Periodismo imprescindible Jueves 28 de Marzo 2024

Descubriendo un poco más de la vida de Britney Spears

La sobreexplotación de un personaje para obtener un beneficio por parte de la industria del espectáculo, ha sido llevada a cabo sin escrúpulos, empujando a la 'gallina de los huevos de oro' al colapso, y convirtiéndola en la gallina enferma que ya no tiene sitio en el corral.
02 de Diciembre 2019
Britney Spears
Britney Spears

Britney Spears reconocida hace tiempo como una de las mejores cantantes del pop, pero al alcanzar la fama su vida empezó a cambiar trayendo varios problemas para la cantante, como el exceso de trabaj0, los rompimientos amorosos y las muchas manipulaciones dentro de su circulo más cercano, la llevo a una caída libre de su salud mental.

 

Britney Spears
Britney Spears

 

A sus 38 años logró colocarse como una de las mejores del mundo musical, con una carrera internacional, pero su estabilidad emocional era otro caso,  además su nivel de aceptación por los fanáticos incrementan constantemente, de igual forma no debemos olvidar su infancia  la cual fue alcanzada por la precariedad económica, problemas de alcoholismo y la agresividad de su padre, dándonos a entender que no llevo una vida fácil, los únicos momentos de libertad eran aquellos donde la música tenía gran importancia.

 

Era una vía de escape, al ser conocida desde pequeña como artista, razón por lo que sus padres centraron todo su esfuerzo y dinero, para formarse como cantante, además de promocionarla. De hecho, decidieron presentar a su hija al casting del club Mickey Mouse, y fue rechazada por ser demasiado joven.

 

Después de triunfar en un talent show infantil y acceder finalmente al club Mickey Mouse (con compañeros de equipo como Christina Aguilera, Ryan Gosling o Justin Timberlake), Britney Spears vivió uno de los mejores momentos de su vida, como ella misma reconoció. Y ahí despegó su carrera profesional en solitario. A los 17 años, lanzaba su primer álbum ‘Baby One More Time’, que se convirtió en todo un éxito, siendo el álbum de una solista adolescente más vendido de la historia. Y seguramente, ese fue el momento en el que el mundo de Britney empezó a descontrolarse de manera peligrosa.

 

La cantante acababa de entrar en el feroz mundo del show business, y pagó las consecuencias. Britney se había convertido en un producto prefabricado por la compañía discográfica, que lo controlaba todo: su forma de vestir, el tono de su voz arreglada con el autotune, ¡y hasta su agenda! La revista Rolling Stone reveló que solamente tenía una hora libre al día en su agenda para ella misma. Incluso la cantante llegó a llamar la atención sobre este punto en el año 2000: “Mi ansiedad se ha vuelto una locura. Necesito un descanso, un tiempo para mi misma, o me volveré loca”. A todo esto, la llegada de sus siguientes álbumes de estudio consolidaron su fama a nivel internacional, aumentado de manera exponencial la presión mediática a la que la cantante estaba sometida, que no podía ni ir a al baño sin que una manada de paparazzi la acosara.

 

Seguramente, la sensación de soledad extrema que sintió Britney como producto de esta situación de sobreexplotación y sobrecarga de trabajo, llevó a la cantante a sentir la necesidad de encontrar el amor fuera como fuera. Su primera relación mediática fue con Justin Timberlake, una pareja adolescente idílica pero que acabó entre reproches mutuos: algunos creen que él quería aprovecharse de la fama de Britney, mientras que otros aseguran que la cantante le habría sido infiel.

 

Su obsesión por encontrar el amor hizo que se alejara de su familia y la llevó a contraer matrimonio con Jason Alexander durante 55 horas, al estar bajo los efectos de algunas sustancias. Tiempo después, Britney pasó de nuevo por el altar, en esta ocasión con Kevin Federline, con quien tuvo dos hijos. Esta relación fue devastadora para la cantante, que entró en “una depresión continua”, según un amigo cercano de la cantante. Él hizo que se enemistara con su familia, con su equipo, y hasta la manipuló para despedir a su representante, Larry Rudolph.

 

Britney
Britney

 

Tras su divorcio en 2005, Britney entró en una de las etapas más oscuras de su carrera. Cada vez eran más las apariciones en público que la cantante hacía junto a Paris Hilton y Lindsay Lohan, saliendo de fiesta o en un claro estado de embriaguez. En 2007, su exguardaespaldas, Tony Barretto, aseguró en una entrevista haber visto en varias ocasiones a la cantante “abusando de sustancias”, hecho que fue usado por su exmarido para obtener la custodia compartida de sus hijos.

 

Además, en esta época hubo otro pleito: el padre de la cantante demandó al que era su representante, Osama “Sam” Mufti. Según la demanda, Sam mezclaba pastillas con la comida de la cantante, escondía el teléfono de la cantante y llamaba a los paparazzi para que la persiguieran, favoreciendo la saturación que llevaría a la cantante a rehabilitación.

 

En 2007, como era previsible, esta situación acabó estallando. Britney “enloqueció” fruto del estrés, y pudimos verla rapándose la cabeza delante de la prensa, que lo estaba grabando todo. Durante ese año, entró dos veces a rehabilitación, fue pillada conduciendo sin carnet, tuvo un accidente con su coche del que huyó y, finalmente, actuó en los MTV Music Awards demostrando que la cantante no se encontraba en su mejor momento. Un mes después, perdió la custodia de sus hijos.

 

Durante esta situación de colapso, su padre fue nombrado administrador único de sus bienes, así como obtuvo la custodia compartida de los hijos de Britney Spears. La cantante volvió a alejarse del foco mediático, e inició un nuevo (y esta vez más fructífero) proceso de recuperación. Cuando parecía que la cantante podría recuperar su vida normal (y ya había regresado a los escenarios aparentemente muy recuperada), el padre de la cantante cayó enfermo. Eso hizo que Britney cancelara la residencia en Las Vegas que estaba haciendo en 2018 para estar a su lado.

 

En 2019, después del empeoramiento del estado de salud de su padre, Britney ingresó unos días en un centro psiquiátrico, en el que fue tratada con pastillas por el estrés de los acontecimientos. Finalmente, esta situación hizo que la cantante perdiera la custodia de sus hijos.

 

Pese a que a simple vista, puede parecer que los problemas de salud mental de Britney Spears podrían derivarse del concepto de ‘juguete roto’ de la ambiciosa industria musical, cada vez son más las voces que insinúan que los círculos más próximos a la cantante, se han aprovechado de la fragilidad de la misma para sacar un beneficio: un marido que la manipulaba a su gusto, un representante que le escondía pastillas en la comida, un padre que quiso quedarse con el control financiero de la cantante.

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