Revista Cambio

Fondo de emergencia

Actualmente, en México, el cáncer de mama ocupa el primer lugar de causa de muerte por cáncer en mujeres. Las cifras refieren más de 20 000 casos anuales. El cáncer, además de ser una enfermedad con tratamiento costoso, repercute directamente en las finanzas del núcleo familiar de la persona que lo padece; es un imprevisto para el que nadie está preparado.

Aun así, podemos tomar ciertas precauciones que nos permitirían ayudar a sobrellevar económicamente esta enfermedad, porque nadie es inmune y cada día es más común la detección de cualquier tipo de cáncer, y ello afecta sin duda las finanzas familiares.

La primera recomendación siempre es tener una institución de salud que nos respalde, ya sea pública –IMSS, ISSSTE o Seguro Popular– o, en el caso de las personas que puedan tener acceso, un seguro de gastos médicos mayores o gastos médicos menores. Hay nuevas alternativas con muy bajo costo para quienes nunca han tenido acceso a esos servicios.

Sin embargo, no podemos conofrmarnos con esa pequeña parte, tenemos que tener el control completo de nuestras finanzas con el propósito de que, en caso de sufrir alguna enfermedad grave, podamos tener un buen sustento, no meter en apuros a nuestros familiares, no entrar en pánico y malbaratar el patrimonio que hemos construido con el paso de los años. Porque más allá del tratamiento médico, lo cierto es que en el proceso podríamos tener que dejar de trabajar o de atender nuestros negocios. Por ello, la mejor opción es tener un fondo de emergencia, que como su nombre lo indica, servirá durante los sucesos imprevistos.

¿Cómo sé cuánto dinero necesito en mi fondo de emergencia? Para conocerlo, tienes que definir tu gasto fijo mensual y, si tienes familia, de tus dependientes. Es decir, cuánto es el dinero mensual que necesitas para los gastos básicos, como alimentación, vivienda (renta o hipoteca), transporte, servicios básicos (agua, luz, gas), educación, seguros. Aquellos artículos o servicios que no puedes dejar de utilizar o dejar de pagar porque te verías en un apuro. Por supuesto, tendrías que agregar los pagos de deuda que no pueden quedar en mora.

Una vez que tengas este monto definido, debes multiplicarlo por seis, a fin de que tengas un “colchón” de seis meses (mínimo), o si quisieras más holgura o que abarcara otro tipo de previsiones, como deducible y coaseguro de tus seguros, reparaciones del hogar, gastos escolares, etcétera, nueve meses. Esta cantidad es la que recomendamos con el objetivo de que solventes tus gastos provisionalmente, si llegara a pasar algo que te impida continuar con tu nivel de ingresos corriente –como en caso de las enfermedades, que, si el afectado es el sustento del hogar, podría no contar con el ingreso necesario para cubrir sus compromisos.

Adicional a esto, la recomendación es tener el dinero de tu fondo de emergencia en un fondo de inversión, a fin de generar intereses que te aporten al menos el porcentaje de inflación, entre 4 y 6 % anual. Este dinero necesita ser de fácil acceso, ya que los imprevistos se pueden presentar cualquier día y deberás tener la certeza de que eres tú quien pueda manipular el ingreso y egreso de este fondo a tu conveniencia.

Sé que el monto recomendado para el fondo de emergencia posiblemente no es un monto de fácil acceso. En promedio puedes tardar en llegar a la meta entre 2 y 5 años, según tu capacidad de ahorro; sin embargo, por ello es importante comenzar a construirlo a la brevedad a fin de que solventes cualquier emergencia. Por muy pequeño que creas que es tu ahorro, siempre será de ayuda, por eso debe ser una de tus prioridades financieras. Dado que no sabemos cuándo nos va a llegar ese momento de necesidad, algunos asesores recomiendan ponerse a dieta financiera si es necesario, con el propósito de alcanzar el fono de emergencia lo antes posible.

Acércate a asesores financieros certificados con la finalidad de que revisen cuál es la opción más adecuada para ti y te brinden una consultoría enfocada en el ahorro, para acrecentar tu patrimonio.