KIEV, Ucrania (AP) — Los ucranianos votaban el domingo en las elecciones presidenciales, tras una campaña marcada por las luchas internas y las acusaciones de compra de votantes.
El país, de 42 millones de habitantes, elegirá entre 39 candidatos con la esperanza de que el nuevo presidente pueda guiar al país ante problemas como la corrupción endémica, un conflicto aparentemente inacabable con separatistas apoyados por Rusia en el este del país y una economía en crisis.
Los sondeos de opinión sitúan al comediante Volodymyr Zelenskiy como favorito a suceder al mandatario Petro Poroshenko, con la ex primera ministra Yulia Tymoshenko en un distante segundo puesto.
Si ninguno de los candidatos logra una mayoría absoluta se celebrará una segunda vuelta entre los dos más votados el 21 de abril.
Los temores en torno a la limpieza de las elecciones se dispararon esta semana después de que el ministro del Interior dijera que su departamento se había visto “inundado” por cientos de denuncias sobre que personal de campaña de Poroshenko y Tymoshenko habían ofrecido dinero a cambio de votos para sus candidatos.
Poroshenko, un magnate de la industria de las golosinas que ha visto hundirse su popularidad ante los problemas económicos del país y un severo declive en el nivel de vida, ha sido acusado de hacer oídos sordos a la corrupción. Activistas de ultraderecha le han seguido durante toda la campaña reclamando que se encarcele a colaboradores del presidente acusados de participar en una trama de malversación en el Ejército.
Zelenskiy interpreta a un profesor que llega a presidente después de que un video en el que denuncia la corrupción se haga viral, y al igual que su personaje ha hecho hincapié en la corrupción, proponiendo inhabilitaciones vitalicias para ejercer cargo público a cualquier condenado por sobornos. También pide negociaciones directas con Rusia para poner fin al conflicto en el este de Ucrania.
Por su parte, Tymoshenko se ha centrado en las penurias económicas que afectan a millones de ucranianos, tachando las subidas de precios introducidas por Poroshenko de “genocidio económico” y prometiendo reducir en un 50% los precios del gas doméstico en su primer mes en el cargo.
El actual mandatario atacó a sus rivales describiéndolos como marionetas del empresario autoexiliado Ihor Kolomoyskyi, que vive en Israel. Tanto Zelenskiy como Tyomshenko han rechazado las acusaciones.
