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AP Explica: Una España dividida no puede evitar elecciones

18 de Febrero 2019
AP Photo,El presidente del gobierno de España Pedro Sánchez hace declaraciones en el Palacio del a Moncloa, en Madrid, el 15 de febrero del 2019. Sánchez convocó a elecciones para el 28 de abril después de que el Parlamento rechazó su presupuesto. (AP Photo/Andrea Comas)
AP Photo,El presidente del gobierno de España Pedro Sánchez hace declaraciones en el Palacio del a Moncloa, en Madrid, el 15 de febrero del 2019. Sánchez convocó a elecciones para el 28 de abril después de que el Parlamento rechazó su presupuesto. (AP Photo/Andrea Comas)

MADRID (AP) — El presidente del gobierno español Pedro Sánchez convocó a elecciones generales para el 28 de abril después de que el parlamento rechazase el presupuesto presentado por su gobierno de minoría.

Serán las terceras elecciones en menos de cuatro años, un síntoma de las profundas divisiones que hay en la política española y de los problemas que plantea Cataluña.

Vistazo al estado de cosas y a lo que se puede esperar de las elecciones:

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¿CÓMO SE LLEGÓ A ESTO?

Hubo una época en la que en España había dos partidos: Los socialistas y los conservadores del Partido Popular (PP). Ambos se alternaban en el poder, apoyándose a menudo en nacionalistas de regiones con una fuerte identidad cultural.

Sin embargo, a partir de la crisis financiera mundial del 2008 y de la recesión que le siguió, el panorama político cambió radicalmente y surgieron agrupaciones opuestas al establishment como Podemos y la proempresarial Ciudadanos, fundada en Cataluña como respuesta al separatismo.

Las crecientes divisiones dieron paso a unas elecciones que no resolvieron nada en el 2015. Los españoles volvieron a acudir a las urnas unos meses después y el presidente Mariano Rajoy se declaró vencedor, pero no pudo formar un gobierno sino hasta que recibió el apoyo de Ciudadanos y los socialistas se abstuvieron de votar en el parlamento.

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CATALUÑA

El sentimiento separatista de los 7,5 millones de catalanes se intensificó al compás de la crisis económica y estalló en octubre del 2017, cuando una coalición encabezada por Carles Puigdemont, en desafío a los tribunales españoles, llevó a cabo un referendo y poco después declaró la independencia.

Ningún país reconoció a Cataluña como estado independiente y Rajoy adoptó una postura extremadamente dura contra los separatistas. Madrid asumió el control de la región, que se manejaba en forma autónoma.

En junio del año pasado, condenas por corrupción en el seno del PP generaron un voto de censura que acabó con el gobierno de Rajoy y trajo a Sánchez, joven líder socialista.

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SÁNCHEZ, ¿TERCO O INOCENTE?

Un gabinete de Sánchez con mayoría de mujeres aumentó el salario mínimo, anunció medidas para generar empleos en el sector público y expandió el seguro médico universal.

Pero sus primeras semanas en el cargo estuvieron plagadas de pasos en falso y registraron un giro de 180 grados en la política inmigratoria, que lo llevó a restringir el ingreso de extranjeros, como hacían otras naciones de Europa. Algunas medidas, como la exhumación de los restos de Francisco Franco, fueron bien vistas por sus partidarios y generaron rechazo en la derecha.

La situación de su gobierno ha sido precaria en vista de que tiene menos del 25% de las bancas en la cámara de diputados.

Dos encuentros de Sánchez con el nuevo líder catalán Quim Torra, un fervoroso separatista, arrojaron algunos progresos con miras a la normalización de las relaciones entre el gobierno central y el regional, pero al mismo tiempo movilizaron a Ciudadanos y al PP y le dieron alas a una nueva agrupación de extrema derecha, el partido Vox.

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¿Y AHORA QUÉ?

El presupuesto del gobierno fue rechazado después de que Sánchez se negase a aceptar un diálogo en torno a la autodeterminación de Cataluña, un derecho que no contempla la constitución de España.

Las cosas se complicaron por los recientes avances de Vox en elecciones legislativas en Andalucía, que fueron el logro más significativo de la extrema derecha desde la época de Franco.

Los socialistas de Sánchez encabezan las encuestas pero no cuentan con suficientes votos como para tener la mayoría en el Parlamento sin el apoyo de Podemos y de partidos regionales nacionalistas. La perspectiva de que los nacionalistas catalanes se unan el gobierno se diluye por el juicio a varios dirigentes separatistas por sus papeles en la fallida declaración de independencia de hace dos años.

El juicio, como dijo un comentarista radial, es como “un camión en llamas en medio de una elección”.

Las proyecciones indican que la extrema derecha podría terminar siendo el factor clave a la luz de sus avances de los últimos tiempos.

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Aritz Parra está en Twitter: @aritzparra

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