comparar y evaluar; y, sobre todo, no compartir información no validada sólo porque esta refuerza nuestra postura ideológica personal.

Recientes