Periodismo imprescindible Viernes 26 de Abril 2024

La precariedad de la #VidaFreelance y el emprendimiento

En México, 80 % del crédito lo otorgan los proveedores. Ninguna entidad financiera representa más de lo que da el crédito de proveedores, aunque para 
los profesionales independientes y las pequeñas empresas, las condiciones de pago pueden resultar la muerte prematura 
de su proyecto emprendedor
04 de Marzo 2018
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Alfredo tiene 32 años y un hijo. Hace un lustro creó una microempresa en la cochera de su casa, la cual convirtió en un pequeño taller para fabricar pegamentos industriales. Sus clientes principales son fabricantes de muebles, quienes pagan contra entrega.

Sin embargo, no siempre fue así. En un inicio, Alfredo buscó y consiguió conquistar a empresas medianas y grandes. Su producto nacional, de buena calidad, podía competir con los pegamentos importados a mejor precio. Lo que parecía la antesala del éxito, casi se volvió su tumba.

“No tenían llenadera. Pensé que dos de esos clientes grandes eran mi entrada a las grandes ligas, pero sus condiciones de compra me pusieron la soga al cuello, y yo solito me la puse –recuerda Alfredo–. Una de esas empresas me pidió 60 días de crédito y la otra 90”.

Alfredo, con el hambre del emprendedor que busca crecer rápidamente, aceptó. Pidió préstamos bancarios y también algunos personales, a fin de poder satisfacer la demanda de sus clientes. A la larga, los intereses se comían las utilidades, y parecía que los clientes siempre encontraban una razón para no pagar a tiempo.

En México existe poca cultura del pago, explica Jorge López Chapa, director de operaciones de JunoMX, una plataforma automatizada de cobro.

“En México, 80 % del crédito lo otorgan los proveedores. Ninguna entidad financiera representa más de lo que da el crédito de proveedores”, dice.

Los proveedores pequeños, como los freelancers y las pymes, acceden a las condiciones de crédito de sus clientes con tal de vender, para lo que generalmente recurren a créditos bancarios que suelen cobrar altas tasas de interés, como le sucedió a Alfredo. Sin embargo, considera Luis Rodríguez Medrano, consultor de la Incubadora de Negocios del Tec de Monterrey, si las pymes y profesionales independientes pudieran cobrar en tiempo y forma por sus productos y servicios, su dependencia a los créditos disminuiría.

A pesar de la pobre cultura de pago, entre 2010 y 2017 los profesionales independientes se duplicaron, al pasar de 10.6 millones a 24.7, de acuerdo con el Sistema de Administración Tributaria (SAT). Mientras que, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las pymes aumentaron en casi un millón entre 2014 y 2016 (últimas cifras disponibles), para llegar a ser casi cinco millones.

Y, al parecer, la tendencia continúa en la misma dirección. Pese a que el gobierno federal ha incentivado –desde la changarromanía de Vicente Fox– la creación de micro y pequeñas empresas, estas no logran sobrevivir. 70 % muere antes de llegar al quinto año de vida, y sólo una de cada 10 cumple 20 años en el mercado, según el Inegi.

“Una de las principales razones de por qué las empresas cierran es debido a la mala cultura del pago, les sale muy caro cobrar”, dice López Chapa.

Reportar la morosidad

La periodista británica Iona Craig dio a conocer, en octubre de 2013, en sus redes sociales, que la BBC le debía el pago por sus colaboraciones enviadas desde Medio Oriente.

El caso de Craig cobró notoriedad, no sólo por la reputación de su trabajo, sino también porque se encontraba cubriendo zonas en conflicto, lo que aumentaba su vulnerabilidad, y porque el cliente moroso era nada más y nada menos que la BBC.

Poco después de la denuncia pública, la BBC cubrió los adeudos, pero el eco de Craig ya no era apagable. La periodista, junto con desarrolladores de la empresa Beacon, lanzaron un sitio donde los periodistas podrían denunciar a los medios que no les pagaban.

Hoy, esfuerzos similares se pueden ver en grupos de Facebook, en donde los freelancers acusan quiénes, cuánto y desde cuándo les deben, como el de “Casas productoras que no pagan o pagan tarde”.

López Chapa considera que publicarlo en las redes sociales es un error, pues no es una denuncia formal y tan sólo se busca exponer, afectar el prestigio de una empresa.

“Existen los métodos adecuados para poder enlistar a una empresa como incumplida en pagos –señala–. Las sociedades de información crediticia, como el Buró de Crédito o el Círculo de Crédito, ofrecen esta opción gratuita”. La factura electrónica juega un papel importante al levantar estos reportes.

Y aunque la mayoría de las empresas teme reportar la morosidad de sus clientes, por miedo a perderlos, hacerlo es un paso importante a fin de cambiar la cultura de pago en México.

Mediante estas sociedades crediticias también se puede acceder al historial de cumplimiento de pago de las empresas, cuya consulta es recomendable hacer antes de otórgales algún crédito. Si bien reportar empresas no tiene costo, acceder a las consultas sí puede generar cargos.

Pero si se quiere prevenir aún más la posible morosidad de un cliente, lo ideal es hacerlo con un contrato previo. El principal error de los freelancers y pymes es operar sin un contrato, considera Rodríguez Medrano: “La parte legal no nos gusta, aunque nos ayuda a prevenir. Sin un contrato tanto los freelancers como las pymes se encuentran vulnerables”.

Las empresas medianas y grandes tienen mayor recuperación de cartera porque la mayoría opera con contratos, explica Rodríguez Medrano. Y es que un contrato no sólo fija las reglas del juego, también finca responsabilidades.

Ante las constantes malas prácticas del pago puntual, algunos nichos de profesionales han optado por exponer a los deudores en las redes sociales.

 

Y si ya pasaron más de 90 días…

Las probabilidades de recuperar los pagos bajan día con día. Y una vez que se sobrepasan los 90 días de atraso, la recuperación es muy poco probable, explica el consultor Luis Rodríguez Medrano. Si un freelance o pyme ya se encuentra en esa situación, estos son los pasos a seguir:

1. Negocia algún sistema de pago a plazos o de monto reducido, lo cual es preferible a perder toda la venta.

2. Intenta hablar con el director general de la empresa: en muchas ocasiones desconocen este tipo de situaciones generadas por sus subalternos.

3. Solicita el apoyo de un abogado que te ayude a hacer las gestiones para solicitar el pago y, en el peor de los casos, a emprender acciones legales.

4. Reporta al cliente moroso ante alguna sociedad crediticia.

5. Aprende de tus errores, no vuelvas a caer. Una empresa no se convierte en cliente al comprar, sino hasta que paga.

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