Periodismo imprescindible Jueves 05 de Diciembre 2024

Los parecidos

Issac Ezban filma una carta de amor a la ciencia ficción de los años setenta con su más reciente película
24 de Octubre 2016
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Isaac Ezban es uno de los directores mexicanos emergentes más interesantes de los últimos años, no solo por lo prolífico de su obra (dos largometrajes estrenados, un puñado de cortometrajes y un nuevo largo en preproducción) sino por la cantidad de premios y reconocimientos en un género complicado de filmar sin los presupuestos de Hollywood: el terror.

CAMBIO platicó con él sobre su carrera, sus obsesiones y el reto de crear cine en México.

¿Cómo nace tu inquietud por hacer cine?

—Yo de niño era cuentacuentos, supongo que de ahí vino el asunto de querer narrar historias. De contar cuentos pasé a escribirlos, luego en la prepa escribí dos novelas, y así me seguí hasta estudiar Comunicaciones en la Ibero. Luego me fui a Estados Unidos a estudiar cine, aunque con la convicción de que los estudios no servían de nada, lo que yo quería era filmar cuanto antes.

—Tu carrera rompe varios mitos sobre el hacer cine en México, concretamente con aquel que habla de lo complicado de hacer la segunda o tercera cintas; tú llevas dos largometrajes estrenados en tiempo récord. ¿Cómo le haces?

—Sin duda es difícil, pero lo que yo hice es hacer las dos películas al mismo tiempo. Con Los parecidos (cinta que recién se estrenó en México) me fui en el camino clásico de pedir apoyo a Eficine, hacer una carpeta de presentación, etc. Ingenuamente pensé que El incidente sería más fácil, la financié de manera privada, con amigos y de repente me aprobaron el apoyo para Los parecidos, entonces estuve con el genial problema de tener luz verde en dos proyectos a la vez.

Es muy difícil hacer una película, es muy difícil conseguir fondos, es muy difícil que se estrene, eso es cierto, pero yo creo que por eso hay que trabajar en varias cosas a la vez, así no te frenas, le das la vuelta a las dificultades y filmas más rápido.

—En alguna entrevista comentabas que tener guion es como tener un boleto de lotería: necesitabas varios para poder ganar el premio, ¿cuál es el premio?

—El premio es filmar, que tu guion se vuelva realidad. Ya si le va mal o bien es otro boleto, el premio es terminar la película.

—La industria no sabe cómo etiquetarte, unos dicen que haces cine de terror, otros que haces cine de ciencia ficción, ¿cómo defines tu cine?

—Es un problema porque justo el cine que me gusta, el cine que hago, es el que desafía esas etiquetas. Para mi Los parecidos es un thriller de ciencia ficción psicológico con tintes de horror. Es mi carta de amor a la ciencia ficción de los años setenta.

—¿Cómo es tu proceso creativo? Vemos que tú diriges, escribes, produces, hay un totalitarismo en tu obra, ¿cómo permites que entre la crítica externa al momento de filmar?

—Me gusta filmar mi propio material, pero me llama mucho la atención la posibilidad de filmar algo escrito por otra persona, darle mi toque pero ceñirme al guion de otro. Hasta el momento he tenido control absoluto de mi obra, pero no me da miedo cederlo un poco en pos de un guion que me llame.

—Tienes apenas 30 años, dos largometrajes estrenados y la crítica es favorable hacia tu trabajo. ¿Cómo hacer para no perderse en esa zona de confort?

—Lo peor que me podría pasar es confiarme, pensar que con todo esto ya la hice y estoy del otro lado. Siempre hay que estar concentrado en ser mejores, nunca creer que ya lo eres. El reto es hacer cosas diferentes. Lo que importa no es la película estrenada, lo que importa es la película que viene.

—¿Y cuál es la que viene? ¿filmarías en el extranjero?

—Tengo varias cosas en desarrollo. Me gustaría trabajar fuera pero no como una meta, no me interesa quedarme allá, yo filmo donde se pueda filmar, aquí en México o en el extranjero. Ya hay algunas ofertas, no puedo hablar mucho de eso ahorita, pero vienen varias cosas. Estén pendientes.

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