E n Suburbicon, su sexta película como director, George Clooney nos ofrece dos cintas por el mismo precio. La primera nace de la colaboración y amistad que de años atrás Clooney sostiene con los hermanos Coen, quienes rescataron un viejo guion que supuestamente no estaba terminado y finalmente decidieron dárselo al amigo George para que lo filmara.
El año es 1957. El suburbicon del título es el típico suburbio del american dream con casas perfectas e idénticas, vecinos de clase media alta y el pasto de la entrada verde y bien cortado. En una de esas casas vive Gardner Lodge (un Matt Damon medio gordito), su esposa, Rose (Julianne Moore), su hijo de 11 años, Nicky (Noah Jupe) y la hermana de Rose, Maggie (interpretada, gracias a la magia de lo digital, también por Julianne Moore).
La armonía de aquel hogar se destruye cuando un par de individuos irrumpe en la casa, amaga a toda la familia y la duermen con cloroformo, pero se les pasa la dosis con Rose y fallece instantáneamente. Devastado, el pequeño Nicky no entiende por qué su padre y su tía deciden no identificar a los asaltantes con la policía, al tiempo que Maggie se tiñe el pelo de rubio (como su hermana) y comienza a pasar más tiempo con Lodge.
Se trata de una comedia negra a la cual se le nota la evidente mano de los Coen, aunque también es notoria la ausencia de un elemento: dirección. Clooney, torpe como nunca, no termina por decidirse entre la estridencia de una comedia negra, el humor ácido de los Coen y el cine de protesta.
Al principio anoté que esta cinta era dos en una. La segunda película, mucho más interesante pero mínima en el contexto global del guion, narra cómo una familia afroamericana se muda al suburbicon ante la mirada atónita, indignada, preocupada de los vecinos que de inmediato llevan a cabo un movimiento de rechazo hacia esta familia de raza negra: se plantan frente a su casa gritando consignas y, básicamente, exigiendo que se vayan.
En el mejor de los casos, esta cinta debería ser un zeitgeist de la época. Los hechos terribles de Charlottesville están apenas a la vuelta de la esquina y sus ecos son claros en este filme: los blancos son unos torpes asesinos mientras los vecinos resisten estoicamente el racismo recalcitrante que los rodea por todos lados.
Desgraciadamente, en la confusa y tibia dirección de Clooney es donde se advierte el efecto espejo con la Historia. Durante estreno de esta cinta, en Estados Unidos empezaron a estallar las denuncias contra Harvey Weinstein por acoso sexual, y de ahí hasta el momento, las esquirlas han alcanzado a varios actores de renombre (Kevin Spacey, Dustin Hoffman, Louis C.K.), incluso a la dupla Damon-Affleck, cuyo meteórico inicio (aquellos premios Oscar por el guion de Good Will Hunting) fue gracias a sus buenas relaciones con el señor Weinstein.
Así, en la gira de promoción de esta cinta se ve a un Matt Damon serio y a un Clooney casi abatido. El hombre que hace no poco tiempo se consideraba el CEO de Hollywood, no ha declarado nada respecto a los casos de acoso que surgen un día sí y otro también en los medios.
Tal vez el tiempo le asigne otro lugar, sin embargo, hasta el día de hoy, Suburbicon será recordada como la peor película de George Clooney director, realizada en el peor momento de Hollywood. La oscuridad y el juego de traiciones macabras de esta película se quedan cortos ante el alud de acusaciones de acoso sexual que demuestran el perverso modus operandi de una industria que ha funcionado con ese esquema durante años.
Dirección: George Clooney
Guion: George Clooney, Grant Heslov, Joel e Ethan Coen.
Producción: George Clooney, David Webb, Joe Silver. EU, 2017.
Fotografía: Robert Elswit.
Edición: Stephen Mirrione.
Con: Matt Damon, Julianne Moore, Oscar Isaac, entre otros.
