Revista Cambio

El sinuoso camino constituyente

A diferencia de los procesos constitucionales locales más recientes en el país, como los de Quintana Roo o Baja California Sur, el de la Ciudad de México es el primero que no se lleva a cabo en medio de un ambiente político dominado por un solo partido.

La Asamblea Constituyente, que inició trabajos el pasado 15 de septiembre, tiene como límite el próximo 31 de enero para entregar un documento definitivo y terminar así con un trabajo que se ha llevado a cabo entre críticas y poco conocimiento de la población en general.

Las ventajas

En esta nueva Constitución se busca incluir temas que no han aparecido antes en documentos similares a nivel nacional e internacional, como los derechos de los animales, el derecho a la vida o la protección al medio ambiente.
“Este documento no es solo un proyecto de la ciudad que queremos, sino un proyecto del país que queremos”, dice Alejandro Encinas, presidente de la Mesa Directiva de la Asamblea Constituyente.

Para Fernanda Bayardo Salim, diputada constituyente del Partido Revolucionario Institucional, se tratará de una Constitución de vanguardia.

“Estamos buscando la amplitud de muchos derechos y libertades, además de nuevas figuras de participación para la ciudadanía que podrá ser parte de la toma de decisiones”, afirma.

Otra característica de esta Constitución es que será prácticamente una de las más “baratas” del mundo, destaca Encinas, ya que solo tiene asignado un presupuesto de 20 millones de pesos, por lo cual los asambleístas trabajan sin recibir remuneración alguna de parte del constituyente.

La conformación

El proceso no ha sido fácil y se ha visto envuelto en polémicas y debates que empezaron desde la conformación de la Asamblea Constituyente. Esta quedó integrada por 100 diputados, de los cuales, 60 pertenecen a partidos políticos, la mayoría de Movimiento Regeneración Nacional y del Partido de la Revolución Democrática.

“Es el primer constituyente en la historia del país donde la fuerza mayoritaria es de izquierda”, destaca Encinas.

Pero los ciudadanos también tuvieron oportunidad de participar en este proceso mediante el envío sus propuestas; de hecho, la Asamblea recibió alrededor de 1 400 iniciativas. “La inmensa mayoría han sido incluidas o ya estaban en el documento”, asegura Encinas.

Los polémicos

En diciembre y enero, tras terminar su trabajo en comisiones, la Asamblea Constituyente empezó la aprobación de los artículos, y aquellos que resultaban más polémicos a nivel social estuvieron al principio de la lista.

Por ejemplo, la despenalización de la marihuana medicinal se aprobó el 7 de enero; sin embargo, esta solo entraría en vigor a partir de que la Cámara de Diputados lo apruebe a nivel federal.

El 4 de enero, la Asamblea Constituyente aprobó otro tema polémico: la eutanasia. Así, el derecho a una muerte digna tendrá nivel constitucional en la Ciudad de México para personas con algún padecimiento terminal.

Los matrimonios entre personas del mismo género estarán reconocidos en el artículo 16, que contempla los derechos de las personas LGBTTTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, travesti, transexuales e intersexuales).

En el artículo 15 se consideró a los vendedores ambulantes como “personas trabajadoras no asalariadas”, por lo que esta actividad quedó avalada en la capital.

Otro tema polémico fue el que se conoce como “plusvalía”, incluido en el artículo 26 y que permitía nuevas “contribuciones sobre la propiedad inmobiliaria, su fraccionamiento, división, consolidación, traslación y mejora, así como las que tengan por base el cambio de valor de los inmuebles y las derivadas de la prestación de servicios públicos”. Pero el 20 de diciembre quedó eliminado ese concepto en la Constitución.

Los singulares

La Asamblea Constituyente también aprobó el artículo 18, en el cual se considera a los animales como “seres sintientes” y que tienen derecho a recibir un trato digno. El Partido Verde impulsó que en él se incluyera la prohibición de espectáculos públicos donde se podría maltratar a animales (como las corridas de toros o las peleas de gallos), pero eso no fue incluido en el texto.

En el artículo 22, aprobado el 16 de enero, se creó el Instituto del Emprendimiento, el cual pretende apoyar a las micros, pequeñas y medianas empresas.

“Buscamos garantizar que los ciudadanos puedan generar riqueza y crear una vocación productiva para que esta ciudad sea productiva e innovadora”, explicó Bayardo Salim.

Pero todavía discuten asuntos polémicos a nivel político, como la revocación de mandato, el funcionamiento de las alcaldías o las posibles reformas al Poder Judicial, tanto a nivel federal como local.

Para Cuauhtémoc Cárdenas, actual coordinador de Asuntos Internacionales del Gobierno de la Ciudad de México y que participó en la redacción del proyecto inicial con el que empezó a trabajar la Asamblea Constituyente, todos los temas que ha discutido la Asamblea Constituyente seguirán vigentes en la capital aunque, por ahora, no se incluyan en la Constitución.

“Seguirán siendo temas que debemos tener como objetivo de nuestros esfuerzos de carácter político y social”, asegura quien fuera el primer jefe de Gobierno electo de la Ciudad de México en 1997.

La mano del constituyente

El panista y diputado constituyente, Santiago Creel Miranda, asegura que la Constitución de la Ciudad de México será diferente respecto al proyecto original con el que empezaron a trabajar.

“Hay cosas totalmente distintas, y eso da una idea de la forma en la que hemos trabajado, siempre tratando de buscar las mejores alternativas para enfrentar los problemas que tenemos en la ciudad”, reitera.

Armando Ríos Piter, diputado constituyente por el PRD, agrega que esta Constitución también plantea una visión a futuro.

“Permitirá que la ciudad vaya evolucionando y que tenga una visión de mediano y largo plazo en diferentes temas”, apunta.

Los que se fueron

Otro inconveniente que vivió la Asamblea Constituyente fue el de los diputados que solicitaron licencia, temporal o definitiva, para separarse de su cargo, cuyas razones pasaron por lo personal, lo laboral y lo político.

Por ejemplo, el actor Damián Alcázar, de Morena, fue el constituyente que acumuló más faltas, las cuales, dijo, se debieron a compromisos de trabajo. El escritor Fabrizio Mejía Madrid, del mismo partido, presentó su renuncia acusando al PRI de obstaculizar el proceso.

Otro integrante de Morena, el escritor Mardonio Carballo, renunció debido a que, aseguró, había padecido discriminación y racismo de parte de los asambleístas.

El priista Joel Ayala pidió licencia definitiva porque dijo que no podría combinar esta actividad con sus cargos de senador y de dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado. Otro integrante de su partido, Carlos Humberto Aceves del Olmo, líder de la Confederación de Trabajadores de México, solicitó la licencia indefinida sin asistir a ninguna reunión.

Raúl Cervantes Andrade, del PRI, abandonó la Asamblea Constituyente tras ser nombrado procurador general de la República; y el periodista Carlos Payán, de Morena, solicitó licencia antes de que iniciaran los trabajos de la Asamblea.

El flautista Horacio Franco, del PRD, solicitó licencia debido a su carga de trabajo como músico y director de orquesta, pero expresa que existe una división muy grande entre partidos dentro de la Asamblea Constituyente, lo cual alarga los tiempos en discusiones y retrasa los temas que él desea tratar, como incluir el tema cultural en la Constitución, el cual está poco tratado.

“Lo único que no pueden hacer es que me hagan perder mi tiempo, porque yo vivo de mi tiempo, no puedo estar deliberando tanto tiempo un reglamento cuando yo tengo que comer”, señala. “Los diputados de todos los partidos ganan un ‘sueldazo’, que yo nunca en mi vida voy a ganar”.

Asimismo, el actor Bruno Bichir, de Morena, no renunció a la Asamblea Constituyente; sin embargo, ha solicitado dos diferentes licencias para ausentarse por motivos de trabajo.

En todos los casos, los diputados suplentes rindieron protesta y se incorporaron a los trabajos legislativos, por lo que el trabajo de la Asamblea no se interrumpió por estos retiros.

El tiempo

Sin embargo el principal problema que ha enfrentado la Asamblea Constituyente es el tiempo, el cual, para Creel Miranda, no fue el apropiado.

“Ir al ritmo de un artículo por día es muy difícil; se requiere de mucho más tiempo para lograr una Constitución”, indica. “El trabajo va marcando los tiempos de la Constitución y no una fecha puesta en un papel”.

Para Ríos Piter, el tiempo que tuvo la Asamblea Constituyente fue un factor en contra porque se debió partir de cero.
“Es un proceso inédito en el que tuvimos un mes para hacer un reglamento, crear comisiones y establecer órganos administrativos”, explica el constituyente que preside la Comisión de Buen Gobierno.

¿Y después?

Encinas ha señalado una y otra vez que no existe un “plan B” y que la Constitución debe quedar terminada el 31 de enero ya que, al concluir el periodo constituyente, deberá ser promulgada con el fin de que entre en vigor en diversas etapas.

“De ahí se derivan las tareas de las distintas autoridades; por ejemplo, de inmediato entra en vigor lo referente al aspecto electoral, y el Instituto Electoral capitalino deberá tomar cartas en el asunto”, sostiene.

“También entran en vigor las disposiciones que establecen responsabilidades a la Asamblea Legislativa, como la creación del marco legislativo de la nueva Ley Orgánica de Administración Pública o la Ley de Alcaldías; el resto de la Constitución entrará en vigor en 2018 y algunos aspectos hasta 2021, como la posibilidad de crear nuevas alcaldías”.

Por lo pronto, la Ciudad de México está a unos días de tener su propia Constitución y terminar así un cambio democrático que inició en 1997, cuando dejó de ser “la ciudad del presidente” y la toma de decisiones para la capital dejó de hacerse en Los Pinos.