Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 penden de un hilo. El COI ha emitido un comunicado en la tarde de este domingo con los acuerdos a los que ha llegado tras una reunión telemática de urgencia de su comisión ejecutiva. En esta cumbre la cúpula del movimiento olímpico se ha dado un plazo de un mes para tomar una decisión definitiva sobre los Juegos. El aplazamiento es una opción más que probable en vistas de la crisis mundial por el coronavirus.
De esta forma el COI cede parcialmente ante el clamor de federaciones internacionales, comités nacionales y deportistas de muchas partes del mundo que le han pedido en los últimos días que retrasara la celebración de los Juegos por la situación sanitaria.
Según deslizó la agencia Reuters este domingo por la mañana, los organizadores de los Juegos ya están dibujando escenarios para el aplazamiento y sopesando el coste económico en función del retraso que se establezca. Hacerlos a finales de 2020, en el verano del 2021 o en el 2022 son opciones que están sobre la mesa.
Con estas semanas de margen el COI quiere coger oxígeno ante la presión mundial por lo que se entiende como una falta de sensibilidad. De paso, y esto muy importante, también gana tiempo para intentar resolver cuestiones legales y contractuales con los organizadores y con los patrocinadores.
En el contrato entre Tokio y el COI no se incluye ninguna cláusula en relación a una hipotética pandemia. Se establece una posible suspensión o aplazamiento en caso de guerra, boicot o embargo, pero no en relación a una crisis sanitaria de este calado.
