Periodismo imprescindible Viernes 06 de Diciembre 2024

¿Cuáles son las estrategias de ruleta más populares?

La ruleta se ha ganado por derecho propio el título de reina de los casinos. Su popularidad no ha hecho más que crecer desde que los hermanos Blanc presentasen su primer modelo de ruleta a mediados del siglo XIX. Películas, libros, canciones... en casi todas las expresiones de la cultura popular nos podemos encontrar alguna referencia a la tensión, la adrenalina y el glamour que siempre han rodeado a este juego. 
08 de Noviembre 2021
No disponible
No disponible

La mecánica de la ruleta no podría ser más sencilla: el crupier hace girar un cilindro con 37 casillas numeradas del 0 al 36 (en la ruleta de un solo cero) separadas y lanza una bola por el exterior en sentido contrario al giro. Para ganar, la apuesta del jugador ha de cubrir el número en el que se detendrá la bola. Es un juego puramente aleatorio y su relación de pagos se sitúa entre las más justas, en términos de probabilidad/premio: el pleno se paga 35 a 1 (con una probabilidad de acierto de 1/37).

Tan antiguas como la propia ruleta son las estrategias para tratar de obtener el mayor beneficio posible de ella (incluso anteriores, la secuencia de Fibonacci data del siglo XIII). A continuación vamos a analizar algunas de las más populares

MARTINGALA 

La martingala es una de las estrategias más antiguas, pero, sorprendentemente, también figura entre las más utilizadas en las modernas salas de casino online. Consiste en doblar el monto de la apuesta (generalmente a una suerte sencilla: rojo/negro, par/impar…) cada vez que se pierde. Así, si apostamos 1 y perdemos, en la siguiente ronda apostaremos 2. Si volvemos a perder, 4, y así sucesivamente. La idea es que, tarde o temprano, ganaremos y el pago compensará la cantidad invertida previamente. Cuando suceda, volveremos a nuestro nivel de apuesta inicial.

Esta estrategia presenta un problema: hay que contar con una cantidad significativa de fondos para sostenerla y depende del tamaño del límite de apuesta de cada mesa. Esto último es realmente importante, ya que, si se alcanza, la martingala deja de ser efectiva e incurriremos en pérdidas (generalmente) cuantiosas.

MARTINGALA INVERSA

La martingala inversa, como su nombre indica, invierte el patrón de apuesta: ahora doblaremos el monto apostado cuando ganemos, y no cuando perdamos. Se debe combinar con un límite de ganancias a partir del cual volveremos al nivel de apuesta inicial. En esta ocasión se minimiza el daño cuando se pierde, pero, a cambio se necesita una racha ganadora importante para obtener un beneficio considerable y no incurrir en pérdidas.

ESTRATEGIA JAMES BOND

Ahora que el papel queda libre, puede ser un buen momento para practicar la James Bond. Es la estrategia perfecta para aquellos jugadores que no quieran jugar durante largos periodos de tiempo. En cada ronda juegas un múltiplo de 200. Solo es necesario recordar tres apuestas: una de 140 al 19-36, otra de 50 al 13-18 y, por último, una de 10 al pleno al cero. Con la James Bond se garantiza que ganaremos casi 2/3 de las veces. Claro que con ese 1/3 restante corremos el riesgo de exceder rápidamente el máximo de la mesa, por eso se recomienda para quien busque sesiones cortas (e intensas).

ESTRATEGIA DE FIBONACCI

Esta estrategia está considerada como una de las más conservadoras. Se basa en la famosa sucesión de Fibonacci, una secuencia numérica en la que cada término se genera a partir de la suma de los dos anteriores (para esta estrategia, estableceremos que los dos primeros son 0, 1): 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34… Para usar este sistema se deben usar apuestas a suertes sencillas. Estas apuestas tienen a 50 % de probabilidad de ganar y, cuando suceda, nos moveremos una posición a la derecha en la serie en la siguiente apuesta. Si perdemos, nos tocará volver a empezar de nuevo desde el principio de la sucesión.

Tal y como hemos podido ver en este artículo, la ruleta esconde un sinfín de posibilidades. Es decisión de cada usuario elegir la estrategia correcta entre las que hemos podido ver, o ir por libre y con la suya propia.  

Recientes