Periodismo imprescindible Jueves 25 de Abril 2024

La tradición de los tazones

Desde hace mucho tiempo, gracias a los tazones colegiales, el inicio de un nuevo año se relaciona con el futbol americano universitario, una tradición que tiene más de 100 años
02 de Enero 2017
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Por Ricardo Ventura

Una de las mayores metas para un jugador universitario es participar al final de la temporada regular en uno de estos famosos encuentros, que se celebran a principios de enero, y donde algunos tienen la suerte de pelear por el campeonato colegial.

Después del cambio en el sistema de competencia e incorporar juegos de playoffs, actualmente se juegan 41 tazones, incluyendo el juego por el campeonato nacional. Pero no siempre tantos equipos han tenido la oportunidad de jugar en esta tradicional fecha.

El primer tazón se jugó el 1 de enero de 1902, cuando el presidente del Torneo de las Rosas decidió tener un evento deportivo. Los organizadores enfrentaron al mejor equipo del Este (Michigan) y del Oeste (Stanford) ante más de 8 000 aficionados. Fue tan amplio el dominio de Michigan que el partido terminó ocho minutos antes con el marcador 49-0; no se volvió a tener un encuentro durante 14 años y fue reemplazado por otros eventos.

En 1916 volvió el futbol americano. En esta ocasión generó mayor interés y tuvo tanto éxito que siete años después lo llevaron a un estadio más grande llamado el Rose Bowl. El partido adoptó el nombre de su nueva casa y así inició la tradición –por eso el Tazón de las Rosas es conocido como el Abuelito de los tazones.

En este juego generalmente se enfrentan el campeón de la Conferencia del Big Ten y el campeón del Pac-12. Los Troyanos del Sur de California son el equipo que más veces ha participado en este partido (33) y que más victorias tiene (24).

Debido al éxito del Rose Bowl, otras ciudades de clima cálido en enero decidieron seguir sus pasos para crear nuevos tazones. En 1933, la Universidad de Miami y el Manhattan College se enfrentaron en el festival Palms Bowl, en lo que después se convertiría en uno de los tazones más famosos, el de la Naranja.

Dos años más tarde surgió el Tazón del Azúcar, en Nueva Orleans, mientras que un año después apareció el Tazón del Sol, el cual se jugó en El Paso. En 1937, Dallas se convirtió en la sede del Tazón del Algodón y ese mismo año se llevó a cabo el Bacardi Bowl en Cuba ante Auburn y Villanova, lo que se conoce como el primer evento de este tipo con un nombre de su patrocinador.

Ya con seis tazones en el primer día de enero, los anunciantes comenzaron a ver el inicio de un nuevo negocio y ahora algunos partidos tenían nombres muy extraños como el Salad Bowl, el Raisin Bowl o el Cigar Bowl.

Con la incorporación de más equipos y el aumento de la cobertura de la televisión, los directores de los tazones comenzaron a ofrecerle más dinero a los mejores equipos para que aparecieran en sus encuentros. Debido a este fenómeno, los tazones necesitaban inversión, por lo que aceptaron el patrocinio de algunas compañías para tener nombres comerciales.

En la década de los 90 se unieron los tazones de las Rosas, Naranja, Fiesta y Azúcar para crear el BCS (Bowl Championship Series) y rotar cada año para tener el partido del campeonato colegial. Ese formato duró hasta 2007, cuando se decidió que habría un juego más para definir al campeón.

A pesar de todas los modificaciones, siempre es emocionante tener partidos de futbol americano desde la mitad de diciembre y continuar la tradición de iniciar un nuevo año con el espectacular deporte de las tacleadas.

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