Revista Cambio

Tech-Mex

México es una de las economías con mayor crecimiento en cuanto a adopción de tecnología, sin embargo, todavía está muy por debajo del promedio global. En 2016, el país se ubicó en el lugar 92 de este rubro dentro de 175 economías que fueron medidas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que regula las telecomunicaciones a nivel internacional entre las distintas administraciones y empresas operadoras.

Nuestro país obtuvo una puntuación de 4.87 (está por debajo del promedio que fue de 4.64). El primer lugar lo ocupó Corea del Sur con una calificación de 8.84 de este índice que mide el nivel de acceso o disponibilidad de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en los países, además de la intensidad de su uso y las habilidades de los ciudadanos para adoptarlas.

A pesar de este retraso, el promedio de uso de las TIC en los mexicanos aumentó 9.4 % entre 2015 y 2016, la quinta tasa de crecimiento más alta a nivel mundial.

Y es que, de unos años a la fecha, las y los mexicanos gustan de invertir en tecnología y hoy gastan más que hace unos años.

“En 1991, gastábamos 111 pesos mensuales en promedio en servicios de telecomunicaciones, pero en 2016 gastamos 7 030 pesos, es decir, 70 veces más que hace 25 años”, subraya Gonzalo Rojón, socio y director de análisis de The Competitive Intelligence Unit (CIU), firma de consultoría e investigación en comunicaciones, infraestructura y tecnología.

“Antes, la gente sólo necesitaba una línea fija, pero hoy incluye productos como conectividad, banda ancha, TV restringida o servicios móviles y fijos. Cuando necesita ahorrar, la gente en México no busca cortar alguno de esos servicios, sino que los quiere todos al mejor precio”.

Sin embargo, parece que este gasto no necesariamente corresponde al nivel de uso que las y los mexicanos hacen de la tecnología y a su nivel adquisitivo.

“La mayoría de las personas tienen teléfonos de gama media y media baja, pero también hay muchos que tienen celulares de 16 000 pesos para arriba y sólo los utilizan para checar Facebook y WhatsApp, es decir, no le sacan el provecho que deberían”, revela José Antonio Pontón, periodista especializado en tecnología.

El también director de producción del sitio especializado en tecnología Unocero.com, opina que sucede algo similar con el internet de la cosas, el cual empieza a estar a nuestro alcance en dispositivos como los relojes inteligentes (smartwatchs) y otros productos que las personas pueden tener que incluyen hasta accesorios o prendas de vestir (wearables).

“Pero la gente no los aprovecha, es mucho más estatus y fashion que lo que se utiliza realmente. Quizá en un ambiente más geek se le sacará más provecho a los sensores, las cámaras o la memoria, pero en general, la gente los usa en automático y sólo presume su gadget de mil dólares”, señala.

Ernesto Piedras, director general de CIU, coincide en este punto: “En México, las personas hacen el esfuerzo por comprar el dispositivo más avanzado posible. Pero hay gente que tiene un smartphone muy avanzado que usa solamente con wifi, porque no tiene el ingreso económico continuo para tener un contrato. Es como comprar un auto deportivo, pero sin tener dinero para la gasolina”, ejemplifica.

De acuerdo con Óscar Clavellina, académico de las facultades de Psicología y de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, la tecnología le permite a las personas pertenecer a un grupo sin invertir tanto tiempo o dinero, como cuando se van a tomar un café o se reúnen en un billar. “La tecnología otorga un sentimiento gregario que le genera placer a un sujeto. Por ejemplo, tener un perfil de Facebook me permite ser parte de algo”, explica.

“Nosotros no nacimos con esa tecnología, pero la hemos ido incorporando a nuestras necesidades de la vida cotidiana”, reitera el especialista.

BANDA ANCHA

Piedras señala que, en la cobertura de servicios tecnológicos, como la banda ancha de internet, México ha avanzado en los últimos años, aunque todavía falta mucho trabajo en calidad y en el precio, ya que, aunque las tarifas han bajado y son más competitivas, el país todavía se encuentra entre los más caros del mundo.

Comparados con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de 2009, los servicios de telefonía móvil hoy son 58 % más baratos, mientras que los de telefonía fija han descendido 12.3 %. Estas cifras recabadas por CIU también consideran que el servicio de internet hoy es 12.6 % más económico.

En ese lapso, el número de líneas móviles en México creció 32.6 %, mientras que las fijas se redujeron 2.1 %; las conexiones de internet de banda ancha casi se duplicaron, ya que ahora hay 92.4 % más.

Así que la radiografía del uso de tecnologías en México revela un rápido crecimiento y el gusto de las personas por consumirlas, a pesar de que no les saca el provecho que podría.

PRÊT À PORTER

De acuerdo con un estudio de The International Data Corporation (IDC) publicado en 2016, el año anterior se vendieron casi 180 000 wearables, y las proyecciones indican que esa cantidad casi será duplicada a finales de este año. Con dichas proyecciones de crecimiento, se habla de que el valor del mercado de wearables en México tiene un valor de 62.56 millones de dólares.

De ahí que grandes empresas de cómputo como Lenovo ahora miren hacia el mercado de los wearables y el internet de las cosas como una nueva oportunidad de crecimiento, siguiendo el ejemplo que han puesto ya empresas como Apple y Samsung.

Y es que los llamados wearables –cualquier dispositivo que se pueda utilizar en el cuerpo, que se pueda remover en cualquier momento y que cuente con un microprocesador y conectividad inalámrbica– serán los reyes del mercado en los próximos años, a pesar de que en este momento apenas se están usando los llamados basic wearables: aquellos que funcionan para medir y monitorear movimientos, pulsaciones, pasos, distancia o tiempo, pero no cuentan con una pantalla, sólo transmiten los datos ya sea a otro dispositivo móvil, como el celular o tablet, o bien a una computadora o base de datos central. Hasta el año 2016, dichos dispositivos ocupaban 64.7 % del mercado, destaca la consultora.

El siguiente nivel son los llamados smart wearables, es decir los que cuentan con pantalla propia, soportan el uso de aplicaciones y permiten interacción con el dispositivo, contestar llamadas, atender notificaciones. Por supuesto, quien estuvo a la vanguardia en ello fue Apple, con su iWatch, no obstante ahora otras marcas de smartwatches los han hecho accesibles para bolsillos más modestos, aunque apenas representaban el 35.3 % del mercado al final de 2015.

En México todavía no se ha generalizado el uso de zapatos, ropa o accesorios diversos con estas funciones, sin embargo las proyecciones son alentadoras para las grandes firmas de gadgets y las startups que ya enfocan el desarrollo de las app nativas para estos dispositivos.

Pero no todo depende de esas compañías, pues su penetración en el mercado mexicano varía según los avances en el desarrollo de infraestructura para hacer eficientes a las telecomunicaciones. Así, de nuevo son los operadores de servicios móviles quienes deben mejorar la capacidad de la red, para que pueda soportar el incremento de uso de weareables conectados.

INTERNET DE LAS COSAS

Otra tendencia que va en aumento en todo el mundo es el internet de la cosas, es decir, la conexión entre dispositivos u objetos o la comunicación de las personas con estos. Por ejemplo, los gadgets que permiten apagar la luz de una casa desde un celular aunque el usuario se encuentre en un país distinto.

En México, hay más de 8 millones de objetos conectados, los cuales se encuentran en posesión de 6.3 % de la población, de acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Así, en este rubro, México se encuentra en el lugar 10 de los 24 países que integran el estudio, por debajo de naciones como Corea del Sur o Brasil.

Algunos de estos objetos pueden ser las bocinas conectadas vía wifi para reproducir música desde un celular, dispositivos como Apple TV, una Smart TV (televisión con conexión a la red y aplicaciones para ver contenidos) o refrigeradores con conexión a internet que cuenten con servicios como sincronización de la lista del supermercado en el teléfono de sus usuarios.

Una tecnología básica para que el internet de las cosas funcione (y otros servicios más viejos, como el correo electrónico) es el cómputo en la nube, el cual consiste en almacenar en internet información y software para que no se queden en los dispositivos, por lo que libera el espacio de memoria de estos o, simplemente, no la necesitan para operar.

Y ahí hay un rezago de México en relación con el resto de América Latina, ya que apenas se encuentra en el lugar 15 de 24 países en cuanto a adopción de la nube, revela un análisis realizado por la asociación Business Software Alliance (BSA).

A pesar de esto, la nube tiene un amplio potencial en nuestra nación, pues  según cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), puede generar cerca de 63 000 nuevos empleos en el país debido a que, entre otras virtudes, reduciría 1 % el costo de operación de las pequeñas y medianas empresas.