En las últimas décadas, la tecnología se ha convertido en la pieza clave para alcanzar una mayor inclusión financiera. Esto es debido a su potencial para agilizar y reducir el costo de las transacciones financieras, así como por su contribución en la simplificación y la accesibilidad del sistema financiero. Con estos avances, grupos de población que se encontraban anteriormente excluidos hoy pueden acceder a productos y servicios financieros, gracias a lo cual se reduce la brecha de desigualdad existente en el sector financiero y se respalda el crecimiento económico.
Cada vez son más los usuarios de teléfonos inteligentes, esto ha permitido una mayor penetración de los dispositivos móviles en la base piramidal, contribuyendo a que tanto en países desarrollados como en economías emergentes se pueda alcanzar una mayor inclusión financiera de los sectores de bajos recursos. En México, en el último año la banca móvil tuvo un crecimiento del 182 %, siendo este el canal de acceso con mayor crecimiento.
Actualmente, en nuestro país vive alrededor del 2.6 % de los 2 000 millones de adultos no bancarizados en el mundo, según datos del Banco de México. Sin embargo, el Gobierno mexicano, en conjunto con otras organizaciones, ha expresado su profundo compromiso para alcanzar el Acceso Financiero Universal para 2020, que tiene como objetivo permitir el acceso a cuentas de operaciones o a al menos un instrumento financiero para ahorrar dinero y también poder enviar o recibir pagos a otras personas fuera del sistema financiero formal.
Es por eso que a lo largo de los últimos años se ha buscado ampliar la inclusión financiera mediante distintos proyectos y estrategias, entre ellos:
1) La Estrategia Nacional de Inclusión Financiera, que busca mejorar el acceso a los servicios financieros para más de la mitad de la población, la cual se encuentra fuera del sistema financiero formal.
2) El Proyecto para la Consolidación del Ahorro, Sector Crediticio y la Inclusión Financiera, que pretende fortalecer el desempeño de las instituciones crediticias del país y ampliar los servicios financieros en áreas marginales de 1 250 municipios, enfocándose en las mujeres de escasos recursos.
3) La Ampliación de la Financiación Rural, que busca extender el acceso al crédito de las micro, pequeñas y medianas empresas y fortalecer la capacidad institucional para la prestación de financiamiento rural sostenible.
Con esto, según estimaciones del Banco Mundial, México tendrá la capacidad de brindarle acceso a servicios financieros a 29 millones de personas adultas que tendrán la posibilidad de realizar operaciones que irán desde la recepción de remesas hasta el pago de servicios financieros.
No obstante, se requiere una educación financiera para que cualquier estrategia de inclusión pueda tener éxito. Se necesita instruir e informar a los usuarios respecto al funcionamiento del sistema financiero y dicha educación deberá ser promovida tanto por el gobierno como por la iniciativa privada.
*Asesor financiero especializado en fintech y coaching financiero.
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