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Promesas y pendientes

Trump llegó con una propuesta llena de mentiras y contradicciones que la población de bajo nivel educativo no alcanzó a discriminar
06 de Marzo 2017
Salvador Casanova
Salvador Casanova

POR Salvador Casanova

Dos elecciones han cambiado la visión que tenemos del mundo. El resultado de ambas modificó el panorama del mundo globalizado. En ellas los votantes decisivos tuvieron dos peculiaridades: un periodo de vida superior a las cuatro décadas y un bajo nivel educativo. La primera fue la consulta que llevó al brexit –que dejó a la Unión Europea herida – y la segunda, la elección presidencial en los Estados Unidos.

Al término del proceso de votación para el brexit, Felipe González, ex mandatario de España dijo: “La gente de mi edad, que tiene poco futuro, ha decidido por los jóvenes, que tienen el futuro por delante”; y es cierto, una población de edad avanzada preocupada por los problemas que presenta la globalización decidió echar marcha atrás en lugar de usar la imaginación y crear soluciones para adaptarse a lo irremediable: el cambio. Hoy todos estamos conectados, el mundo es un pañuelo y aislarse, un error.

En cuanto a la elección norteamericana: Trump llegó con una propuesta llena de mentiras y contradicciones que la población de bajo nivel educativo no alcanzó a discriminar y prometió devolver la grandeza a los Estados Unidos, como si ese país sufriera graves carencias.

Su propuesta se basó en cerrar las fronteras, satanizar a los inmigrantes y frenar al comercio exterior; sin considerar que la producción científica en Norteamérica depende, en gran parte, de científicos extranjeros. Al cerrar las fronteras se aisla del comercio y al hacerlo indiscriminadamente con los inmigrantes golpea el futuro de EU.

El martes 28 de febrero, el presidente Trump se dirigió al congreso de su país con un discurso migratorio menos encendido; una posición comercial idéntica, que llevará necesariamente al encarecimiento de los bienes al consumidor; y presumió que Wall Street ha tenido uno de los avances más impresionantes de su historia pues desde el 8 de noviembre hasta el día de su discurso y que el valor del mercado se ha incrementado en tres mil millones de dólares. Esto último es verdad. El valor récord se debe a la reforma fiscal que Trump ha propuesto y que, no obstante sus pifias y contradicciones, podría llevarlo a la reelección.

Trump se ha beneficiado de las leyes norteamericanas que establecen una carga fiscal severa, pero permiten reducir el impuesto a pagar mediante un complicado sistema de deducciones. La industria norteamericana enfrenta una tasa de impuestos de aproximadamente 40 %; sin embargo, al aplicar deducciones, exenciones y excepciones la carga fiscal ronda el 14 %. Trump propone reducirla al 15 % parejo. La propuesta simplificaría la complicada ley de impuestos.

De lograr su aprobación, Trump generará un flujo extraordinario de capitales hacia los Estados Unidos, pues ¿quién no querría estar en el mercado más grande del mundo con tasas impositivas bajas y fáciles de manejar? Con esto la Unión Americana será un paraíso para los inversionistas mundiales y si la herida a la Unión Europea se agrava, la economía de occidente quedará sólo en manos de los yanquis.

Trump se ha identificado como el enemigo de México. La industria que planeaba establecerse en el país canceló sus proyectos. Hace una semana el presidente Peña Nieto dijo en San Luis Potosí: “No tengan duda, San Luis … va a seguir siendo atractivo para la inversión de muchas otras empresas”.

México tiene un sistema fiscal caro y enredado cuya reestructuración a fondo se ha pospuesto sexenio tras sexenio.

Si no se simplifica y se aligera, la promesa del presidente se quedará sólo en eso, “en promesa”, pues las desventajas fiscales para invertir nos dejarán como al chinito “Nomás milando” cómo se va el dinero al otro lado.

*Escritor, autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias.
@casanovatiempo

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