Las estadísticas lo revelan. Las dos primeras causas de mortandad en México, según datos oficiales del Inegi, están relacionadas con la obesidad y el sobrepeso. Hablamos de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, padecimientos que le cuestan al país entre 82 y 98 000 millones de pesos, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
En México, entre 57.8 y 84.6 % de la población tiene un consumo usual inadecuado de azúcares añadidos mayor que el límite superior recomendado, siendo las bebidas azucaradas la principal fuente de azúcares con 70.3 %, de acuerdo con la Encuesta nacional de salud y nutrición 2012 (Ensanut). Y son las bebidas azucaradas las que provocan la muerte de más de 24 000 personas al año.
¿Por qué entonces esta edición se llama Endulza tu vida? No, no nos volvimos locos. Al contrario, porque justamente la mejor manera de prevenir estos problemas tiene que ver con un cambio real de largo aliento en nuestros hábitos, principalmente alimenticios.
Sabemos que para muchas personas, la idea de prevenir la obesidad o la diabetes está directamente asociada con una avalancha de prohibiciones.
En una cultura donde se enaltecen los excesos, donde además la mayor parte de la población habita en ciudades y donde muchas personas tenemos un estilo de vida francamente sedentario, hablar de alimentarse sanamente y estar en forma suele verse como sinónimo de dietas, restricciones y, en pocas palabras, de una vida insípida sin placeres, sin fiestas de cumpleaños o sin diversión.
¿Por qué asociamos el placer con el abuso de comida? ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo pensar en dejar de consumir dulces, pasteles y en general alimentos de alto contenido calórico? Bueno, pues hay muchos factores como los intereses de las compañías de fast food, nuestra necesidad de satisfacción inmediata, las propiedades adictivas del azúcar refinada… en fin, la lista podría ser muy larga.
Como es nuestra costumbre, no pretendemos enlistar los problemas sino indagar en las posibles soluciones. Por ello, esta edición está enfocada en buscar alternativas saludables para que, con nuevos hábitos, podamos reconciliarnos con los dulces placeres con moderación y, de alguna manera, con una estrategia con la cual tener una mejor calidad de vida.
Empezamos entonces por hablarte del cacao –no necesariamente del chocolate industrial que no es lo más recomendado– y explicarte sus propiedades y deliciosa magia benéfica.
También nos fuimos a recorrer el pueblo de Santiago Tulyehualco, donde se cultiva y procesa uno de los superalimentos mexicanos que podría convertirse en el nuevo protagonista de tus postres: el amaranto.
Y como no sólo de pan y pasteles vive la humanidad, pues indagamos quién está preparando los tragos que menos azúcar le aportan a tu cuerpo, porque nadie quiere dejar de tomarse un trago coqueto de por vida, y únicamente la mejor mixóloga de México puede darte la solución.
Hablamos además con un Godín, sí, como tú o como yo… como muchos que hacemos de la oficina nuestra “casa”, y de la comida chatarra nuestra mejor amiga. Tras revelarnos sus hábitos cotidianos de alimentación, optamos por hablar con algunos nutricionistas que nos aconsejaron nueve formas de sustituir tanto alimentos como hábitos con el fin de evitar que esa vida de oficinista de barrio corporativo te provoque problemas de salud en el mediano y largo plazo.
Nos enfocamos en brindarte opciones porque no se trata de asociar prevención y salud con una vida aburrida y llena de prohibiciones, al contrario, por fortuna hay muchas alternativas para que puedas festejar los cumpleaños con tus compañeros de la oficina, tomar café con galletas y hasta beber cocoa caliente cuando el frío apriete.
¿La clave? Conocer dichas opciones, consumir menos cantidades de comida, realizar más actividad física y sobre todo, despedirnos eso sí, de la comida procesada y artificial que nos llena pero no nos nutre y, por el contrario, nos pone en un severo riesgo.
¿Te animas a conocer las alternativas para cuidarte y al mismo tiempo endulzar tu vida?