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Uruguay: infarto de un transeúnte ridiculiza al gobierno

28 de Julio 2019
AP Photo,Un hombre camina frente al Ministerio de Salud Pública en Montevideo, Uruguay, el jueves 25 de julio de 2019. (AP Foto/Matilde Campodonico)
AP Photo,Un hombre camina frente al Ministerio de Salud Pública en Montevideo, Uruguay, el jueves 25 de julio de 2019. (AP Foto/Matilde Campodonico)

MONTEVIDEO (AP) — La muerte de un transeúnte que padeció un infarto en la puerta de la sede del Ministerio de Salud Pública y no pudo ser auxiliado porque los desfibriladores del edificio estaban sin batería, ha dejado en falsa escuadra al gobierno, que está siendo objeto de críticas y burlas en las redes sociales, la prensa y en ámbitos políticos.

El caso ocurrió el lunes, pero se dio a conocer el miércoles tarde, por lo que la noticia despertó polémica en redes y prensa local el jueves. No se divulgaron los datos del paciente, que falleció frente a la sede ministerial.

“Hay una doble responsabilidad”, dijo el jueves el senador opositor Javier García, ya que no sólo los aparatos no funcionaron, sino que el Ministerio de Salud Pública es el organismo que debe controlar el buen estado de los desfibriladores que son obligatorios por ley en los edificios donde hay alta concentración de público.

“No pudieron prever ni que los que tienen en su propio edificio funcionen”, dijo García, que es médico, al informativo televisivo Subrayado. Agregó que convocará al ministro de Salud al Parlamento para que explique qué ocurrió con los aparatos.

Mientras tanto, las autoridades dijeron que están investigando qué ocurrió cuando el hombre se desvaneció en la puerta de la sede ministerial.

“Se le dio auxilio en forma inmediata, y cuando se le fue a dar uso a los desfibriladores, en dos de los casos estaban escasos de batería aparentemente, y se pudo usar un tercero. Esta situación nos preocupa muchísimo”, dijo la directora de Salud, Raquel Rosa.

La funcionaria agregó que el tipo de infarto que tuvo el transeúnte no hubiera podido ser revertido ni siquiera si los aparatos hubieran funcionado.

La ley uruguaya establece que “los espacios públicos o privados donde exista afluencia de público” tienen que contar como mínimo con un desfibrilador “que deberá ser mantenido en condiciones aptas de funcionamiento y disponible para el uso inmediato en caso de necesidad de las personas que por allí transiten o permanezcan”.

El Ministerio de Salud Pública es el encargado de velar por el cumplimiento de esta ley.

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