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Leonora Carrington y su mundo surrealista

El mundo imaginario de Leonora estaba lleno de gnomos, duendes, gigantes y fantasmas, producto de su educación irlandesa y del contacto con la mitología celta.
25 de Mayo 2020
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Leonora Carrington nació en Lancashire, Reino Unido, el 6 de abril de 1917. Fue una pintora y escultora surrealista, además de también ser escritora. Adquirió la nacionalidad mexicana por naturalización.

Nació en una aristocrática mansión del pueblo de Chorley, en Lancashire, Reino Unido. Tres años más tarde su familia se trasladaría a Crookhey Hall, un castillo neogótico rodeado de inmensos jardines y bosques que Leonora inmortalizo en obras como Green Tea.

Su mundo imaginario estaba lleno de gnomos, duendes, gigantes y fantasmas, producto de su educación irlandesa y del contacto con la mitología celta.

En 1936 ingresó en la academia Ozenfant de arte, en la ciudad de Londres. Al año siguiente conoció a quien la introdujo indirectamente en el movimiento surrealista: el pintor alemán Max Ernst, a quien volvió a encontrar en un viaje a París y con quien no tardó en establecer una relación sentimental.

Durante su estancia en esa ciudad entró en contacto con el movimiento surrealista y convivió con personajes notables del movimiento como Joan Miró y André Breton, así como con otros pintores que se reunían alrededor de la mesa del Café Les Deux Magots, como por ejemplo el pintor Pablo Picasso y Salvador Dalí.

La vida tranquila y feliz de la pareja en este sitio duró sólo un año. En septiembre de 1939, al igual que muchos otros alemanes y austriacos residentes en Francia, Max Ernst, identificado como residente extranjero proveniente de país hostil fue arrestado.

Tras su detención e internamiento en el campo de Les Milles, Leonora sufrió una desestabilización psíquica. Ante la inexorable invasión nazi, se vio obligada a huir a España.

Por gestión de su padre fue internada en un hospital psiquiátrico de Santander. De este período la pintora guardó una marca indeleble, que afectó de manera decisiva su obra posterior.

Alérgica a los medios de comunicación y periodistas, tras meses de preparación, la periodista Silvia Cherem consiguió “colarse” en su casa con el compromiso de no hacer una entrevista “formal”. Su declaración al respecto fue: “Nunca me ha gustado desnudarme como si fuera estrella de Playboy, y mucho menos a los 86 años!”. Se consideraba más que surrealista por haber sido compañera sentimental de Max Ernst, defensora de los derechos de la mujer: “Aunque me gustaban las ideas de los surrealistas, André Bretón y los hombres del grupo eran muy machistas. Solo nos querían a nosotras como musas alocadas y sensuales para divertirlos, para atenderlos”. 

Falleció a los 94 años en la Ciudad de México el 25 de mayo de 2011, y fiel a su aversión a los periodistas, fue enterrada en el Panteón Inglés sin fotógrafos.

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