Periodismo imprescindible Sábado 20 de Abril 2024

Sueños 
guajiros

10 de Diciembre 2017
rogeliosegoviano
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De acuerdo con un informe dado a conocer por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de 1980 a la fecha, el gobierno de Estados Unidos ha invertido casi 65 000 millones de dólares en proyectos de investigación científica y tecnológica que se realizan en 196 diferentes universidades públicas y privadas de esa nación.

Por mucho que la crisis económica obligue a los miembros del Congreso a recortar el presupuesto de diversas áreas estratégicas, saben bien que los fondos etiquetados para el desarrollo científico en los campus estudiantiles son intocables, y si no lo pueden aumentar, tampoco le van a restar un sólo dólar.

Mejor que nadie, los norteamericanos saben que esos recursos que destinan a cada institución educativa de su país son una inversión a fondo perdido o, en el mejor de los casos, se trata de una inversión a muy, muy largo plazo y sin muchas garantías de éxito.

Por ejemplo, en los últimos 47 años el MIT –uno de los epicentros mundiales de la ciencia y la tecnología– únicamente ha ganado 62 millones de dólares por las patentes de los inventos e investigaciones que ha desarrollado. Es decir, menos de cuatro por ciento de los fondos que ha recibido en ese rubro.

Pero aún así, ellos apuestan por continuar sus investigaciones, ya que entienden que se trata de la construcción de las sociedades del futuro, donde los retos para la generación de alimentos, la creación de nuevas fuentes de energía, el desarrollo de las siguientes etapas en tecnologías de la información y comunicación, la construcción de vehículos de exploración espacial y hasta los más impresionantes avances en la medicina, entre otras tantas cosas, se tienen que comenzar a resolver desde ahora, aunque ni siquiera sepan si van a estar vivos  cuando estas soluciones se apliquen, si es que llegan a concretarse.

“Apoyar de forma consistente la investigación básica ayuda a transformar el mundo para bien, aunque puede ser que esto suceda hasta dentro de 20, 30 o 40 años y es impredecible. Si haces mucha investigación y la haces bien, entonces cambiarás el planeta. Si quieres ser uno de los países en la vanguardia de tecnologías radicalmente nuevas, tienes que hacerlo”, asegura la ingeniera Lita Nelsen, quien durante más de 25 años trabajó en el Tecnológico de Massachusetts dirigiendo la oficina de transferencia de tecnología –donde se encargan de gestionar las patentes–, y ahora es una reconocida conferencista y consultora es estas áreas.

Nelsen asegura que si tuviera oportunidad de hablar con la mayor cantidad de presidentes, jefes de gobierno y primeros ministros, no se cansaría de recomendarles que inviertan lo más que puedan en los centros de investigación universitarios, porque ahí está la clave para su futuro desarrollo como nación. Además, enfatizaría que lo peor que pueden hacer es tratar de medir el éxito de sus departamentos de transferencia de tecnología por la cantidad de dinero que estos generen.

En opinión de Lita Nelsen, los frutos más importantes de dichas inversiones son difíciles de medir en términos económicos. “Cuando alguien estudia ciencias o una ingeniería y además le enseñas emprendimiento e innovación estás invirtiendo en 50 años de su futuro. Serán personas independientes, capaces de crear sus propios empleos y nuevas tecnologías capaces de cambiar el mundo”.

Ojalá y el presidente de México, así como los precandidatos a sucederlo, entendieran la urgente necesidad de invertir más recursos en investigación científica y tecnológica. Ojalá y pudieran algún día conocer y escuchar a Lita. Sueños guajiros.

*Periodista especializado en cultura.

@rogersegoviano

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