Periodismo imprescindible Sábado 20 de Abril 2024

Videojuego es el idioma, y Jesús, el traductor

Un juego que les explica a niños con leucemia lo que pasa dentro de su cuerpo fue la inspiración para que Jesús se dedicara a desarrollar videojuegos dirigidos a las empresas, con el fin de que los empleados entiendan procesos complejos jugando y no con sesiones de capacitación
08 de Julio 2018
No disponible
No disponible

Mi nombre es Jesús Cochegrus, soy ingeniero en sistemas computacionales y no sé qué hago acá hablando en público, así se presenta quien fuera hasta 2012 el director de Kaxan, empresa que desarrolla videojuegos y películas animadas.

Bajo su dirección, se convirtió en la primera empresa mexicana en ser aceptada como desarrollador autorizado para Nintendo Wii, XBOX y PlayStation 3, y encabezó personalmente el proyecto Taco Master, un videojuego que conquistó el número uno en iTunes México y otros países.

Jesús es un ingeniero en sistemas que también viste de traje ocasionalmente si da conferencias a grandes audiencias, y encima es un padre de familia que no ama la palabra “líder” y sus derivados, aunque sus pláticas hablen sobre ese tema.

¿Por qué? Quizá tenga que ver el hecho de que es parte de la generación que creció con figuras cinematográficas que marcaron la vida de cientos de jóvenes y menores, como Obi-Wan Kenobi, Gandalf o Dumbledore.

“Yo soy hijo del story telling”, dice Jesús Cochegrus como si fuera una maldición, pero da a entender que ese proceso se trata de darle una misión a un héroe, en tanto que aquellos que “guían” a estos protagonistas, serían los mentores. “Aunque tristemente no existe en nuestra cultura, su labor es desarrollar héroes. Es decir, ellos ya pasaron su época, ya lucharon, ya pelearon y ahora les toca enseñar al Luke Skywalker, al Frodo o al Harry Potter en turno a que aprendan a confiar en sí mismos. Entonces en las compañías yo siento que pasa lo mismo”.

Por eso propone que quienes sean jefes de departamento o de área, no sean del tipo de gerentes que quieren ir a pelear las batallas por sí mismos, cuando su labor debe consistir en quitar las piedras del camino con la finalidad de ayudar a que los empleados a su cargo confíen en sí mismos; deben darles las herramientas para la toma de decisiones, pero también, tenerles paciencia.

Y es que cuando se equivocan los pequeños saltamontes, son errores que deben tenerse medidos. Él cree con fervor, por ejemplo, en el manejo de error, sobre todo por la industria de donde viene pues la animación tiene este tipo de procesos.

TRABAJO Y DIVERSIÓN

Ya todo lo malo sobre los gamers está dicho: que son flojos, que están ciegos, que son gordos; no estudian, si no trabajan, gastan mucho en cajitas virtuales, pero poco se contempla que los videojuegos ofrecen historias con misiones, estrategias, vidas, monedas y, definitivamente, diversión. ¿Quién se aburre de jugar una y otra vez Mario Bros? Que si así fuera, Nintendo se acaba.

—¿Por qué entonces el juego y la diversión están peleados con el trabajo?

—A veces por herencias culturales. Tenemos que evolucionar el sistema educativo que durante mucho tiempo era un sistema de generación de empleados; perdón por la expresión, no me gusta ese término de empleado porque es alguien que cambia horas de su vida o conocimiento por dinero. Las universidades estaban diseñadas pensando que ese era el molde y debían ajustarse. Estaba bien hace 200 años que no había lo que hay ahora y se convertían en una fábrica de empleados, pero en el mundo de hoy donde todos tenemos acceso a la información…

Así que la propuesta es que la educación ofrezca criterios para tomar decisiones.

Lo que propone Jesús es que debemos entender el problema de la educación, que no es sólo saber que Cristóbal Colón descubrió América; es visión, pues se trata –en el mejor de los casos– de un proyecto a 30 años en el que se tiene que capacitar a una generación de niños y niñas, y no sólo en matemáticas o en física, sino en el talento empresarial para que se la crean y confíen en ellos, es decir, un empowerment cuyo objetivo sea decirles que ellos tienen todo hoy con lo que hay en Internet y las aplicaciones tecnológicas.

La educación en el 2018 sólo está digitalizada en un 2 % en México, y casi el 32 % de los planteles educativos públicos del país cuentan con conectividad a Internet, de acuerdo con el estudio EdTech: Transformación de alto impacto, de la empresa Enova.

EL JUEGO

Un villano pirómano se metió a la compañía en la que trabajas como agente secreto; la misión es detenerlo a él o al fuego que provoque. ¿No es esa historia mucho más emocionante a la hora de aprender a distinguir los tipos de incendio en una armadora de automóviles? Sobre todo cuando tienes más de 8 000 técnicos que requieren aprender esa información y que no pueden estar acudiendo a clases durante meses.

Ese fue el videojuego creado por eMotion Interactive, la empresa que Jesús Cochegrus fundó y con la que llevó esta plataforma a otro tipo de corporaciones internacionales, para que los empleados entendieran procesos que estaban escritos en manuales, y terminaron por convertirse en atractivos videojuegos.

El juego contemplaba sólo 14 cursos, sin embargo, el proyecto ganó el Premio Nacional de Trabajo porque presentaba una forma innovadora y divertida de capacitación.

“Yo siempre he defendido mucho que la diversión no va peleada con el profesionalismo. Cuando tú gozas un proceso, cuando es memorable, queda mejor grabado sin meter tanta información, por lo que destacamos realmente lo más importante y, por un lado era la seguridad, y por otro era que se entendiera que la calidad del carro depende de ellos (…). Ese es el nivel de compromiso que generamos, y los juegos fueron ese idioma para sembrar esas semillas en la gente”, plantea Jesús.

PLAQUETAS VS. CÉLULAS

Imagina que, como si fueras el Hombre Hormiga, tuvieras la capacidad de encogerte a tal tamaño que pudieras entrar a tu cuerpo con el propósito de ayudar a los glóbulos rojos y ganarles en una batalla a las células inmaduras. De eso trata el juego en el que se inspiró Jesús Cochegrus para dedicarse a este tipo de videojuegos.

“Llegó una persona a exponer un juego que estaban desarrollando para niños con leucemia, considerando que para ellos es difícil el tratamiento y les costaba trabajo seguirlo porque se les hacía muy pesado. Entonces lo que hicieron en 2003 fue desarrollar un juego tratando de que los niños entendieran lo que pasaba dentro de su cuerpo”, explica aún con asombro Jesús.

El resultado fue que los niños jugaban y entraban con más ganas a sus terapias porque entendían el esfuerzo y la batalla que se estaba lidiando dentro de su cuerpo.

“Eso me marcó para decir ‘podemos hacer una diferencia’ porque nuestra industria se ha visto manchada por porquerías como Grand Theft Auto y ese tipo de juegos que los odio porque son sangrientos, pero también la industria tiene grandes aciertos como ese juego que me inspiró a llevar varios entrenamientos para bomberos, entre otras cosas”.

Este tipo de videojuegos están clasificados como Serious Games, o “juegos serios”, cuyo principal objetivo es la formación con entretenimiento: Cabe señalar que han sido estudiados en cuanto a su efectividad en el aprendizaje, o por lo menos en el apoyo a este proceso de adquisición de conocimientos.

Los tiempos están cambiando, reconoce Jesús, y afirma que todos deberíamos adoptar las tecnologías como parte de nuestra vida cotidiana. Ahora las generaciones que tienen hijos son aquellas que crecieron con una consola, tableta o smartphone en la mano, por lo que la idea de que los videojuegos son “malos” podría comenzar a desaparecer con mayor facilidad.

Pero Jesús recalca que, como en todo, aun con consola o sin ella, los padres y madres deben estar presentes en la vida de sus hijos; que no solo cuiden lo que consumen en videojuegos, sino que participen y dejen de lado las tecnologías que puedan llegar a consumirles tiempo que podrían pasar con su familia.

 

Hazlo tu mismo

Mientras que los más ilusos ya se imaginaron con su control inalámbrico de Xbox, la realidad es que no necesitas comprar consolas para todos tus empleados o amanecer con un paquete de visores para realidad virtual. Simplemente con que apliques los siguientes principios de manera muy básica con tu equipo, puedes cambiar tu percepción del juego y del trabajo:

– Plantea los objetivos y provoca que el equipo se enfoque en ellos; que tengan claro hacia dónde van y cuál es la meta, esa es su misión.

– Prueba nuevas estrategias. Hay que intentarlo hasta lograrlo, aunque suene algo utópico, y como ocurre en un videojuego: poco a poco genera nuevas tácticas.

– Practica todo el tiempo. Admirable es aquél que llega al primer intento a la meta y consigue el objetivo, pero en la práctica, el proceso se perfecciona.

– Si algo sale mal no te dejas vencer, lo vuelves a intentar sin que decaiga la moral.

– No hay a quien culpar. Tú eres el jugador porque tomas el control; cada quien es el héroe de su misión.

– Identifica tus mapas de avance. En un videojuego tienes muy claro dónde estás parado y lo que te falta recorrer; haz una agenda realista.

– Cuáles son tus currencies: ¿qué objetos pueden darte un valor adicional? No necesariamente tiene que ser dinero, pues en un videojuego hay muchas currencies, como moneditas, vidas, pócimas, estrellitas o armas que agregan algo a tu batalla.

Recientes