Revista Cambio

Mosquito que empobrece

Veracruz es el estado que, de acuerdo con la Secretaría de Salud, registra el mayor número casos de zika en México. Ahí vive Consuelo Xala Belli y, hace unas semanas, su hijo de 13 años se convirtió en uno de los 3 784 mexicanos que han padecido oficialmente esa enfermedad.

“Por la mañana inició con fuerte dolor de cabeza, malestar en el cuerpo, dolor y agotamiento; pero para la tarde ya tenía 39 grados de fiebre”, recuerda Consuelo, quien vive en San Andrés Tuxtla.

“Para la noche, persistió la temperatura y el dolor de cabeza, y por la mañana sintió una pequeña mejoría; sin embargo, para las cuatro de la tarde apareció una erupción en todo su cuerpo acompañada de una comezón intensa”.

El médico diagnosticó zika, recomendó reposo absoluto y recetó paracetamol, muchos líquidos y análisis de sangre diarios con el fin de darle seguimiento a la evolución de la enfermedad.

Cuatro días después desaparecieron los síntomas, los más molestos, pero el malestar permaneció durante un tiempo; sin embargo, Xala estuvo preocupada todo ese lapso debido al riesgo de que se presentara alguna complicación.

“No hay medicamentos para eliminar el zika, la chikungunya o el dengue, solo debes estar al pendiente de que las plaquetas no bajen porque puede complicarse”, asegura.

 

El virus en México

Aun cuando el primer caso de zika en México se registró en Nuevo León en octubre de 2015, este en realidad es un mal que azota las zonas tropicales. De acuerdo con cifras del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud, hasta el 3 de octubre, el estado en donde se había confirmado la mayoría de los casos era Veracruz, con 1 008; seguido de Guerrero, con 704; Chiapas, con 562; Oaxaca, con 434; Yucatán con 275; Tabasco, con 154; Quintana Roo, con 156, y Colima, con 133.

En todo el país, los casos se han presentado en 21 estados, y quedan libres de registro de zika entidades como la Ciudad de México, Chihuahua, Querétaro, Zacatecas y Guanajuato.

Esta distribución geográfica del zika se debe a que el mosquito que lo transmite (del género Aedes, como el Aedes aegypti, que también transmite el dengue y el chikungunya) solamente puede vivir en lugares que se encuentren a menos de 1 800 metros sobre el nivel del mar, explica Malaquías López Cervantes, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México y que recientemente fue nombrado director general de Planeación y Desarrollo de la Secretaría de Salud.

La segunda característica que necesita ese mosquito para reproducirse, apunta López Cervantes, es que se presenten condiciones de lluvias, humedad y calor. Es por esto que el clima de los últimos meses, especialmente en las costas del país, ha ayudado a que aumente con rapidez el número de casos.

Así, por ejemplo, apenas a inicios de agosto, la Secretaría de Salud reportaba 1 490 casos, cifra que en la primera semana de octubre estaba a punto de triplicarse.

 

Evitar picaduras

López Cervantes indica que la mejor defensa contra el mosquito que transmite el zika es que cada persona ayude a evitar la reproducción del insecto, ya que sin este no hay ningún tipo de riesgo de contraer la enfermedad; además, cada quién debe aprender a hacerse cargo de su propia seguridad para evitar ser picado.

Por ello, las dependencias de salud federales y estatales han emprendido diversas campañas en lo que va del año con el fin de que las personas hagan todo lo posible para evitar la acumulación de agua, por ejemplo, lavando constantemente objetos como tinacos, cisternas, floreros y bebederos; volteando cubetas, tinas o macetas; no tirando a la vía pública botellas, trastes, latas o llantas; cambiando constantemente el agua de las mascotas y manteniendo altos estándares de limpieza e higiene en casa.

“Los piquetes de este mosco suelen presentarse al interior de las casas, especialmente en el amanecer y atardecer, por lo que es importante aplicarse repelente, usar ropa de manga larga y pantalón, además de poner pabellones en el lugar en donde duermen”, agrega.

Por su parte, la Secretaría de Salud coloca larvicidas en contenedores de agua y lleva a cabo labores de fumigación en zonas de alto riesgo.

A pesar de todo esto, el número de casos de zika continúa aumentando en México y genera afectaciones en otros rubros, como la economía.

 

Impacto al bolsillo

En San Andrés Tuxtla, las personas siguen las acciones recomendadas por las autoridades, especialmente después de que el año pasado muchos habitantes de esa ciudad padecieran chikungunya; sin embargo, enfrentan diversos contratiempos.

“Fumigaron por aquí hace un mes, pero el sistema de salud de Veracruz está en quiebra financiera, y el área de vectores, que es la que se encarga de revisar patios para la limpieza y hacer las fumigaciones, ha realizado paros por falta de pagos”, denuncia Xala.

Asimismo, los médicos recomiendan a los pacientes con zika beber agua de coco, por lo que la demanda de ese producto creció hasta 50 % y, como suele pasar, también aumentó el precio.

“La inversión para prevenir y tratar el zika es alta; por ejemplo, gastamos 300 pesos a la quincena en repelentes”, apunta Xala, quien también tuvo que pagar 600 pesos en estudios sanguíneos durante la enfermedad de su hijo, ya que el sistema de salud no los cubre. A lo largo de su corta vida, el hijo de Xala ya ha padecido zika, dengue y chikungunya.

 

La detección

A pesar del aumento reciente en el número de casos, este tipo de enfermedades siempre se dan en lugares tropicales.

“En climas tropicales ya sabemos que aquí esas enfermedades se vienen con todo, y muy pocas personas se salvan”, asegura Katty B., quien vive en Acapulco, Guerrero, segundo estado con más casos de zika.

“Hace dos meses, me dio zika al mismo tiempo que a mi mamá. Al principio pensé que estaba intoxicada, pero después vi que en todo el cuerpo tenía granitos”, recuerda.

“Fui al ISSSTE y no me hicieron estudios, como ya habían tratado a muchas personas con zika, me diagnosticaron rápido. Sé que en laboratorios privados el examen cuesta como 1 000 pesos porque es una prueba muy especial y, por el costo, no le conviene a las dependencias de salud hacerla”.

Durante la enfermedad, tuvo que permanecer en casa durante 10 días sin realizar grandes esfuerzos y evitar salir al sol, ya que le generaba comezón.

“Solito se fue quitando; yo sólo tuve los granitos, pero a mi mamá le dio fiebre y se enfermó del estómago”, explica Katty, quien también ya padeció dengue hemorrágico.

“Después del zika, no he tenido ningún problema, a diferencia de las personas que les da chikungunya, quienes se quedan con dolencias en las articulaciones”.

Regularmente, debido a la rapidez con que llega y desaparece, el zika se detecta mediante la observación médica; sin embargo, hace unos días, la división de salud de la empresa Siemens anunció que desarrolló una prueba genética para detectar el virus, la cual es más eficaz que otras existentes en el mercado.

Por ahora, esa y otras pruebas no se han comercializado en México debido a que no han sido autorizadas por la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

 

Como llega, se va

Aunque son fuertes, los síntomas del zika suelen desaparecer relativamente rápido en la mayoría de las personas; inclusive, es común que se confunda con otra enfermedad o incluso que pase desapercibida por el paciente.

“En general, el zika aparece una semana después de la picadura y se termina una semana después, por lo que durante muchos años no alarmó a nadie”, reitera López Cervantes.

Según la ficha técnica de la Secretaría de Salud, la transmisión se produce mediante la picadura del mosquito, aunque desde 2011 se han registrado casos, también aislados, de transmisión humano a humano, ya sea por saliva o por contacto sexual.

Hasta hoy, no existe un medicamento que cure el zika, tampoco una vacuna que lo prevenga –continúa el documento–, por lo que únicamente se recomienda ingerir abundantes cantidades de líquidos y atender los síntomas (como fiebre o dolor de cabeza); solo se sugiere atención hospitalaria en caso de presentarse alguna complicación, lo cual tampoco suele ser común.

 

Mujeres embarazadas

El zika es una enfermedad más incómoda que peligrosa; sin embargo, en los últimos meses, se encendieron las alertas a nivel mundial, no tanto por su propagación, sino porque puede afectar peligrosamente a los recién nacidos cuya madre haya sido infectada por ese virus.

A pesar del aumento de casos en México, no se han registrado muertes asociadas a esta enfermedad, y aunque no respeta sexos, las mujeres embarazadas o en edad reproductiva son el sector poblacional más vulnerable.

“No me dio miedo tener zika porque no estaba embarazada, ¡hubiera muerto del terror si estuviera en esa situación!”, menciona Katty.

En 2015, se registró en Brasil un incremento atípico en el número de nacimientos de niños con microcefalia (desarrollo insuficiente de cráneo y cerebro), lo cual fue relacionado con el zika por las autoridades sanitarias de ese país.

López Cervantes asegura que, cuando una mujer embarazada es picada y contagiada de zika, tiene altas probabilidades de transmitir el virus al bebé.

“El virus se mete en el bebé y tiene preferencia por las células cerebrales, por lo que infecta su sistema nervioso y provoca que se detenga su crecimiento”, explica el especialista.

Esto puede provocar que el cerebro y el cráneo del bebé no se desarrollen lo suficiente y el niño nazca con microcefalia, es decir, con la cabeza de un tamaño más pequeño de lo normal.

Las personas que padecen algún grado de microcefalia, indica López Cervantes, pueden tener un nivel intelectual bajo que les provoca dificultades para aprender a hablar o escribir, además de que necesitan atención permanente.

Una buena noticia es que, de acuerdo con la Secretaría de Salud, no se ha diagnosticado ningún caso de microcefalia en mujeres que padecieron zika durante el embarazo en México.

Pero esto no quiere decir que se deba bajar la guardia, pues la misma dependencia reporta que, hasta finales de septiembre, había 1 525 casos confirmados de zika en mujeres embarazadas en el país, la mayoría de ellas en Guerrero, Chiapas, Veracruz y Oaxaca.

Las recomendaciones para las mujeres embarazadas son redoblar esfuerzos con el fin de prevenir la picadura del mosquito y asistir constantemente a los controles prenatales con su doctor. En el caso de presentar los síntomas, debe acudir de inmediato con el médico.

 

Panorama regional

Un estudio de Nature Microbiology, una revista científica en línea, pronosticó que 93.4 millones de personas podrían resultar infectadas con zika en los próximos meses, de las cuales, casi 15 millones estarían en México.

Sin embargo, 80 % de esos casos no pasarán a mayores o, inclusive, pasarán inadvertidos, se destaca en el artículo.

El país que sería más afectado por el zika sería Brasil, con más de 37 millones de casos; y después de México, los países con más pacientes serían Venezuela, Colombia y Cuba, con 7.4 millones, 6.7 millones y 3.7 millones de infectados, respectivamente.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reportó, al 22 de septiembre, que desde 2015 se confirmaron casos de zika en 47 territorios del Continente Americano.

Además, en cinco de esos países (Argentina, Canadá, Chile, Estados Unidos de América y Perú) se notificaron casos de zika transmitidos sexualmente; mientras que en todo el continente se registraron 2074 casos de transmisión a hijos de mujeres embarazadas, de los cuales 1949 tuvieron lugar en Brasil.

 

Los viajeros

Por ello, antes de viajar a regiones como Asia, África o Sudamérica, en las que existe un alto riesgo de contraer zika u otras enfermedades similares, la Organización Panamericana de la Salud recomienda informarse sobre los riesgos y alertas epidemiológicas del destino. Consuelo, una estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana, no pensó que tuviera algún riesgo al viajar a Cancún pero, dos días después de regresar de sus vacaciones, tuvo un cuadro de fiebre atípico.

“Fui al doctor y solamente me recetó algo para la fiebre porque no le halló a lo que tenía, por lo que me pidió ir al siguiente día otra vez a consulta por si me tenía que mandar a hacer unos análisis, pero resultó que, cuando fui, ¡yo ya me sentía bien!”, recuerda.

El médico le dijo que se pudo haber tratado de un cuadro de zika, pero de lo que sí estaba seguro era de que se trataba de un cuadro clínico muy común en habitantes y visitantes de los destinos de playa.

El Centro Médico ABC cuenta con una Clínica del Viajero que, precisamente, ofrece el servicio de orientación médica para personas que visitarán lugares de riesgo.

La encargada de esta área, Pamela Garciadiego, dice que hoy el mundo está más conectado, por lo cual la gente viaja más seguido y a más lugares, lo cual también aumenta el riesgo de adquirir enfermedades infecciosas que antes se hubieran limitado a un ámbito geográfico.

Respecto al zika, la infectóloga egresada de la Universidad La Salle dice que un lugar al que se suele viajar es la playa, que es precisamente uno de los sitios de más alto riesgo.

“Muchos tienen la idea de que, a la hora del sol, los moscos no pican, pero eso no es así”,advierte. “Por eso, primero hay que ponerse el bloqueador solar, y entre 20 y 30 minutos después el repelente, repitiendo esa acción durante todo el día”.

Respecto al número de veces que hay que aplicarse repelente, la especialista indica que los productos más efectivos son aquellos que tienen un compuesto llamado “dietil-meta-toluamida”, también conocido como DEET –un químico que fue desarrollado originalmente por el ejército de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial.

“De acuerdo con el porcentaje que tenga de este compuesto, se establecerá el número de veces que deberá aplicarse; es decir, si este es alto se aplicará menos veces durante el día”, explica Garciadiego.

Varias marcas comerciales tienen este ingrediente activo, el cual puede identificarse en la etiqueta.

Otra recomendación es usar ropa clara, ya que esta atrae menos a los mosquitos; además, en los lugares que aplique, se deberá usar botas o zapatos cerrados. En interiores, usar el aire acondicionado también inhibirá la presencia del mosquito, afirma.

Aunque el número de contagios de zika por transmisión sexual en el mundo es bajo, es recomendable también considerarlo cuando alguien se encuentre en una zona de alto riesgo.

Y, en el caso de las mujeres embarazadas, lo mejor es no viajar: “Es la manera de prevenir, punto”, subraya Garciadiego.

“Además, la gente que se quiera embarazar, si tuvo un viaje a estos lugares, deberá esperar al menos seis meses para intentarlo, ya que, muchas veces, esta enfermedad es asintomática, y no te enteras que llegaste a tener el virus en la sangre; esta recomendación aplica por igual a hombres y mujeres”, señala.

Por último, la especialista advierte que el mejor momento para visitar esta Clínica del Viajero es con tres o cuatro semanas de anticipación, con el fin de tener las valoraciones médicas necesarias y viajar bien preparado.