LA VALETA, Malta (AP) — Tres adolescentes migrantes fueron acusados el sábado en Malta de apoderarse de un buque petrolero y utilizar la fuerza e intimidación contra la tripulación, un delito considerado actividad terrorista bajo la ley maltesa.
Durante una audiencia en La Valetta, la capital, el tribunal identificó a uno de los acusados como Abdalla Bari, de 19 años y oriundo de Guinea. Los otros dos tienen 15 y 16 años, y por ser menores de edad no se podían mencionar sus nombres. Uno de ellos también es de Guinea y el otro de Costa de Marfil.
Los tres son sospechosos del secuestro esta semana en el Mediterráneo del buque petrolero El Hiblu 1. El capitán ha dicho que varios migrantes que su tripulación rescató comenzaron a amotinarse y tomaron el control del barco cuando vieron que estaba regresando a Libia, obligándolo a dirigirse al norte rumbo a Europa.
Los sospechosos se declararon inocentes. La magistrada Donatella Frendo Dimech rechazó una solicitud de libertad bajo fianza, indicando que los testigos civiles aún no habían declarado, incluidos el capitán y la tripulación, y que los acusados no tenían vínculos en Malta ni medios para pagar la fianza.
Los menores de edad dijeron al tribunal que eran estudiantes de secundaria, mientras que el joven de 19 años dijo que había estado estudiando sociología antes de salir de su país.
En virtud de la legislación maltesa, apoderarse ilegalmente de un buque puede considerarse una actividad terrorista y se castiga con penas de entre siete y 30 años de prisión.
El buque de carga se dirigía de Turquía a Libia cuando se le pidió el martes que desviara su rumbo para rescatar a casi 100 migrantes en peligro, lo que hizo, antes de continuar su curso. Sin embargo, cuando los migrantes se dieron cuenta el miércoles de que se dirigían de vuelta a la anárquica Libia, que acababan de abandonar, algunos se rebelaron y se apoderaron del barco y lo obligaron a dirigirse a Europa.
El secuestro temporal fue descrito por el ministro del Interior de Italia como un acto de piratería. Algunos grupos de ayuda, sin embargo, lo calificaron de acto de autodefensa contra las políticas de inmigración de Europa, cuyo objetivo es enviar de vuelta a inmigrantes desesperados a Libia, donde a menudo son víctimas de palizas, violaciones y torturas en campos de detención.
