Si cuando piensas en abordar el Metro en la Ciudad de México sientes asfixia con sólo imaginarlo, nadie puede culparte. No es tu imaginación, ya somos demasiadas personas las que vivimos en esta gran capital. Y nuestra ciudad no es la única que vive esta explosión.
La población urbana de América Latina hoy representa más del 82 % de los habitantes en la región y se espera que ese porcentaje llegue a 90 % en 2050. ¡Vaya desafío!
Lo cierto es que cada día que pasa, las urbes se consolidan como los grandes núcleos de la concentración económica, y en nuestra región –que por cierto es la más desigual del planeta– se requerirán no sólo grandes inversiones, sino la participación y empoderamiento de la ciudadanía con el propósito de reducir las brechas.
Uno de los muchos retos que enfrentan las ciudades en el presente, y que se acrecentará en el futuro cercano dadas las tendencias demográficas, urbanísticas y económicas, es la incapacidad de los gobiernos locales para garantizar acceso a vivienda digna a toda su población.
Donde nos haya tocado vivir no es solamente un asunto fortuito pues, si bien no es sencillo cambiar de país, lo cierto es que sí tenemos que tomar determinadas acciones a fin de incidir en cómo vivimos y convivimos con los otros en las megalópolis.
Un fenómeno que ya comienza a generar un grave problema en la Ciudad de México es la gentrificación; es decir, una casi invisible expulsión de las clases bajas y medias del centro para dar paso a proyectos habitacionales que únicamente pueden pagar unos cuantos.
Con ello se impacta en la calidad de vida de las personas desplazadas que deben ir a buscar rentas más accesibles o, si quieren comprar una vivienda, deben hacerlo en otras entidades, acrecentando el fenómeno de las ciudades dormitorio y mermando hasta su salud, al eliminar el tiempo libre que podrían usar en descansar o compartir con su familia y convirtiéndolo en horas de trayecto para llegar exhaustos sólo a dormir.
En esta edición, además de investigar sobre las colonias más afectadas por la gentrificación, también visitamos la periferia capitalina con la finalidad de saber cómo se vive en esos lugares apagados de día y vivos por la noche. Además, presentamos la historia de uno de los muchos edificios construidos de manera opaca que violó la normatividad en la Ciudad de México, cómo encontraron un trabajo digno las personas que viven en la calle, el lado oscuro de Airbnb en Europa y hasta los consejos financieros que te ayudarán a elegir el lugar que vas a rentar.
Las megaciudades en el mundo concentran millones de habitantes. Combatir la desigualdad, la contaminación ambiental, resolver los problemas de movilidad y rescatar el espacio público es tarea de todas esas personas. Los gobiernos deben responder sí, pero somos los ciudadanos quienes debemos exigirles políticas públicas con perspectiva de derechos humanos, transparencia en el gasto público, rendición de cuentas, combate a la corrupción y vigilar cómo emplean nuestros recursos financieros, naturales y sociales porque a todos nos toca reconstruir nuestra gran casa: la ciudad.
