Todo pareciera indicar que los millennials son la generación trotamundos. La tecnología les ha permitido incluso trabajar desde cualquier rincón del planeta, siempre y cuando haya una conexión wifi.
Sin embargo, la necesidad de estar hiperconectados todo el tiempo, de compartir cada comida, cada paso que damos, también puede arruinar nuestra experiencia al viajar, pues lejos de vivir el momento buscamos acumular lugares para hacer check in en alguna de nuestras múltiples redes sociales y mostrar al mundo que tenemos un determinado estilo de vida. Entonces, en pleno 2018, ¿sabemos o no sabemos viajar realmente?
En busca de la respuesta a esa y otras interrogantes, el equipo de CAMBIO se dio a la tarea de ¡viajar! –sí, simple y sencillo, así como suena– con la finalidad de compartir con ustedes algunas de nuestras propias experiencias y, a la vez, explorar las distintas tendencias que están marcando el rumbo de la industria turística en México y otras regiones del planeta.
Ese sueño de tener toda tu vida en una computadora y trabajar desde una playa remota, una ciudad desconocida o un destino místico puede ser una realidad, y por ello platicamos con algunos bloggers que se dedican a traviajar, es decir, viajar para trabajar y trabajar para viajar.
Una pareja de jóvenes colaboradores nos comparte también las reflexiones que tuvo durante su viaje de bodas a un destino que no sólo se ha puesto en la lista de deseos de muchos millennials, sino que además es místico, único y muy barato: Tailandia.
Y otra de nuestras periodistas nos cuenta cómo vivió su primera experiencia de hospedaje colaborativo en Nueva York, y la manera en la que eso le despertó la curiosidad por saber más sobre cómo Airbnb removió los cimientos de la industria hotelera y ahora va con todo por la de experiencias turísticas.
Notamos también que la tendencia all inclusive parece estar en decadencia; justo por ello decidimos viajar hasta Xcaret donde empresarios mexicanos siguen apostando por este famoso “todo incluido”, pero agregándole un toque extra que lo hace único: la experiencia de diversión.
Y claro, debido a que estamos en la época en la que preferimos pagar una buena experiencia en lugar de lujos innecesarios en nuestras estancias, elegimos comer y pasear con habitantes locales en vez de guías de turistas que hablen como robots con información que cualquiera podría encontrar en Wikipedia.
Y justo hablando con locales es que uno de nuestros reporteros, mientras vacacionaba con su familia, llegó hasta un pueblito casi desconocido en la Riviera Nayarit para vivir una experiencia nueva que nos cuenta en una crónica.
Pero, por otro lado, sabemos que hay íconos y ciudades que casi son un punto obligado a visitar en la agenda de cualquier viajero cosmopolita, y Londres es una de ellas. Aunque su monumento más visitado ahora está cerrado temporalmente, ¿qué tanto esto afectará la experiencia de quienes toda su vida estuvieron esperando por un viaje a la capital británica? Pues una de nuestras colaboradoras, residente en esa ciudad, nos cuenta todos los detalles.
Por último, para quienes piensan que los viajes no se tratan sólo de moverse de un lugar a otro, sino que involucran experiencias sensoriales y manifestaciones artísticas como la música, yo misma hice un viaje con mis oídos hasta la región sabanera de Colombia a través del acordeón de Carmelo Torres, máximo defensor de la cumbia tradicional colombiana, justo cuando la música latina parece estar viviendo su mejor momento e invade el planeta.
Les dejamos entonces estas páginas con la intención de provocarles no sólo las acostumbradas reflexiones, también, ese hormigueo en los pies que quizá los lleve a tomar la mano de su persona favorita y simplemente salir a darle la vuelta al mundo, tal como reza Calle 13 en su canción. ¡Feliz año nuevo, y que sigan las experiencias viajeras!
