Revista Cambio

Soñadores en tierra azteca

En las páginas de la relación entre México y Estados Unidos hay un sinfín de historias amargas en las cuales muchos connacionales que han ido a buscar el sueño americano acumulan relatos trágicos en los que sus ilusiones se convierten en una pesadilla.

Sin embargo, existe el lado B, y ese es el México que puede demostrar a los Estados Unidos que también aquí puede existir un sueño para sus ciudadanos. No sólo ofrece oportunidades de negocio, también las facilidades de adquirir casas de verano a un precio que no podrían costear en su país, un clima que les garantiza comodidad la mayor parte del año, y un lugar donde el dinero rinde más.

Así lo ha entendido una comunidad de más de 12 000 estadounidenses que viven en la zona de la rivera de Chapala, en Jalisco. La mayoría son jubilados que encontraron en este estado del occidente mexicano la posibilidad de adquirir propiedades que a estas alturas no tendrían en su país. El hablar inglés y español le da a la mayoría una ventaja adicional.

“Aquí tenemos dinero, solvencia, tranquilidad, buen clima. Nosotros también tenemos miedo de que todo esto se pueda perder por Trump (Donald). Ahora nuestro país es México”, señala Terry Vidal de la Lake Chapala Society, una organización integrada por estadounidenses que viven en la zona de Chapala-Ajijic.

La organización brinda apoyo a la comunidad, con clases de inglés, atención médica, librería, acondicionamiento físico y actividades culturales.

 

Esta región de Jalisco ha pasado por una transformación desde mediados de los años noventa, cuando la comunidad de jubilados estadounidenses empezó a llegar a la zona. En el caso de Ajijic, la población ha adoptado el inglés como segunda lengua.

La investigadora Mónica Palma realizó en Tamaulipas una investigación de carácter histórico sobre ex combatientes de guerra norteamericanos radicados en Guadalajara entre 1981 y 1984. Concluyó que muchos veteranos bélicos, desde hace más de dos décadas, llevan una vida tranquila, confortable y solitaria en esta capital.

En su estudio encontró que no están en contacto con sus compatriotas, sin embargo, llevan una vida similar a la de su país de origen y tratan de preservar sus pautas culturales.

“Han llegado también jóvenes como inversionistas en restaurantes, como empresarios y eso ha dejado beneficios económicos a la zona porque ha aumentado el turismo y no podemos negar que hay un desarrollo y una economía destacada por la inversión que traen y el consumo. Aquí lo que vemos es un beneficio para los dos partes: para la gente que llegó y para la que ya estaba porque al tener más turismo y más intercambio cultural también se obliga a un desarrollo”, dijo por su parte Eduardo Barajas, investigador del Centro de Estudios Universitarios de la Ciénega (Cuciénega), ubicado en la misma región Chapala-Ajijic.

Afirma que los migrantes “son detonantes económicos. El hecho de que extranjeros vengan a vivir o a invertir les da un beneficio a ellos y hace que nuestro país sea atractivo”.

Panorama de negocios

Datos del Departamento de Estado de Estados Unidos señalan que un millón de estadounidenses viven en suelo mexicano. Independientemente de su estatus migratorio, prefieren estados con destinos de playa, como Quintana Roo, Baja California, Baja California Sur y Jalisco.

También prefieren otros destinos como la Ciudad de México, Colima, Guanajuato, Durango, Michoacán, Nayarit, Sonora, Guerrero y Zacatecas, lo cual indica que ya existe una presencia fuerte de estadounidenses en 13 estados del país.

Datos del Instituto Nacional de Migración (INM) señalan que uno de cada tres permisos que extiende a estadounidenses radicados en México es para residencia permanente. La entidad con mayor número de tarjetas otorgadas entre 2014 y 2016 fue Baja California Sur con 1 178.

“Les gusta quedarse porque se adaptan muy bien a la cultura, a las tradiciones de las sociedad. Yo he visto a extranjeros que acuden a la cantina del lugar, disfrutan se adaptan y eso también es un incentivo para quedarse en México”, señala el investigador del Cuciénega.

Jennifer Gordon, de la Fordham Law Immigrant Preparedness Project (FLIPP), con sede en Nueva York, asegura que a pesar de la persecución de la que son objeto los mexicanos en Estados Unidos a raíz de la llegada de Donald Trump a la presidencia, los estadounidenses todavía ven a México como una opción de vida.

“Los que tenían interés en estudiar, vivir o trabajar en México no han cambiado de opinión porque México no se está portando mal con los estadounidenses, es Estados Unidos el que se está portando mal con ellos”, señala.

México también es un buen destino para las empresas extranjeras, como las automotrices, que han logrado beneficios para establecer sus plantas –más allá de la mano de obra barata.

La fábrica que Ford canceló en San Luis Potosí en enero se hubiera construido en un predio de 280 hectáreas donado por el Gobierno estatal y que tuvo que devolver cuando canceló su inversión por 1 600 millones de dólares tras obedecer a una serie de tuits amenazantes por parte del ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La American Chamber en México tiene registrados 1 400 asociados, que representan el 70 % de la inversión extranjera en México y aproximadamente 30 % de la fuerza laboral en el país.

“Estas empresas cumplen con la ley, brindan seguridad social, pagan impuestos e invierten en desarrollo de talento, investigación e innovación en nuestro país, lo que se traduce en mejores condiciones de vida para millones de mexicanos y sus familias. Toda inversión extranjera en México es fuente de crecimiento de empleo y prosperidad. El destino de Estados Unidos y México está entrelazado y la única manera de ganar es fortaleciendo e impulsando nuestra colaboración, entendimiento y diálogo en beneficio común”, señala José María Zas, expresidente de la American Chamber.

México significa también para la Unión Americana un mercado de 5 144 millones de dólares anuales, ya que es el principal importador con el 50.2 % del total de lo que compra el país al extranjero.

Los estados con más exportaciones a México son Texas, California, Michigan, Louisiana, Illinois, Ohio, Tennessee, Indiana, Pennsylvania y Nueva York.
Para estos estados, México es un importante receptor de equipo de cómputo, electrónico y para transportación; químicos, petróleo y cobre, maquinaria, metales, entre otros.

Muchos norteamericanos saben que la relación bilateral debe ser en condiciones de igualdad, pues ambos países representan beneficios para sus habitantes. ¿Qué tanto su sueño se verá alterado por la nueva política de la Casa Blanca? El tiempo lo dirá.