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Seres sintientes

07 de Octubre 2018
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Según datos del Inegi, en México viven 18 millones de perros, de los cuales sólo 
30 % tienen dueño, muchos de los demás están en las calles, por cuestiones de abandono, maltrato y por la procreación descontrolada. A ello se agregan las peleas de perros o de gallos, zoológicos en condiciones extremas, venta ilegal de especies –incluso protegidas–, corridas de toros, entre otras actividades que posicionan a México entre los primeros países en temas de crueldad y maltrato animal.

En la mayoría de los países del mundo, los animales son considerados jurídicamente como bienes. Algunos estados o entidades locales han propuesto categorías jurídicas innovadoras en el sentido de una mayor protección, reconociendo los derechos de los animales. En México, una minoría de los estados cuenta con una normatividad en materia de protección animal y de reconocimientos de derechos; y entre ellos varios se limitan a tipificar el maltrato animal como una infracción administrativa y no como un delito en el código penal.

La capital del país ha venido posicionándose a la vanguardia de manera paulatina en materia de protección de los animales. Desde 2010, se castiga penalmente el maltrato animal según las modificaciones realizadas en el Código local. Después de haber prohibido la presencia y explotación de los animales en los circos, la primera Constitución de la CDMX en su artículo 18 reconoce a los animales como seres sintientes y sujetos de consideración moral. Dicho concepto jurídico novedoso posiciona a la CDMX a nivel global ya que, gracias al mismo, por primera vez en la historia de México –y entre pocos países– se le confiere a la ciudadanía la tutela de los animales; es decir, la responsabiliza de su bienestar y de poder defenderlos jurídicamente; un avance significativo para la causa y un modelo jurídico a seguir, a nivel federal y para las demás regiones del mundo.

También es de reconocer el Hospital Veterinario de Iztapalapa que ha sido apropiado para la población y calificado como buena práctica por parte de varias organizaciones de la sociedad civil, así como las campañas de sensibilización y apoyo a la esterilización y adopción de animales. Sin embargo, la Agencia de Protección Animal del gobierno de la CDMX, de recién creación, ha carecido de una estrategia sustentada en objetivos e indicadores, pero sobre todo en materia de transparencia y rendición de cuentas, según los estándares de Gobierno Abierto, Buen Gobierno y Buena Administración. Tampoco es secreto que sigan en la capital las peleas clandestinas de animales y las ventas “prohibidas” en mercados públicos emblemáticos.

Las legisladoras y legisladores del Congreso, de la mano con el próximo Gobierno de la CDMX, tienen una agenda pendiente en la materia y, desde un enfoque de Parlamento Abierto, podrán contar con la amplia y densa trayectoria de un tejido asociativo y de activistas expertos en el tema; quienes por cierto han brindado oxigeno a la causa animal con conocimiento serio, persistencia y resultados. Ojalá pronto nazca una coalición plural, incluyente y aún más eficaz para los derechos aplicados y exigibles de los animales: de todos los seres sintientes en nuestra Capital. El 4 de octubre pasado, Día Mundial de los Animales, diputadas y diputados presentaron en el Congreso de la CDMX una iniciativa para prohibir las corridas de toros: un avance significativo en la letra… pero un asunto pendiente de seguimiento. Faltará su dictaminación en la comisión correspondiente, su enlistado en el orden de día, su votación por la mayoría del pleno y su publicación por parte del Gobierno de la CDMX. Veremos si los intereses político-económicos, como de costumbre, no llegan a entorpecer el camino progresista de la causa animal…

*Fundador de Espacio Progresista, A. C. 
Asesor en estrategias de políticas públicas, incidencia social 
y cooperación internacional.

@aurel_gt

 

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