Este 18 de noviembre se conmemora el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico. En el 2017 murieron 32 personas diariamente en accidentes automovilísticos relacionados con el consumo del alcohol, y en 2018 esta cifra sigue aumentando. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial en muertes por accidentes de tránsito.
Además, según el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi), los accidentes de tránsito equivalen a 1.7 y 2.3 % del producto interno bruto (PIB). Por si fuera poco, 8 de cada 10 accidentes se podrían evitar pues son por causa del factor humano. ¿Eres de las personas que conduce hablando por celular? ¿Sabías que el color amarillo es una señal preventiva a frenar y no a acelerar? ¿Sabes para qué sirven las intermitentes, los espejos y los límites de velocidad?
Peor aún, y de acuerdo con información que me proporcionaron los responsables de la aplicación Auto Chilango, en la CDMX es obligatorio tener una póliza que ampare por lo menos el daño a ocupantes de un vehículo y a terceros, sin embargo, sólo el 31% del parque vehicular total en México cuenta con un seguro. ¡Además se siguen expidiendo licencias de manejo sin examen de conducir!
¿Pero qué pasaría si las personas enfermas de alcoholismo en vez de conducir un automóvil se subieran a una bici? Usar drogas es para provocarte placer o evitar el dolor (físico o mental). La bicicleta y el ejercicio, en general, provocan esa misma sensación sin dañar tu cuerpo, incluso hasta mejora tu estilo de vida porque te vuelves más saludable.
Eres más consciente de ti y tu cuerpo, por ende te haces más responsable hasta de lo que ingieres. Yo lo interpreto como un acto de amor propio, porque te procuras y cuidas; nos cuidamos, no en vano varios grupos de ciclismo urbano culminan sus rodadas con cenas, o entre amistades acordamos después de rodar ir a desayunar. La bicicleta también te vincula a una comunidad.
A mayor uso de la bicicleta es probable que el consumo de tabaco (la droga más adictiva) se reduzca y coadyuve a que abandones el hábito por completo, porque tus pulmones lo demandan, y también lo resienten… Sobra decir que si tomas no puedes conducir tu bici, porque al igual que conducir un auto tu tiempo de respuesta es lento y tu ángulo de visión se reduce.
No se trata de ser políticamente correcta, simplemente creo que la bicicleta es una herramienta de resistencia en varios aspectos. ¿Se imaginan que los grupos de Alcohólicos Anónimos y Neuróticos Anónimos involucrarán en sus métodos usar la bici? Yo creo que funcionaría, porque cuando hacemos ejercicio liberamos endorfinas, y estas hormonas regulan nuestros niveles de dolor físico pero también nuestra ansiedad; es, de alguna forma, otro placer sobre ruedas.
*Elizabeth Santana es periodista, autora de Rodada 2.0, marca que celebra la inclusión de la bici como estilo de vida en todas sus modalidades.
@Rodada2Punto0