Periodismo imprescindible Viernes 19 de Abril 2024

Enojones en peligro

Si eres de esas personas que se enojan mucho, se enferman del estómago por tantos corajes y que si manejan un automóvil se transforman en un ogro, es muy probable que tengas un problema de ira
01 de Abril 2018
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POR ARANZAZÚ MARTÍNEZ

Los primeros efectos del enojo son los físicos: problemas estomacales, digestivos, estreñimiento o diarrea. También, debido a la tensión, las personas suelen apretar su mandíbula y rechinar los dientes, padecimiento llamado bruxismo; incluso al ir a dormir puede seguir el malestar y se sigue chasqueando la mandíbula, y se ocasiona un daño dental.

Pero la lista sigue. Las personas irascibles tienen dificultades para conciliar el sueño. El enojo implica un estado de activación física, en el cual toda la energía y la concentración tanto física como mental se canalizan hacia la rabia. Como dormir implica un proceso de relajación, y el enojo es el estado opuesto a la furia, el sueño es menos reparador.

El doctor Raúl José Alcázar Olán, profesor e investigador de la Universidad Iberoamericana campus Puebla, especializado en el tema de la ira, afirma que esta, en el caso más extremo, puede causar ataques al corazón.

Sin embargo, los corajes no sólo dañan el cuerpo, también tienen consecuencias negativas para la mente, la estabilidad emocional e incluso los ambientes familiares y laborales.

Aunque suene obvio, la persona que está enojada es poco feliz por el enfurecimiento frecuente e intenso que experimenta.

Las relaciones personales también se pueden deteriorar, porque quienes rodean a la persona enojona padecen directamente los insultos, las agresiones o los rencores que lleva consigo la ira. Incluso, las personas irascibles quedan aisladas; en su entorno pueden dejar de ser tomadas en cuenta para reuniones y proyectos laborales.

Una de las peores caras de la furia es cuando esta llega al volante: la irritabilidad y poca paciencia ocasionan que sea más fácil que las personas reaccionen agresivamente ante los errores de otros automovilistas. Incluso ha habido casos de ataques con arma de fuego debido a que los conductores portaban un arma: la ira se salió de control.

El diario de un enojón

Uno de los métodos más efectivos y sencillos para descubrir si tenemos un problema de ira es escribir un diario del enojo. El método consiste en anotar en una libreta las situaciones que cada día nos hacen enojar, y describir la intensidad de cada uno de los corajes. La idea es hacerlo al menos durante una semana a fin de tener suficiente material para analizar cómo nos comportamos ante situaciones de irritabilidad o conflicto. Al revisarlo podemos hacernos conscientes de si nuestras reacciones son normales, o son más intensas y agresivas. El diario, explica Raúl, es como un espejo en el que podemos reflejarnos con el propósito de ver nuestro comportamiento.

Otra de las formas para analizar nuestras acciones entorno al enojo es ver cómo son nuestras reacciones comparadas con las de la mayoría de las personas. Por ejemplo, si alguien nos regaña en el trabajo hay que preguntarnos cómo sería la respuesta de los demás compañeros: si la reacción de casi todos sería más tranquila y mis actos resultan más agresivos, es un foco rojo preocupante dónde poner atención.

Hay ciertas preguntas que también pueden ayudarnos a identificar si debemos preocuparnos porque la furia que experimentemos se salga de control: si nos enojamos fácilmente, si nuestros enojos causan daño y si los corajes que hacemos son más intensos y frecuentes.

Raúl, quien ha trabajo con la Universidad de Colorado en control de ira, causas y manejo de esta, tiene desde hace seis años un taller cuyo objetivo es aprender a dominar el enojo; es uno de los pocos talleres sobre este tema que hay en todo México.

El curso, que dura cerca de diez semanas, se basa en un tratamiento universal, que se aplica en otros países, y fue tomado del manual Overcoming situational and general anger (Superando el enojo situacional y general), del doctor Jerry Deffenbacher. Para quien quiera consultarlo, una copia del manual está disponible en la biblioteca de psicología de la UNAM y otra en la biblioteca de la Ibero.

La buena noticia es que hay ejercicios que se pueden llevar a cabo diariamente a fin de empezar a controlar el enojo. Raúl dijo que una de las herramientas más poderosas para el manejo de la ira es la relajación. Las personas debemos practicar cómo relajarnos en situaciones tranquilas: aunque no estemos molestos, debemos respirar profundamente y repetir una palabra que nos dé calma, y practicar eso varias veces al día.

Otro consejo es recordar continuamente que las otras personas no tienen malas intenciones, que todos cometemos errores. Es decir, disminuir la exigencia hacia los demás y ser más tolerantes.

El tener más calma y considerar estos procesos diariamente pueden ayudarnos a que los corajes habituales no se conviertan en ira y desaten los demonios del enojo.

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