Una caja de cartón en la que pudiera ocultar su estrés y ansiedad podría ser un buen regalo de Navidad para el gobernador de Veracruz, digo, por aquello de que se le vuelva a ocurrir “cimbrar” a México.
Desde hace meses, el ahora gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, ha anunciado que el día de su toma de protesta haría revelaciones sobre la administración de su antecesor, Javier Duarte de Ochoa, que harían “cimbrar” a México.
El día llegó, pero nos quedamos con el clásico sonido de “cri, cri, cri” porque pues no cimbró a nadie, ni cuando dijo “sí protesto”.
Cuando todo mundo anda en el guilty pleasure de moda –que es buscar videos de gatos en Internet–, habrán visto más de uno en el que están dos felinos a punto de irse a los golpes, uno frente al otro se miran de manera feroz, se gruñen continuamente y cada vez más alto, todo mundo teme lo peor. Pero después de como cinco minutos de gruñidos todos se hartan y dejan de ver el video convencidos de que no va a pasar nada.
Bueno, lo de Yunes Linares fue más o menos así: gruñó, gruñó y gruñó, pero nos quedamos dormidos esperando que algo pasara.
Cuando los gatos hacemos eso es generalmente porque solo queremos hacernos notar y vemos si con nuestra reacción hacemos que el rival se eche para atrás y así quedar nosotros como el valiente de la cuadra, pero en el caso de Yunes yo creo que más bien lo que quería era ganar tiempo para ver si en el camino encontraba “eso” que hiciera cimbrar a México.
Para sacudir al país ya hemos tenido muchas cosas, desde la “Casa Blanca” de la Gaviota hasta la renuncia de Agustín Carstens al Banco de México, y ni hablar de las fugas y recapturas del Chapo, bueno hasta el despido de Adela Micha de Televisa y Grupo Imagen; entonces, como dicen los jóvenes, ¿lo de Yunes qué?
Con ese tache inicia su gobierno, no solo con el pie izquierdo, sino también nos deja con la duda de si era verdad o mentira aquello que prometió.
Cuando un gato quiere atacar tiene dos formas de hacerlo: la primera es cazar a su presa de manera sigilosa, cuidadosa, con exactitud milimétrica y la otra es tomarlo por sorpresa, pero nunca le anuncia que la atacará.
Yunes tiene un pasado incendiario, no por pirómano, sino porque se prende a la mínima provocación y responde, dice, acusa, etcétera. Cualquiera diría que esta actitud es propia de los gatos, por ser animales de sangre caliente.
Pero, sorpresa, los gatos somos animales de sangre caliente porque generalmente tratamos de mantenernos a cierta temperatura para convertir el alimento en energía, no en bravuconerías.
Una vez dicho lo anterior, a Yunes quizá le quede aplicar la de la caja, y me explico: una investigación de la Universidad de Utrecht, en los Países Bajos, reveló que los felinos muestran menos estrés en cajas de cartón porque representa un lugar para refugiarse de la ansiedad y de la atención no deseada, tema del cual esta semana también circuló un video muy viral en Internet.
No cabe duda de que, tal vez para estas navidades, una caja de cartón será un buen regalo para el nuevo gobernador.