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El gran regreso

26 de Junio 2017
Rogelio Segoviano
Rogelio Segoviano

En el lado izquierdo del pecho, justo a la altura del corazón, José María Napoleón –el cantante y compositor originario de Aguascalientes– tiene tatuada la palabra vive. Es la única marca con tinta que el artista lleva en la piel y se la estampó hace muy poco tiempo en Canadá, cuando fue a visitar a su hija María José, quien le insistió en que se grabara el tatuaje y hasta se encargó de realizar ella misma el diseño de las letras.

“Vive” no sólo es la canción más exitosa y emblemática en toda la carrera de Napoleón, sino que representa también una filosofía de cómo ha enfrentado el día a día, desde que era un muchacho y tenía que trabajar de lo que fuera para ganarse unos pesos y así llevar en las noches algo de cenar a casa. “Lo mejor de eso era que al terminar la cena mi mamá encendía un cigarrillo, tomaba la guitarra y comenzaba a tocar alguna melodía, mientras que mi papá se sentaba en un sillón y comenzaba a declamar poemas. Por un momento, éramos la familia más rica y afortunada de la ciudad, porque ya lo dijo el viejo Pepe Mujica: Rico no es el que tiene más, sino el que necesita menos”.

Con esa fuente de inspiración en casa, Napoleón compuso varias de las canciones en español más exitosas de finales de los 70 y principios de los 80. En esa época, para nadie era extraño verlo siempre entre los tres o cuatro finalistas del célebre Festival OTI de la Canción, una suerte de concurso musical tipo La Academia, en el que cada país de Iberoamérica elegía a un artista con el propósito de que lo representara. La fase internacional era interesante, aunque lo realmente bueno era la competencia mediante la cual se seleccionaba al cantante que iría por México. Auténticos duelos entre Emmanuel, José José, Napoleón, Juan Gabriel, Enrique Guzmán, Eugenia León, Angélica María, Yuri… puro peso completo.

Sin embargo, con el fin del Festival OTI también llegó la caída de muchos artistas, entre ellos Napoleón, quien tuvo que adaptarse a escenarios más pequeños y menos glamurosos, mientras sus discos  se vendían cada vez menos, hasta que se volvió un entrañable pero viejo recuerdo.

Hoy, Napoleón está cerca de cumplir 70 años y sus canciones ya casi no suenan en la radio, no obstante, para sorpresa de muchos, y gracias al lanzamiento de un álbum recopilatorio de sus grandes éxitos con nuevas versiones en las que está acompañado por jóvenes intérpretes, el cantautor ha vuelto a despertar el interés de hipsters y millennials, quienes consumen su música a manos llenas, al grado de convertirlo en uno de los artistas mexicanos que más discos y descargas digitales vende en la actualidad. Y así lo reportan las cifras de Amprofón, organismo que le ha certificado en el último año su valía con múltiples discos de oro y platino.

“Quién iba a decir que estaría de regreso luego de 50 años de carrera y un retiro de casi dos décadas. Ni en mis mejores sueños me hubiera visto cantando en compañía de jóvenes tan talentosos como María José, Mon Laferte y Luis Humberto Navejas (de Enjambre)”, dice Napoleón, quien se presentará en un concierto en el Auditorio Nacional el próximo 2 de julio. Sin duda, todo un descubrimiento para los chicos de la nuevas generaciones. Algo similar a lo que sucede con Los Ángeles Azules y La Sonora Santanera.

*Periodista especializado en cultura.

@rogersegoviano

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