Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

Antes que 
sea tarde

Leonardo DiCaprio invita, mediante un documental, a cambiar hábitos de consumo de energía y alimentos a fin de combatir el cambio climático, ¿quién podría decirle que no?
12 de Junio 2017
Foto: Especial
Foto: Especial

POR JAVIER PÉREZ

Mientras filmaba El renacido (González Iñárritu, 2016), Leonardo DiCaprio se embarcó al mismo tiempo en un proyecto personalísimo: un documental centrado en los efectos del cambio climático en el mundo y la urgencia de tomar medidas en el asunto. Dirigido por Fisher Stevens (ganador de un Oscar al mejor documental por Operación delfín de 2009), el filme se titula Before the Flood y aquí puede encontrarse en el servicio de streaming Fox Play bajo el título Antes que sea tarde debido a que National Geographic (NG), subsidiaria de la 20th Century, se sumó a la iniciativa una vez que el documental estuvo listo. De hecho, el canal de televisión de NG lo transmitió pocos días antes de las elecciones presidenciales en EU.

El filme, que le tomó dos años a la mancuerna Stevens/DiCaprio de viajes por diversas partes del mundo entrevistando a gobernantes y científicos y visitando sitios donde los efectos del cambio climático son ciertamente visibles, es devastador. Como lo dice el propio DiCaprio en algún momento de los 95 minutos de duración del largometraje, aquí está su visión pesimista sobre el futuro del planeta. Sin embargo, esta visión no es únicamente para desgarrarse las vestiduras, sino que es un llamado a la toma de conciencia colectiva.

El activismo ambientalista de DiCaprio no es desconocido, aunque muchas veces ha sido calificado de ignorante, ingenuo y oportunista, por decir lo menos. En Antes que sea tarde deja en claro que conforme avanzaba con el filme se daba cuenta de lo poco que conocía del tema. Y este trabajo es precisamente su forma de aprender sobre lo que está pasando y lo que puede hacerse al respecto. El primer acercamiento que tuvo al cambio climático fue un encuentro con el entonces vicepresidente de su país, Al Gore (autor del célebre y visionario, aunque denostado documental Una verdad incómoda, de 2006, y su secuela de 2017). No entendió gran cosa, pero la semilla germinó y ahora el actor californiano es uno de los activistas ambientales más visibles del momento.

El documental empieza con una estupenda alegoría que utiliza El jardín de las delicias, de El Bosco (de ahí que en su sonado encuentro con el papa Francisco, el único que ha apoyado con una encíclica un asunto, en este caso el del cambio climático, por sus bases científicas, le haya obsequiado un libro sobre este pintor), a fin de hablar sobre la condición actual del planeta. Luego nos lleva al momento en que DiCaprio es nombrado Mensajero de la Paz de la ONU para el Cambio Climático, responsabilidad que el actor se tomó con absoluta seriedad, a sabiendas de que hay mucha reticencia a aceptar por parte de políticos y de la población en general, que en verdad existe una variación climática preocupante por sus devastadoras consecuencias.

En Antes que sea tarde, vemos gigantescas extensiones de bosques canadienses taladas, convertidas en minas de arenas bituminosas de las cuales se extrae crudo sintético luego de inyectar vapor en el subsuelo y provocar que salga a la tierra de donde es separado de la arena. “Parece Mordor”, dice DiCaprio. De acuerdo con los científicos, se trata del método de extracción de combustibles fósiles más agresivo de todos por sus inmediatas consecuencias negativas en el ambiente: contamina caudales (no todo el crudo sale a la superficie) y aniquila a la fauna y flora circundante. Y eleva la emisión de dióxido de carbono al eliminar los árboles que lo atrapan.

También muestran el Ártico canadiense, cada vez con más dificultades para congelarse, o Groenlandia, cuyo suelo ha comenzado a cambiar de color, lo cual indica que se está descongelando por abajo (como ocurre en la Antártica), lo que ocasionaría un incremento en los niveles del mar con repercusiones irreversibles para países y ciudades ubicados sus orillas. Esto, según lo que le dice el entonces presidente de EU a DiCaprio, Barack Obama, no es sólo un problema ambiental, sino también de seguridad. Si se requiere evacuar estos lugares, se tiene que reacomodar a la gente, lo que implicaría migraciones masivas y escasez de recursos.

Exponen el devastado bosque tropical de Sumatra, uno de los más grandes del mundo, quemado (lo que libera enormes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, que había estado almacenado en los árboles) para construir en sus terrenos enormes plantaciones de aceite de palma, uno de los ingredientes más utilizados en alimentos procesados y que reporta enormes ganancias para compañías trasnacionales.

Exhiben un mapa elaborado desde el espacio por la NASA en el que puede verse el aumento de las temperaturas en todo el planeta.

Dos grados Celsius de aumento en la temperatura –los países que firmaron los Acuerdos de Paris se comprometieron a que no suba más de eso– significaría zonas de sequía imposibles de habitar. Se dice que estas señales ya empezaron en regiones como Siria y Sudán, donde también se han visto conflictos bélicos asociados al cambio climático.

Afortunadamente no todo es pesimismo. La NASA sostiene que si se elimina el uso de los combustibles fósiles el planeta se podría volver a enfriar. Para eso habría que superar el cúmulo de intereses económicos alrededor de la generación y explotación de estos combustibles. Los intereses millonarios han llevado a políticos estadounidenses (como Trump, por ejemplo) a negar la existencia del cambio climático. Otra medida significativa sería gravar el carbón, lo cual lo encarecería y podría ayudar a bajar su consumo. En Suecia ya se erradicaron los combustibles fósiles, China (el mayor contaminador del mundo) apuesta ya por la energía renovable.

De manera individual, en el documental se hace un llamado a cambiar la forma como captamos nuestra energía y, también, a cambiar nuestra dieta. La producción de ganado vacuno es una de las mayores fuentes de liberación de gases a la atmósfera, pues las vacas producen gas metano, cuyo efecto es 23 veces mayor que el del dióxido de carbono.

Regresando a la alegoría de El jardín de las delicias, dice DiCaprio que estamos en el segundo panel, “El hombre antes del diluvio”. Podemos llegar al tercero, una visión apocalíptica, o tratar de revertir las cosas.

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