Revista Cambio

Niños agricultores

El trabajo infantil en la agricultura aumentó en los últimos años, impulsado en parte por un aumento de los conflictos y los desastres provocados por el clima, pero esta tendencia comienza a preocupar porque no sólo amenaza el bienestar de millones de niños, también socava los esfuerzos que permitirían acabar con el hambre y la pobreza en el mundo, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Actualmente, el número de niños que trabaja en el campo ha aumentado de 98 millones en 2012 a 108 millones hoy, y los conflictos prolongados y los desastres naturales de tipo climático, seguidos por la migración forzada, han obligado a cientos de miles de niños y niñas a ponerse a trabajar.

Ante este panorama, Daniel Gustafson asegura que la probabilidad de que los y las menores de edad que trabajan muchas horas continúen engrosando las filas de los pobres y hambrientos es muy alta. “Como sus familias dependen de su trabajo, esto priva a los niños de la oportunidad de ir a la escuela, lo que a su vez les impide obtener empleos decentes e ingresos en el futuro”, advierte.

Además, gran parte del trabajo que realizan en el campo no es apropiado para su edad, a menudo es peligroso y puede afectar a su bienestar.

Como parte de su planteamiento más general para eliminar el trabajo infantil en la agricultura, la FAO promueve esfuerzos con el propósito de aumentar los ingresos de las familias rurales a fin de que tengan los medios con qué enviar a sus hijos a la escuela en lugar de que trabajen.

Además ha desarrollado materiales que ofrecen orientación práctica adaptados a los países, como un Manual para supervisar y evaluar el trabajo infantil en los programas agrícolas.