¿Qué escuchan los mexicanos cuando festejan el Día de Muertos? Si una canción que nos define es “Cielito lindo”, estamos conscientes de que hasta en las penas lo que hacemos casi de inmediato es cantar, celebrar, hacer de un velorio un jolgorio y eso es algo que nos caracteriza aquí y en el exterior. Y mientras todos se preguntan cómo podemos ver a la muerte de esta manera, tenemos una playlist que responde perfectamente esa pregunta.
1. “¿A dónde van los muertos?”, Kinky y Ely Guerra
Una de las canciones más modernas que habla sobre el tema, además de que lo hace con un buen ritmo para bailar.
“Morir es nadar por el mundo sin tener que salir a respirar”.
2. “Día de Muertos”, Los Claxons
Básicamente resume lo que casi todos los mexicanos hacemos de acuerdo con lo que han dictado las tradiciones a lo largo de los años, incluyendo la obligación de poner una ofrenda para no olvidar a los nuestros.
“Nunca deja morir ni ausentarse
Al que tuvo que irse antes”.
3. “La muerte”, Monsieur Periné
Aunque la pérdida de un ser querido suele ser un duelo muy fuerte y casi solemne, Monsieur Periné canta sobre esto. A veces nos tenemos todos los días para platicar y otros lloramos las ausencias, pero siempre queda tiempo de bailar.
“Ay!, qué dolor que me duelen tus besos
Tu ausencia, quien la curará
¡Ay!, que me lleve la muerte con ella
No quiero vivir si no estás”
4. “(Don’t fear) The Reaper”, Blue Öyster Cult
Una de las canciones que ha provocado más controversia en el mundo de la música (porque no han oído las mexicanas que hablan sobre la muerte), pues es una letra un tanto oscura que precisamente habla sobre cómo no hay que temerle a la muerte. Nada sorprendente para los mexicanos, pero como dijimos en esta edición, para otras culturas este tema lo toman con mucho respeto e intimidad. La banda de la década de los 70 escribió esta canción pensando en cómo dos seres que se aman pueden juntarse “en otra vida”, sin embargo, fue interpretada como una incitación a cometer suicidio. “Yo quiero vivir hasta que me muera. Nunca he pensado en matarme”, dijo el autor de la canción e integrante de Blue Öyster Cult, Donald Roeser.
5. “Witchy woman”, The Hollies
¿Qué hace a una bruja en estos días? De eso hablamos también en esta edición, y aunque ahora las vinculamos con la luna, hermosura, volar por las noches, hechicería y el pacto con el diablo, antes sólo necesitabas ser una mujer que fuera ávida por el conocimiento para que terminaras juzgado por la Santa Inquisición. Originalmente de la banda Eagles, esta canción habla sobre lo seductor que resulta el tema para muchos.
6. “Suena el esqueleto”, Víctimas del Doctor Cerebro
Antes que cualquier director de cine o historia de Disney, en México ya era común que quisiéramos bailar con el esqueleto:
7. “Mictlán”, Jazz House Colective
Porque no todo es sones, huapangos, corridos, zapateo, la muerte también encuentra al jazz. Esta es una canción titulada como una de las dimensiones a las que nuestros ancestros en Mesoamérica creían que iban sus muertos, el Mictlán. No cualquiera entraba y no por morir ya pertenecías ahí.
8. “La bruja”, Son veracruzano
Pero si tenemos que hablar de sones y huapangos, vamos a recordar esta gran canción que también evoca el imaginario de la bruja que el país tiene, incluso la dedican a Catemaco, el lugar en el que varias personas se dedican a la brujería, chamanería y curación. Si hablamos de canciones oscuras, esta es una, aunque ya saben, con un gran ritmo.
9. “Muerte querida”, Los Fabulosos Cadillacs
Aunque algunos le ponen altar a sus animales de compañía, a sus amigos y a sus familiares, hay quien también lo hace pensando en una relación que murió. De eso habla esta canción, de las penas, pero con el mejor de los ritmos.
“Yo se mi vida que venís a matar
lo que queda de nosotros dos
matar mentiras, matar el dolor
a quedarte con mi corazón
me vas a sacrificar”
10. “La Martiniana”, Andrés Henestrosa (Canción istmeña)
Aunque es un son istmeño tradicional, el escritor, periodista y poeta zapoteco Andrés Henestrosa escribió la letra de esta canción que es tan desgarradora como esperanzadora. Hay cientos de versiones, pero siempre que se pueda meter el ritmo (y quizá unas marimbas) se podrá entender que no se trata de una letra triste, sino todo lo contrario.
“Niña, cuando yo muera
No llores sobre mi tumba
Cántame un lindo son
¡Ay mamá!
Cántame La Sandunga
No me llores, no
No me llores, no
Porque si lloras yo peno
En cambio si tú me cantas
Yo siempre vivo, yo nunca muero”
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