Por Javier Pérez
La creación de públicos es indudablemente uno de los elementos en los que más ha contribuido el Festival Internacional de Cine para Niños (… y No Tan Niños) en los más de 20 años que lleva realizándose. En ese sentido, ayuda a la industria cinematográfica, pues año con año agrega más y más espectadores con intereses diversos, la mayoría de ellos niños y niñas, que llenan las salas de exhibición y que poco a poco se acostumbran a frecuentarlas. Tal vez esa sea la razón por la cual la edición 22 del festival organizado desde 1995 por La Matatena, Asociación de Cine para Niñas y Niños, A.C, por primera vez incluya al estado de Hidalgo como una de las sedes que entre el 8 y el 13 de agosto programarán películas hechas por y para niños y niñas.
“Son muchos años de dirigirnos a niños y niñas. Para mí es muy impresionante en la semana del festival ir a algunas funciones y ver que llegan jóvenes que fueron a los talleres de La Matatena, o adultos que fueron de niños al festival y que siguen asistiendo religiosamente año con año”, dice Liset Cotera, directora y fundadora de La Matatena y el festival. Para ella, ir al cine no es sinónimo de comer palomitas, sino que es mucho más trascendente: “Enriquecernos con lo proyectado en las pantallas, conocer nuevas realidades, ver a otros niños jugar, convivir, llorar, sonreír y luchar por lo que creen; ver cómo viven en el mundo y cómo se las arreglan en la vida cotidiana”. Eso, ha dicho, les ayuda a crecer como personas, a ser más sensibles y creativos.
La idea del festival siempre ha sido enriquecer la vida de los niños, pues además de la exhibición permite que estos voten por sus películas favoritas y opinen sobre lo que ven en pantalla.
“Nuestra labor es tomar en cuenta su opinión porque es importante lo que ellos digan. Durante el festival también hay talleres con cineastas de otros países y es una labor muy linda. Otra de las actividades es que tenemos invitados especiales que dan pláticas específicas, o hacemos un homenaje a uno de los grandes del cine infantil. Es una semana que nos permite congregarnos en las salas con el propósito de ver un cine muy valioso y, por otra parte, genera un espacio muy importante, que es el expresarse a través de imágenes y del movimiento, que las niñas y los niños se enriquezcan a una temprana edad, tanto para una formación cinematográfica como para abrirles ventanas a otros mundos. Son de las cosas más valiosas de este proyecto”.
Y es algo que con los años, lejos de cambiar, se ha enriquecido. Sin duda, el festival se ha convertido en una ventana que nos permite saber qué sienten los niños y las niñas, y cuáles son sus sueños y preocupaciones cotidianas. En esta edición, el programa incluye una selección oficial de ocho largometrajes, de países como Israel, Qatar y Croacia; once cortometrajes de ficción, que incluyen cintas de Sri Lanka o Australia; 37 cortos de animación, entre los cuales hay dos de Latvia; siete documentales y 27 cortometrajes hechos por niñas y niños, la mayoría de México, Argentina y España. Además de los talleres que año con año organiza La Matatena, se exhibirán siete cortometrajes.
Sin duda alguna, esta programación contribuirá a uno de los objetivos del festival, el cual ha motivado a sus organizadores durante años: ante la dieta raquítica de cine de calidad, se ha encargado de promover el gusto por el cine dentro de la población infantil en México. Las sedes de este año son Cineteca Nacional, Sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario, Faro de Oriente, Faro de Aragón, Faro Tláhuac, Museo Panteón de San Fernando y Universidad Autónoma Chapingo. Para mayores detalles, consulta la página lamatatena.org
