Y tú… ¿qué tan creativo amaneciste hoy? Tal vez eres de esas personas que, a pesar de tener constantemente buenas ideas que aparecen como flashazos de genialidad, en segundos prefieres guardarlas en un cajón que nunca más vuelves a abrir argumentando que tú no eres una persona creativa.
Sin embargo, lo cierto es que la creatividad no es un don divino con el que alguien privilegiado nace. No es algo exclusivo de los diseñadores, los artistas, los arquitectos o los escritores. La creatividad más bien es un proceso, y con las herramientas metodológicas adecuadas, todas las personas podemos hacerlo parte de nuestra vida cotidiana.
Sin creatividad es casi imposible ser innovador. ¿Acaso la innovación no se ha vuelto la nueva olla de oro al final del arcoíris que muchos queremos encontrar? Particularmente en el mundo de los negocios y el emprendimiento, es casi un suicidio dejar la innovación de lado, un lujo que nadie se puede dar en el siglo XXI.
La innovación no tiene que ver exclusivamente con tener buenas ideas o con desarrollar nuevas tecnologías, más bien está vinculada a qué tanto podemos o no solucionar los problemas que aquejan a la sociedad actualmente. No es crear algo nuevo solamente, sino hacer que funcione.
Así, para ser innovador, no basta ser creativo tampoco. Se requiere además ser constante y resiliente, de ahí que el emprendimiento, por mucho que esté de moda, no siempre es para todos.
En México varias veces se ha hablado de crear hubs de innovación. Se decía desde hace casi 10 años, por ejemplo, que Guadalajara sería algo así como el “Silicon Valley” mexicano, pero ¿es sólo la llegada de inversión o la construcción de laboratorios lo que generará en automático un ecosistema emprendedor innovador en México? Sin duda, no habrá innovación sin creatividad y no hay creatividad sin seres humanos que coloquen en sus hombros la responsabilidad de llevar a cabo procesos creativos, darles seguimiento y, lo más difícil: atreverse a fracasar una y otra vez, todas las que sean necesarias, hasta diseñar la solución que el mundo espera.
En esta edición invitamos a algunos especialistas en temas de creatividad e innovación a compartir sus secretos contigo, también recogimos las historias de éxito –y fracaso– de algunos emprendedores sociales que han querido enfocarse en uno de los problemas más difíciles de resolver actualmente: el agua.
En Guadalajara, acompañamos durante cinco días a los jóvenes que asistieron a Talent Land, uno de los eventos de innovación más importantes de México y donde, quizá, hayan nacido algunas de las startups del futuro.
Pero la innovación también puede construir caminos oscuros, por ello nos acercamos a tratar de entender cómo las criptomonedas podrían volverse cómplices de aquellos que buscan mantener la opacidad en el ejercicio de los recursos electorales, por ejemplo. Y es que siempre nos han dicho que para descubrir a los criminales hay que seguir la huella del dinero, sin embargo, ¿qué se hace cuando algún genio de la informática decide crear dinero que no deja rastro alguno?
La creatividad está presente en todo, incluso en el activismo, que también necesita innovar para generar un impacto social. Por ello, desde Europa les contamos la historia de algunos craftivistas, es decir, personas que unen el arte con el activismo.
Ejemplos e historias hay tantas como seres humanos en el planeta porque, reitero, creativos podemos ser todos, si tomamos la decisión de serlo y la responsabilidad que ello implica.